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¿Se puede volver a clases presenciales?

Publicado en El Socialista N° 490
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Ya en la primera semana de enero, con la ministra de CABA, Soledad Acuña, como abanderada, se inició una fuerte campaña planteando el regreso normal a las clases y acusando a la docencia de no querer trabajar. El ministro de Educación nacional, Trotta, los gobernadores Kicillof, Alicia Kirchner, Schiaretti, Gutiérrez y todo el arco político patronal también anuncian que empezarán las clases presenciales sin presentar siquiera un protocolo sanitario.   

Dialogamos con Mariana Scayola y Jorge Adaro, secretarios general y adjunto respectivamente, del combativo sindicato docente de CABA Ademys y dirigentes de Docentes en Marcha e Izquierda Socialista.

ES.–¿Por qué creen que Fernández, Trotta, Larreta, Acuña y otros gobernadores han lanzado esta campaña?

J.A.– El apuro por una presencialidad sin garantizar las condiciones sanitarias en las escuelas ni el cuidado de docentes, estudiantes y familias responde a una disputa electoral. Cambiemos, con Larreta y Acuña, intenta ganar a un sector de la opinión pública presentándose como “defensores de la educación”, pero solo realizan anuncios mediáticos, no han presentado ningún protocolo. Fernández, Trotta y el peronismo no se quedan atrás. Trotta va a distintas provincias a defender la presencialidad ya y que sea parte de la “nueva normalidad”. Pero ninguno garantiza condiciones sanitarias ni equipos y conectividad para un escenario mixto de presencialidad y virtualidad.

Kicillof también ofrece las mismas condiciones que en CABA, remarcando el acuerdo que tiene con la burocracia de los sindicatos del Frente de Unidad Docente Bonaerense (Suteba, FEB, Udocba). La diferencia con Larreta es la fecha, el 1° de marzo.

ES.–¿Están a favor del retorno a clases presenciales? ¿Hay posibilidad de clases normales?

M.S.– Claro que estamos a favor de las clases presenciales, allí es donde nos sentimos más cómodos trabajando, relacionándonos de manera directa con los pibes, las reivindicamos pedagógicamente. Las condiciones de trabajo en la virtualidad fueron terribles, sosteniendo conectividad y equipos con nuestros salarios, con jornadas larguísimas. Sumado a tareas domésticas, en un gremio mayoritariamente de mujeres, sobre las que recae el cuidado de niños. Ha sido extenuante. Ahora bien, exigimos todas las condiciones sanitarias para que no exploten los contagios en las escuelas y es lo que no garantizan los gobiernos. Escuelas con baños en condiciones, ventilación adecuada, espacios acondicionados al distanciamiento y el traslado de los alumnos a las escuelas en transportes escolares. El transporte público hoy ya lleva a los trabajadores en condiciones inadecuadas.

ES.–¿Cómo se podrían garantizar las condiciones para el regreso?

M.S.– Categóricamente decimos que hoy no están dadas las condiciones. Los gobiernos también lo saben, por eso empiezan con anuncios rimbombantes de la vuelta a la presencialidad y luego los van relativizando. Debería arrancar con una modalidad mixta, pero para eso los gobiernos deben garantizar conectividad gratuita y equipos para docentes y estudiantes. Hay que triplicar la cantidad de docentes para garantizar clases presenciales con grupos reducidos y turnos y clases virtuales, con auxiliares necesarios y los elementos para poder mantener la higiene de los edificios de manera permanente.

ES–¿Es posible que el gobierno nacional y los gobernadores implementen esas medidas?

J.A.– El gobierno nacional, los gobernadores y la oposición patronal no están dispuestos a invertir lo que se necesita para poder retomar algún tipo de presencialidad y mantener la virtualidad hasta que se normalice todo el sistema. Por eso solo hacen campaña mediática de que “la educación es prioritaria” y “hay que regresar ya a la normalidad”. Ellos han tomado la decisión de acordar con los banqueros y el FMI para seguir pagando la deuda externa. No están dispuestos a reasignar partidas para garantizar las condiciones sanitarias y educativas, las reformas de infraestructura ni la creación de las escuelas necesarias, o los nombramientos de docentes y auxiliares. ¡Al contrario, han recortado el presupuesto educativo para 2021, sobre todo en CABA! Por eso nosotros planteamos la necesidad de organizarnos para luchar y exigir partidas presupuestarias de emergencia. Impulsamos la movilización de docentes, estudiantes, trabajadores y familias para lograrlo.

