Otros dos subcomisarios fueron detenidos y un tercero se encuentra prófugo. La “nueva fuerza porteña”, mantiene las viejas mañas de la corrupta policía, una asociación recaudadora para los negocios de los jefes policiales y sus amigos, al amparo del Estado. El caso de Potocar no sólo muestra que la nueva constitución de la fuerza policial no cambiará su carácter, más allá de las internas y los “pases de factura”. Rodríguez Larreta prometía una nueva Policía y termina defendiendo a los corruptos de siempre. Los jefes pasan, la policía es la misma.