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A diez años del asesinato de Mariano Ferreyra

Escribe Claudio Funes

El pasado martes 20 de octubre se cumplieron diez años del asesinato de Mariano Ferreyra, militante del Partido Obrero, a manos de una patota que respondía al entonces secretario general de la Unión Ferroviaria (UF), José Pedraza, quien pretendía silenciar una protesta de trabajadores tercerizados de la línea Roca que pedían ser incorporados a la planta permanente. Un reclamo que afectaba el “negocio” de la Unión Cooperativa Mercosur, cuyo titular era el propio Pedraza, mediante el cual la burocracia sindical administraba la contratación de trabajadores tercerizados con el aval de la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (Ugofe).

El desguace del ferrocarril, avalado por el gobierno de Cristina, permitía todo tipo de negociados. La burocracia peronista de la Unión Ferroviaria era parte de ellos. Le facturaba con sobreprecios al Estado, mientras explotaba trabajadores en condiciones de precariedad absoluta, demostrando la “lealtad” de la burocracia sindical para con los trabajadores que dice representar.

Conocido el asesinato de Mariano, el repudio se expresó de inmediato. La Unión Ferroviaria de Haedo y el cuerpo de delegados del Sarmiento, encabezado por el Pollo Sobrero, convocó inmediatamente al paro. Hubo grandes movilizaciones de organizaciones políticas, sociales y de derechos humanos pidiendo cárcel para Pedraza y los patoteros asesinos. Hasta último momento, tanto Cristina Kirchner como su ministro de Trabajo, Carlos Tomada, evitaban responsabilizar a Pedraza, apuntaban a los tercerizados de utilizar el asesinato para victimizarse. Incluso, luego de que varios medios publicaron que el propio Pedraza no descartó que gente de su gremio haya disparado.

Sin embargo, con tantas evidencias, Cristina Kirchner trató de despegarse del hecho y llegó a decir que Máximo había afirmado que la bala que mató a Mariano Ferreyra habría “rozado el corazón de Néstor”. No era para menos, el gobierno “nacional y popular” cargaba con el peso del asesinato de un joven activista de izquierda cometido por uno de sus principales aliados.

El 25 de febrero de 2011, en “solidaridad con nuestros compañeros y en defensa de la Unión Ferroviaria”, la burocracia anunció un paro entre la cero y las 12 para repudiar la prisión del asesino Pedraza. La Seccional Haedo y el cuerpo de delegados combativo del Sarmiento fueron los únicos que repudiaron el paro y convocaron a los trabajadores a no acatarlo. Comenzaba una pulseada entre las patotas de la burocracia sindical y sectores antiburocráticos del movimiento obrero que luchaban por justicia.

La movilización por fin se impuso y consiguió encarcelar a los asesinos. El 6 de agosto de 2012 comenzó el juicio. José Pedraza fue condenado a 15 años de prisión, murió en su casa en 2018 mientras cumplía la condena en su domicilio. Cristian Favale, barrabrava de Defensa y Justicia, uno de los señalados como autor material del crimen, junto con otros cinco, fue condenado a 18 años de prisión.

A diez años del tremendo asesinato el Partido Obrero convocó en Barracas a un emotivo acto en el horario y en el lugar donde fue atacada la movilización de la que participaba Mariano hace diez años. Junto con otras organizaciones y el sindicalismo combativo, Izquierda Socialista estuvo presente con una delegación encabezada por nuestra legisladora porteña (mc) Laura Marrone. El asesinato de Mariano Ferreyra es la expresión más brutal de hasta dónde puede llegar la podrida burocracia sindical peronista para defender sus prebendas y negocios sucios.