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Impuesto al salarioMedida insuficiente versus proyecto del FITDesde el 1 de septiembre, los empleados en relación de dependencia que cobran un salario bruto (no de bolsillo) menor a 15.000 pesos quedarán fuera del pago del Impuesto a las Ganancias. Quienes ganen entre 15.000 y 25.000 verán un aumento del 20% en el mínimo no imponible. Y “para los trabajadores en la Patagonia, la suba del mínimo no imponible es del 30 por ciento”. Echegaray dijo que todos los beneficios tendrán un costo de $4.495 millones, donde el gobierno pondrá la mitad y el resto saldrá de un impuesto menor a las compra-ventas de acciones de empresas que no cotizan en los mercados y a la distribución de dividendos y títulos. Se excluyó de gravar la renta financiera y de poner algún otro impuesto especial a las multinacionales, bancos y demás ganadores de este “modelo”. Es una medida claramente insuficiente y electoralista, bajo el apremio del gobierno de intentar revertir la fuga de más votos que se anuncia para octubre. Miles y miles de trabajadores seguirán pagando Ganancias cuando el salario no lo es, medida que será rápidamente comida por la inflación. De más está decir que el gobierno no modifica la raíz del problema (la tablita de Machinea de 2001), ni restituye los aportes patronales quitados por Cavallo en los 90, es decir, parte de las ganancias empresariales que no vuelven ni al estado ni al bolsillo de los trabajadores. Atento a ello, el pasado jueves 1 de agosto nuestra diputada Liliana Olivero, desde el bloque del FIT, presentó en la Legislatura de Córdoba un proyecto de ley para que el gobierno provincial reintegre los montos descontados en concepto de Impuesto a las Ganancias a todos los trabajadores cuyos salarios llegan hasta $30.000. En el articulado se estipula que el gobierno provincial reintegrará estos montos sin incrementar los impuestos que afecten a los asalariados o al consumo. Exigiendo a su vez al gobierno nacional que devuelva a la provincia estos montos y lo financie con aportes patronales y recursos de las grandes empresas y fortunas. Somos los únicos que peleamos en la calle contra esta injusticia (¡el salario no es ganancia!) y que utilizamos nuestra banca para terminar con este modelo impositivo que castiga a los trabajadores. |
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