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Los trenes después de MenemHoy día Carlos Menem es uno de los personajes más odiados del país. No lo defiende ni siquiera su señora. Y viene creciendo el reclamo popular contra las privatizaciones. Nos preguntamos: ¿qué hicieron los presidentes que le sucedieron? ¿Para beneficiar a los usuarios y a los trabajadores? Nada. Estamos cada vez peor y los empresarios privatizadores, cada vez mejor. De la Rúa les prorrogó el negocio Ya nadie se acuerda del Secretario de Transporte que tuvo la Alianza. Era Jorge Kogan, que tenía mucha experiencia: dirigió el área bajo la dictadura de Videla y también fue funcionario de Menem, dedicándose a la privatización de trenes y subtes. En diciembre de 2000 metió un tarifazo en colectivos, trenes y subtes. Poco después, el presidente De la Rúa, asesorado por Kogan, prorrogó las concesiones. TBA obtuvo 22 años más y la continuidad del subsidio -además del tarifazo de Navidad-. Duhalde les dió la «Emergencia Ferroviaria A comienzos del 2003 el deterioro de los servicios ya era tan escandaloso que el gobierno tuvo que ordenar auditorias por las irregularidades y los «numerosos incumplimientos», como dijo el informe de la CNRT (Comisión Nacional del Transporte). ¿Qué pasó? Las multas no se pagaron, los incumplimientos no se cumplieron. Pero los concesionarios, gracias al decreto 2075 de Duhalde, que declaró la «Emergencia Ferroviaria», recibieron nuevos subsidios y el compromiso del Estado de pagar obras e inversiones que deberían hacer los privatizadores. Un botón de muestra de las obligaciones asumidas por la patronal TBA: quedó comprometida a reparar tres máquinas diesel en... ¡tres años! ¿Y Kirchner? En su campaña electoral del 2003 Kirchner hasta pronunció alguna vez la palabra «reestatización». Comenzaba a poner en práctica su doble discurso. Para la patronal, el negocio siguió. Entre bombos y platillos, el gobierno montó algunos «trenes de cartón», como el Gran Capitán que viajó a Misiones, el Estrella del Norte a Tucumán y el tren a Córdoba. El sistema ferroviario siguió empeorando, mientras se fueron incrementando cada vez más los subsidios. En relación a la cantidad de kilómetros que cubre el servicio y la cantidad de trabajadores que emplea, el Estado está poniendo mucha más plata que cuando eran estatales y todo va a los bolsillos de los empresarios. Veamos un ejemplo. Luego de los incidentes ocurridos en la estación Haedo de TBA el 1/11/05, el gobierno de Kirchner incrementó en un 32% los subsidios a los concesionarios de trenes con relación al 2004. En total han recibido $ 694 millones. Este año se plantea la batalla por la anulación de los contratos ya que después de varias postergaciones los mismos vencen. |
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