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Día de furia contra las privatizadasEl incendio de varios vagones en Haedo tuvo un impacto nacional. Todos vivimos los sucesos transmitidos por televisión. ¿Qué es lo que verdaderamente ocurrió? Ya le adelantamos la respuesta. Fue un verdadero estallido contra las empresas privatizadas, como TBA, que hacen ganancias con un servicio público. Edgardo Reynoso, integrante de la Comisión de Reclamos del Cuerpo de Delegados de TBA Sarmiento, nos da su versión de los hechos.
¿Cómo se originó el incendio? En realidad comenzó a la madrugada del martes 8, cuando un tren «engancha» un tercer riel y lo saca de lugar. Otra formación pierde la mayor parte del sistema que toma la corriente y esto produce una sobrecarga eléctrica, cuyas chispas van a originar el fuego. ¿La reacción popular cómo se produjo? Por esa sobrecarga, ese tren sale con problemas desde Moreno y estos se agravan en el trayecto. Con el primer coche ya incendiándose, en Haedo no puede continuar la marcha y lo ingresan en una vía general. El tren que venía atrás, muy demorado y repleto de gente, para en Haedo y pretenden que todos los pasajeros del primer tren transborden a ese. Esto es lo que enfurece a los usuarios que en un horario crítico ven que quedan varados, ya que es imposible ubicar a dos mil personas donde ya hay otros dos mil. Entonces estalla la ira popular, destruyendo a pedradas e incendiando otros coches que, hay que aclarar, tienen asientos de plásticos, gomapluma, goma y madera, que los hacen sumamente inflamables. ¿Había grupos organizados? No, hubo una gran rabia de los pasajeros que sufren a diario la odisea de llegar a su trabajo o domicilio en un servicio deplorable que hacen del viaje en tren una humillación. En tus declaraciones dijiste que no es un hecho aislado... Es así. Lamentablemente en la estación de Haedo ese día vivimos la expresión más alta de la bronca, pero a diario sufrimos por los atrasos, accidentes y cancelaciones, un sinnúmero de reclamos que a veces terminan en agresiones o destrucción de coches o instalaciones. Así ocurrió por ejemplo el 4 de marzo en Castelar, lo que motivó una denuncia nuestra contra la empresa ante el juez Castelli, que también investiga ahora los hechos de Haedo. O en mayo, cuando la cancelación de un servicio dio lugar al incendio de cuatro vagones. ¿Por qué los acusó el gobierno a Sobrero, a Vivas y a vos? Porque a través del ministro del Interior, Aníbal Fernández, pretendieron montar una cortina de humo, tapando la responsabilidad de la empresa y el gobierno. Para eso contaron con la colaboración de los directivos de La Fraternidad. Así como pretenden silenciarnos judicializando el reclamo sindical, nos calumnian porque nosotros los denunciamos sistemáticamente. Porque los organismos gubernamentales miran para otro lado y dejan correr el brutal robo de los subsidios y el consiguiente deterioro del material ferroviario. La fabulosa estafa al pueblo, que viaja hacinado en las ciudades y está aislado en el interior, sólo puede realizarse con funcionarios como Jaime, denunciado por nosotros en la causa por irregularidades en Ferrovías. La desinversión es la causa de descarrilamientos y las cancelaciones de los servicios. Y todos los gobiernos, desde Menem hasta Kirchner, la convalidan. Esto explica por qué no se derogó el Decreto de Emergencia Ferroviaria de Duhalde, que transfiere al Estado los costos que debieron hacer las empresas. Por eso los Cuerpos de Delegados del Mitre y del Sarmiento nos movilizamos a la Secretaría de Transporte para exigir su anulación. ¿Cuál es la salida a todo esto? Esto es fruto de la privatización. Lo que ocurre con TBA, se repite en todo el sistema ferroviario que es caótico y deplorable. Hasta el intendente de Morón, Martín Sabatella, reclamó la nulidad de la concesión e hizo un acto en la estación Haedo, con las fuerzas vivas de la zona, responsabilizando a la empresa por lo ocurrido, del cual participamos con algunos delegados en nombre de los ferroviarios. Nos parece bien reclamar la nulidad de la concesión y así lo venimos diciendo ya ante diferentes concesionarios. Pero la salida no es la reprivatización que propone Kirchner ante casos como el Correo, el San Martín o el Belgrano Cargas. Hay que reestatizar el servicio para que el Estado lo recupere para el pueblo. |
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