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Repudio a la masacre en Egipto¡Abajo el gobierno “cívico-militar”!El gobierno cívico militar instaurado el 3 de julio, después de las grandes movilizaciones populares contra el gobierno islamista de Mohamed Mursi, protagonizó una masacre contra manifestantes de los Hermanos Musulmanes, con el saldo de más de 1.000 muertos de bala y miles de heridos. Además, la semana pasada fue liberado de la cárcel y pasado a prisión domiciliaria el ex dictador Hosni Mubarak, derribado por la revolución de 2011.
Los desalojos de los campamentos de protesta en varias ciudades del país de manifestantes que apoyaban al presidente depuesto, Mohamed Mursi de los Hermanos Musulmanes (HM), ejecutados por militares y policías a balazos, produjeron más de mil muertos y miles de heridos. Luego de la masacre, el gobierno declaró el estado de emergencia y el toque de queda, en un intento de controlar la situación e impedir nuevas movilizaciones. También fueron detenidos los principales líderes de los HM. El gobierno de Obama “condenó” la violencia, pero no repudió el golpe y mantiene la enorme ayuda militar de 1.550 millones de dólares anuales al ejército egipcio, pagando así su apoyo a la “paz” con Israel contra el pueblo palestino. Una de las primeras medidas del gobierno “cívico-militar” fue cerrar la frontera palestina de Gaza con Egipto. En julio, una gran movilización popular con fuerte peso de las fuerzas de izquierda había acorralado al gobierno de Mursi. Los socialistas revolucionarios apoyamos esa movilización, pues Mursi gobernaba para los de arriba, en acuerdos con el FMI, continuó la represión, dejó intacto el poder de los militares y aumentó la miseria del pueblo. Pero el golpe militar contra Mursi fue para impedir que continuara la movilización popular, simulando ponerse a su favor. La juventud movilizada y sectores de la izquierda, equivocadamente, apoyaron al golpe. Entre ellos el Frente de Salvación Nacional, la organización juvenil Tamarud, que impulsó la insurrección contra Mursi, y la Federación Sindical Independiente, que puso al ministro de Trabajo. Solo el movimiento juvenil 6 de Abril tomó distancia del gobierno militar. Los golpistas militares formaron un gobierno con sectores neoliberales proimperialistas, como el premio nobel Mohamed El Baradei (quien renunció después de la masacre). No pueden dar ni democracia ni solución a los agudos problemas sociales del pueblo. ¡Basta de represión! ¡Abajo la nueva dictadura! ¡Libertad a los presos políticos! Reproducimos partes de la declaración del Comité Coordinador Unidad Internacional de los Trabajadores (CI)-Comité de Enlace Internacional del 15 de agosto en repudio al golpe: “Son los pueblos árabes y del mundo los que deben salir a la calle a reclamar que pare esta masacre y que se termine esta nueva dictadura instalada en Egipto […] Rechazamos la represión contra los Hermanos Musulmanes (HM). Los sectores populares que hoy son masacrados son imprescindibles para profundizar la revolución. Deben romper con la dirección islamista neoliberal, pero esto sólo será posible si la izquierda asume una política de independencia de clase. Además, los ataques de los militares hoy contra los partidarios de Mursi, sólo preparan la represión contra las fuerzas de la izquierda mañana. En primer lugar, deben ser los trabajadores, la juventud y el pueblo egipcio los que salgan a la calle a parar estas masacres y reclamando el fin de la dictadura […] Empezando por el movimiento Tamarud y la Federación Sindical Independiente, que deben romper ya con los militares […] No avalaremos nunca a un gobierno militar y a su represión. Y menos que sean ellos los que juzguen a Mursi y a los dirigentes de los Hermanos Musulmanes. Será el pueblo trabajador y sus organizaciones quien lo haga. No hay ni militares ni golpes progresivos. Solo los trabajadores, la juventud revolucionaria y el pueblo en el poder traerán el cambio de fondo que impulsó la revolución árabe. Por eso reclamamos que se cese toda represión, que se levante el estado de emergencia, se libere al ex presidente Mursi y a todos los dirigentes y militantes de los HM, que se vayan los militares y se constituya un gobierno de las organizaciones sindicales, juveniles y populares que derribaron a Mubarak en el 2011 e imponer un plan económico de emergencia obrero y popular […] Las necesidades de las masas y sus reivindicaciones democráticas y sociales no tienen salida sin un proyecto que avance hacia el socialismo y rompa con cualquier resto del antiguo régimen. La caída de Mursi constata que este proceso no se puede dar por etapas, consolidando primero una democracia parlamentaria burguesa y después avanzando en medidas sociales, porque toda política que no avance hacia la ruptura con el capitalismo, dará a las fuerzas reaccionarias una oportunidad para recomponerse. Y porque si la democracia no supone pan y trabajo, ¿qué sentido tendrá para los millones que salieron el 30 de junio? El dilema no es islamismo o dictadura, sino dictadura o revolución”. |
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