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Escribe:
Norberto Juan Rosendo
Ingeniero - Comisión Nacional Salvemos al Tren (CNST)
Las “inversiones” ferroviarias del grupo Taselli
Posiblemente una de las peores administraciones ferroviarias de los últimos tiempos ha sido sin duda la de Metropolitano. Barbaridades tales como cerrar un taller que el estado acababa de refaccionar, cortar series de locomotoras que perfectamente podrían haber sido reparadas, modificar coches del servicio local eliminando sistemas de seguridad y todo lo que le pudiese causar a la empresa un mínimo gasto, condiciones de viajes poco menos que infrahumanas en todas las líneas administradas por esta empresa, constituyen mas que anécdotas una forma de entender la administración de una línea ferroviaria.
Esta particular forma de ver los hechos, juntamente con la incautación por parte de la justicia de 15 locomotoras que finalmente terminó pagando el estado y un par de puebladas memorables, llevaron a que esta empresa perdiera el San Martín.
Una serie de accidentes luego en el Belgrano y en el Roca vinieron a confirmar que el particular estilo Taselli se seguía aplicando en el Roca y el Belgrano Sur.
Hasta aquí la historia más o menos conocida de Metropolitano que se publicitó merced a los espectaculares accidentes de Sarandí y de Tapiales, donde el desapego a las normas y la imprudencia a favor de conseguir unas monedas más, llevo a este grupo a ocupar los titulares de todos los diarios.
Mas allá del retiro del San Martín, el grupo siguió recibiendo generosos subsidios tanto para la operatoria del Belgrano Sur como del Roca. Dentro de la historia de Metropolitano cabe un capítulo aparte el hecho que esta empresa ya ha tendido líneas para extender la electrificación del Roca, sobre la vía Temperley. Electrificaciones que ha llevado a cabo esta empresa, las cuales pueden titularse sin lugar a dudas como «las electrificaciones que no debieron hacerse».
Las electrificaciones a las que se atrevió el grupo Taselli, solo contemplaron el tendido del cable aéreo para la alimentación de los trenes - catenaria- y prácticamente no se realizó ninguna de las obras complementarias que obligadamente deben realizarse cuando se electrifica, tales como un nuevo sistema de señales, anulación de los pasos a nivel -construcción de bajos nivel, etc.- o simplemente el reconstruir el sistema de vías, de modo que el tren pueda alcanzar tanto la velocidad como la aceleración que son propias de un servicio eléctrico. Pero estas pequeñas inobservancias de las reglas del arte que obligan en algunos tramos a los trenes eléctricos a circular poco más que a paso de hombre, no han impedido que Metropolitano cobre por los servicios de electrificación casi el doble de lo que cotizaron oportunamente los japoneses, constructores originales de la línea.
Si finalmente es Taselli quien sigue las obras de la electrificación del Roca, las obras se harán dos veces y solidariamente todos los habitantes de este país pagaremos por ellas, aunque nunca las usemos.
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