ES.–Los gobiernos solo debaten presencialidad. ¿El tema salarial estaría saldado?

M.S.– ¡De ninguna manera! El año pasado la docencia perdió entre 10% y 20% del salario en relación con la inflación, según la provincia. ¡Y encima tuvimos que sostener la virtualidad con nuestros bolsillos! Es fundamental tomar nacionalmente la pelea por aumento de salarios que recupere la pérdida de 2020 y cubra la canasta familiar que, según el Indec, está en 82.000 pesos. Y, además, es necesario un bono que cubra una canasta tecnológica para los gastos extras de la virtualidad o que el gobierno garantice su gratuidad. ¡No puede ser que tengamos que seguir pagándola los trabajadores de la educación o las familias de los estudiantes! La cuestión salarial debe ser resuelta antes del inicio del ciclo lectivo, sea virtual o semipresencial. Y Trotta, Larreta, Kicillof y todos los gobernadores, escondiéndose detrás del debate de presencialidad, ni hablan del salario.

ES.–¿Qué política van a proponer a la docencia porteña desde Ademys ante la definición de Acuña de regresar el 17 de febrero y amenazar a los docentes que no se presenten? UTE-Ctera plantea una “retención de servicios”.

M.S.– En Ademys definiremos las medidas en asambleas abiertas, como hemos hecho durante todo 2020. Son las bases docentes las que definen democráticamente qué postura adoptar, siempre. Vamos a impulsar desde el 8 de febrero relevamientos de las verdaderas condiciones de cada escuela para desenmascarar las mentiras de Acuña. Haremos asambleas por escuelas y en esa semana estaremos convocando una gran asamblea abierta y unificada de toda la docencia de la Ciudad de Buenos Aires donde podamos debatir los relevamientos y definir un plan de lucha por condiciones para la presencialidad, para la virtualidad y el salario.

J.A.– UTE, el gremio de Ctera en CABA, está denunciando correctamente a Larreta y Acuña sobre la imposibilidad de retomar las clases presenciales ya. Y plantea una “retención de servicios” en donde no estén dadas las condiciones para volver. Nosotros creemos que no podemos dejar que el gobierno divida a la docencia “escuela por escuela”, que empiecen en algunas pocas escuelas de zonas con recursos y cooperadoras que garanticen ciertas condiciones y no empiecen solo en las escuelas pobres. Como gremio, desde Ademys debemos impulsar la lucha unificada de todos los docentes de la Ciudad en unidad con todos los gremios. Y reclamamos a Ctera que unifique la lucha nacionalmente, terminando con esa política de abandonar a cada docente en su provincia. También le exigimos a las CTA y la CGT que rompan su pacto con el gobierno nacional y convoquen a luchar por salarios y por la defensa de la educación de los hijos de los trabajadores.

ES.–Hay grupos de “padres organizados” que apoyan la política gubernamental y también grupos de familias que plantean el regreso seguro a las aulas.

J.A.– “Padres organizados” u organizaciones similares, junto a ONG vinculadas a grupos empresariales apoyan la presencialidad ya, atacan a los docentes y no exigen nada a los gobiernos. Existen en CABA, en Buenos Aires y en varias provincias, vinculados a Cambiemos. Pero también en provincias como Santa Cruz, auspiciadas por el gobierno de Alicia Kirchner.

M.S.– También surgieron agrupamientos en CABA como “familias por el regreso seguro”, que impulsan condiciones seguras para los estudiantes y trabajadores y están denunciando activamente a Larreta y Acuña, defendiendo la escuela pública. Desde Ademys e Izquierda Socialista llamamos a apoyar y fortalecer esta organización de las familias de trabajadores en apoyo a los reclamos docentes y la escuela pública. Es fundamental para apoyar las medidas de lucha que tome la docencia y coordinar las acciones y movilizaciones que desde Ademys y los sindicatos combativos votemos realizar, ayudando a contrarrestar el ajuste y las campañas contra la docencia. Con la unidad de los docentes y el apoyo de estudiantes, familiares y trabajadores podremos lograr nuestras reivindicaciones.