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¡No a la rebaja salarial!

Publicado en El Socialista N° 456
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Escribe Claudio Funes

Las patronales de todos los sectores están jugadas a aprovechar esta crisis para forzar rebajas salariales. Empresas que pagan los sueldos “en cuotas”, otras que abonan el 70 o incluso el 50%, o que aprovechan como excusa los rubros de presentismo, comisiones o “premios” para reducir lo efectivamente pagado. 

De conjunto, las patronales pretenden avanzar con el planteo de que se produzca una rebaja salarial global de 30%. Ni que hablar de que no están dispuestos a cumplir con las cláusulas gatillos pendientes ni, mucho menos, a abrir las paritarias 2020. “Se evalúa no abrirlas hasta diciembre”, dicen fuentes del propio ministerio de Trabajo. Los empresarios cuentan con la complicidad de la burocracia sindical de los gremios más importantes, que acuerdan dichas rebajas. 

El lunes 20 el gobierno resolvió pagar el 50% de los salarios del sector privado. Se trata del denominado Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y a la Producción (ATP). Se trata de un fenomenal subsidio al conjunto de las patronales. De hecho, con esta disposición del total de dinero que ha puesto hasta ahora el gobierno para la pandemia (aproximadamente 800.000 millones de pesos), más de la mitad son subsidios a los empresarios. 

¿Será que, al menos, con este plata puesto por el gobierno, los empresarios van a pagar el 100% de los sueldos? ¡Ni siquiera así! Nuevamente, con la complicidad de las cúpulas burocráticas, se plantea “renegociar” el valor de la baja salarial, pero siempre aceptando el planteo patronal de que la crisis la terminemos pagando los trabajadores. Es que el propio programa ATP  deja abierta la opción a que los acuerdos entre patronales y direcciones sindicales avalen las rebajas salariales. Terminará pasando lo mismo que ocurrió con el decreto de suspensiones y despidos.

Así, las burocracias de los sindicatos petroleros, mecánicos, mercantiles, metalúrgicos y otros negocian con los empresarios montos de rebajas salariales (además de suspensiones). 

El secretario general del Sindicato de Petroleros Privados de Río Negro, Neuquén y La Pampa, Guillermo Pereyra, declaró que firmará un acuerdo que contempla suspensiones para alrededor de 20.000 trabajadores, que cobrarán un promedio de 50 % de sus ingresos habituales. 

El Smata ya tenía acordado con las automotrices las suspensiones con el pago del 75% del salario habitual. Ahora, con el estado pagando el 50% de los salarios, dice que hay que rediscutir el monto pero insiste en que “se enfrenta una situación delicada y de salarios a la baja”, como afirmó Ricardo Pignanelli, anticipando lo que viene. 

Armando Cavalieri, secretario general de la federación de comercio (Faecys) que aglutina a 1,2 millones trabajadores, también está en plena negociación con planteos de rebajas salariales. Remarcadores de precios como Coto, Jumbo, Carrefour y Walmart, entre otros, agradecidos. 

Producto de la bronca de la base que resiste la pobreza, en la UOM hay incertidumbre respecto de la continuidad de las negociaciones para recortar salarios. Todo después que la conducción de Antonio Caló ya había acordado una rebaja generalizada de 30% de la que tuvo que dar marcha atrás. La láctea Verónica, que integra uno de los sectores considerados esenciales y que produce con total normalidad, es una expresión más de la voracidad patronal. Comunicó a sus trabajadores que el sueldo de marzo lo pagará en cuatro cuotas. Un verdadero abuso.

Si agregamos a las patronales de las cadenas de comidas rápidas el panorama se completa. Apenas comenzada la cuarentena pretendieron sacar ventaja reduciendo los salarios de los 25.000 empleados precarizados que ocupa el sector. Algo que sus trabajadores pudieron revertir.

La burocracia sindical continúa con su descarado apoyo a las patronales dejándolas hacer. En plena pandemia demuestra su desprecio por el pueblo trabajador y lo abandona a su suerte. Por eso luchamos, junto con los nuevos dirigentes que van surgiendo, por un modelo sindical combativo y democrático para sacar a la vieja burocracia sindical. Y, en estos momentos, peleamos contra las patronales y la burocracia para que no se aplique ninguna rebaja salarial, que se pague al 100% y en término. Que la crisis la paguen los capitalistas, no los trabajadores.