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Estalló Proyecto SurMST: un final anunciado“Fin del Movimiento Proyecto Sur”. Así empezó el informe que brindó Alejandro Bodart, dirigente y legislador del MST, al congreso de emergencia que tuvo que hacer dicha fuerza el fin de semana pasado para diseñar los pasos electorales a seguir (Alternativa Socialista N° 594, 15/5/2013). Y agregó: “Proponemos seguir en la misma línea... por nuevas unidades”. La conducción del MST vuelve a aconsejar a su militancia, no sin resistencia, seguir por el mismo camino. Es decir, por la senda de la centroizquierda, junto al FAP de Binner. Así lo señaló Bodart en otra parte de su prédica: “Le proponemos al Congreso lograr todas las unidades que podamos. Sin UCR, ni PJ, ni personajes de la vieja política”. ¡Dejando fuera a Binner, por supuesto! El MST rechazó la “unidad” de Solanas con Carrió (porque, según sus dichos, “lo de Carrió nos alejaba de la estrategia revolucionaria”), pero no dice ni ‘mu’ de Binner. ¿Se olvidó que el PS gobierna con la UCR en Santa Fe con salarios de pobreza, represión, corrupción y ganancias patronales, igual que Cristina o cualquier variante del PJ? La dirección del MST pretende ilusionar con que ahora sí va a construir un nuevo “proyecto emancipador” y un nuevo “movimiento político sin renegar de la experiencia con Proyecto Sur”. Es decir, con las mismas características del que acaba de estallar por los aires. Es famosa una frase de Einstein que dice: “no pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo”. Lo desopilante del “nuevo” planteo es pretender volver a tropezar con la misma piedra sin siquiera una mínima autocrítica. La explicación a semejante desaguisado hay que buscarla en la pérdida por parte del MST de cualquier límite de clase, alejándose del programa de la izquierda. Es cierto que las decisiones electorales son tácticas al servicio de fortalecer una herramienta revolucionaria. Pero no es eso lo que vino haciendo el MST. Todas sus “tácticas”, según sus propios dichos, fueron al servicio de la “estrategia” de aliarse en forma permanente con figuras y movimientos de centroizquierda que, está probado, terminan siempre en los brazos de la burguesía. O directamente gobiernan para las patronales, como el FAP-UCR santafecino. Bajo la excusa de combatir al “sectarismo” (como le critica al Frente de Izquierda, justo cuando éste expresa la unidad de la izquierda revolucionaria), su “amplitud” sin principios terminó en los brazos de políticos patronales. Ahora vuelve a insistir en construir una “fuerte herramienta emancipadora, unitaria, diversa, que implique una salida positiva a esta situación”, según señala el editorial de su periódico del 2 de mayo. Palabras que podrían haber sido escritas por Carrió, Solanas o el propio Alfonsín. Llamamos a los militantes del MST a no dejarse llevar por su conducción a otro capítulo en su derrotero político-electoral. Y a sumarse a la alternativa que levanta bien alto las banderas de la izquierda: el Frente de Izquierda. |
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