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"Acuerdo social" para aplicar el plan de ajuste con el FMI

Publicado en El Socialista N° 481
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Escribe Adolfo Santos

En los últimos días la CGT se mostró muy activa. No reclama en favor de los trabajadores, pero es cada vez más servicial a los planes del gobierno. Después de permitir rebajas salariales y ser cómplice en los despidos, las suspensiones y los proyectos de flexibilización laboral, ahora se dispone a firmar un “acuerdo social” con el gobierno y las grandes patronales. Una traición más para ayudar a pasar el plan de ajuste.

No es casual que esta movida se dé en medio de la llegada del FMI. El gobierno necesita mostrar a los usureros del sistema financiero que es capaz de controlar la situación, condición necesaria para aplicar los planes que el Fondo exige. Para pergeñar este acuerdo se sentaron a la misma mesa el ministro de Economía, Martín Guzmán, dirigentes sindicales de la CGT y la CTA y de movimientos sociales, como la CTEP, además de organizaciones patronales con representantes de la UIA, la Cámara de la Construcción, el Consejo Agroindustrial y las asociaciones de banqueros Adeba y ABA.

Al centrar su intervención en las negociaciones del gobierno con el FMI, Guzmán dejó claro el objetivo del gobierno con este acuerdo social, disciplinar a los trabajadores y a los movimientos sociales para poder aplicar los ajustes necesarios para continuar pagando una deuda fraudulenta. “Con el FMI lo que buscamos es un programa que ayude a la Argentina”, dijo el ministro. Y agregó: “Queremos involucrarlos a todos ustedes para trabajar de forma articulada en este proceso”. Como si alguna vez al FMI le hubiese importado ayudar a la Argentina. En este “acuerdo social” el gobierno intenta “involucrar” a la mayor cantidad de sectores en el apoyo a las negociaciones con el Fondo para tratar de frenar las luchas y las protestas.

Contra los acuerdos de la burocracia, frenar los planes de ajuste

Se equivocan las direcciones burocráticas y los mentores de este plan si piensan que los trabajadores y los sectores populares van a aceptar mansamente la reducción de derechos y el continuo aumento de la pobreza. La lucha que los enfermeros y las enfermeras vienen llevando a cabo de forma autoorganizada frente a la traición de los dirigentes sindicales es un ejemplo a tener en cuenta. No podemos quedar a merced de burócratas que se reúnen con el FMI para “rogarle” que no aplique más ajustes a los trabajadores, o que en medio de una inflación galopante firmen acuerdos paritarios a la baja, con sumas fijas que significan pérdidas salariales. Es inconcebible que, en medio de esta crisis, el centro de la CGT sea la organización de un acto virtual el 17 de octubre en apoyo al gobierno de Alberto Fernández. ¡No hay nada que apoyar del plan de ajuste del gobierno que pacta con el FMI! 

Es hora de organizarse para frenar la entrega y el aumento de la miseria y la indigencia, que ya llega a casi 12 millones de argentinos, como lo venimos haciendo desde el sindicalismo combativo. Es necesario llevar el IFE a 40.000 pesos y exigir un salario mínimo de 72.000 pesos para cubrir los gastos de la canasta básica familiar. Para eso hay que frenar los planes de ajuste del gobierno y el FMI y luchar por un plan económico alternativo que comience por el no pago de la deuda externa y por imponer un impuesto a las grandes riquezas, como proponemos del FIT Unidad, que permita recaudar 15.000 millones de dólares. De esa forma habrá recursos para cumplir con esas medidas e implementar, también, un plan de obras públicas para reactivar la economía y generar empleos genuinos.