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Recortes del IFE y el drama de los pequeños comerciantes

Publicado en El Socialista N° 466
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Escribe Diego Martínez

El viernes pasado Alberto Fernández hizo un nuevo anuncio de extensión de la cuarentena. De forma solapada, anunció allí una nueva medida que profundiza aún más el ajuste que estamos sufriendo los trabajadores, el recorte de 50.000 millones de pesos en el Ingreso Familiar de Emergencia (lapoliticaonline, 26/6/2020). A partir de ahora solo van a recibir este subsidio quienes venían cobrándolo en CABA, Gran Buenos Aires, ciudad de Córdoba y Chaco. Los cinco millones de beneficiarios restantes quedarán afuera. Ya cuando empezó el IFE a cuatro millones de personas que lo solicitaron no se les otorgó. Fernández se llena la boca diciendo que su prioridad es proteger a los más vulnerables, pero deja nueve millones de personas con graves problemas económicos a la deriva.

La excusa para el recorte del IFE es que en aquellas provincias donde se flexibiliza la cuarentena la economía “está en marcha” y no haría falta. Esto es una completa mentira. La economía del país está en una profunda recesión en su conjunto y está recesión no se termina mágicamente con el levantamiento de la cuarentena. El propio Fernández negó de hecho esta idea cuando declaró que “el problema de la economía no es la cuarentena sino la pandemia” (Página/12, 26/5/2020). Muchos cuentapropistas que realizan trabajos relacionados con la construcción como albañilería, plomería, electricidad, entre otros, aunque estén habilitados, en algunos lugares del país no tienen trabajo porque está parada la actividad económica. Otro tanto sucede con el 43% de los trabajadores informales (en negro) que hay en el país,   quienes cobran su sueldo de forma irregular, si es que aún conservan el empleo. Entre ellos se encuentran millones que cobraron el IFE y ahora lo van a perder.

El problema de la pobreza y el empleo precario no empezó con la pandemia, la propia Fernanda Raverta, titular de la Anses, quien ejecutó el recorte sobre el IFE, lo reconoce cuando declaró: “Vivimos en una Argentina muy desigual, profundizada por un gobierno con un modelo económico que generó que los niveles de indigencia y pobreza sean enormes y que generó que una enorme cantidad de argentinos y argentinas no tengan un ingreso formal, entonces hay que buscar una respuesta”. Si Raverta realmente quiere encontrar una respuesta a los problemas que enuncia, el gobierno debe dar marcha atrás con el recorte, mantener el IFE en todo el país y otorgar una suma de 30.000 pesos en lugar de los miserables 10.000 pesos que se dan hasta el momento, de forma que los beneficiarios pueden realmente subsistir, y dar el subsidio a todo el que lo necesite.

Otro sector que viene siendo perjudicado por la política del gobierno es el de los pequeños comerciantes. Desde que empezó la cuarentena solo en la ciudad de Buenos Aires el 20% de los comercios cerró sus puertas (Infobae, 16/6/2020). El gobierno y sectores de la oposición patronal hablan de distintos proyectos para favorecer a las pymes, pero detrás de este discurso se esconde una trampa. El término “pyme” incluye a empresas denominadas “medianas” que cuentan con cientos de empleados y tienen espaldas para bancar la crisis. Muchas de ellas están vinculadas con grandes firmas, además de cobrar el ATP que las beneficia con el pago del 50% de los sueldos de sus empleados. Los que están verdaderamente perjudicados son los pequeños comerciantes, dueños de talleres mecánicos, kioscos, librerías, negocios de indumentaria, entre otros. Mientras beneficia rápidamente a los grandes grupos económicos, el gobierno no tiene ninguna respuesta para este sector, dice ofrecerles créditos con garantía estatal pero ponen tantas trabas burocráticas que terminan resultando inaccesibles. Exigimos que se otorguen créditos a tasa cero a los que se pueda acceder rápidamente para que estos pequeños comerciantes no se vayan a la ruina y que también se atienda la situación de sus trabajadores, los primeros perjudicados por esta situación. La mayoría trabaja en negro, por lo que ni siquiera cobra el 50% del sueldo que paga el gobierno. Para ellos también es necesario un IFE de 30.000 pesos y no la burla que cobran hasta el momento.

Lo venimos señalando con claridad, el gobierno debe garantizar las condiciones para que el pueblo trabajador pueda hacer realmente la cuarentena sin hambre, despidos ni rebaja salarial y sin exponerse al contagio. Esa necesidad es más imperiosa que nunca ahora que estamos llegando al pico de la pandemia. Para que los trabajadores y sectores populares puedan hacer la cuarentena sin pasar penurias ni arriesgarse a salir a la calle para conseguir de forma desesperada algún ingreso, el gobierno tiene que aplicar un impuesto a los grandes grupos económicos, bancos y multinacionales que siguen amasando fortunas multimillonarias aun durante la pandemia, para tomar con ese dinero las medidas sociales necesarias para solucionar los graves problemas del pueblo trabajador y los sectores populares.