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¿Qué hacer con las PASO?

Publicado en El Socialista N° 491
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Escribe Martín Fu

El gobierno está analizando en este año electoral la posibilidad de suspender las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) programadas para agosto, previa a las generales de octubre, postergarlos o unificarlas con las generales. Un sector de los gobernadores peronistas (y algunos que responden al macrismo) le habría acercado este pedido a Alberto Fernández como un gesto de “austeridad” en medio de la pandemia, para que supuestamente se prioricen los gastos en vacunación y evitar la afluencia masiva de gente en las escuelas para sufragar. ¡Debate en paralelo cuando los mismos actores están alentando la vuelta a las clases presenciales!

Con el pedido de suspensión de las PASO se pone sobre el tapete la crisis política y las peleas internas de los partidos patronales, tanto del oficialista Frente de Todos oficial, como de la oposición de Juntos por el Cambio. En el kirchnerismo esto es más que evidente, teniendo en la voz de Máximo Kirchner uno de quienes está a favor de realizar las PASO y las generales en el mismo día para “dirimir” los lugares en la lista y así poder ganar espacio en la provincia de Buenos Aires para su sector en competencia con caciques que responden al albertismo o al massismo.

Más allá de las especulaciones que se puedan hacer, desde la izquierda siempre hemos rechazado las PASO desde su implementación. Y lo seguimos haciendo. Fueron creadas por el kirchnerismo en 2009 (votada con el aval de los radicales) diciendo que iban a “transparentar la política”.

Denunciábamos entonces: lejos de democratizar la vida partidaria tratan de imponer una alternancia en el poder de los partidos patronales proscribiendo a la izquierda y a la centroizquierda. Las internas abiertas nada tienen que ver con mayor democracia, transparencia y participación. Por el contrario, la obligatoriedad a presentarse en ellas supone una mayor intromisión del Estado en la vida interna de los partidos. La ley impide que los afiliados de un partido decidan el mecanismo que democráticamente determine cuáles serán sus candidatos. Su carácter “abierto” genera la posibilidad de que sean los aparatos clientelares tradicionales, no “la ciudadanía” ni los afiliados, quienes diriman las internas de otros partidos de acuerdo a sus propias especulaciones. Y fundamentalmente repudiamos las PASO porque fijan un piso (filtro) del 1,5 % de los votantes como condición para tener derecho a presentar candidatos a presidente, diputados y senadores nacionales. Es decir, vulnera el derecho democrático a presentar candidatos y a ser elegido.

Este piso proscriptivo sólo buscan mantener en la “competencia” electoral a los partidos tradicionales, aquellos que cuentan con más recursos, son financiados por las grandes patronales y que pueden bancar costosas campañas en los grandes medios pagando hasta a periodistas para que sean sus voceros. Muchas veces, a pesar de una gran campaña militante y el apoyo de los votantes, en algunas provincias la izquierda no ha superado el piso exigido.

No superar el piso de las PASO niega el derecho a que nos puedan acompañar con su voto quienes no se sienten representados por los partidos patronales y ven en la izquierda y sus propuestas una alternativa. Las PASO buscan borrar a la izquierda revolucionaria y a sus propuestas para los trabajadores y los sectores populares de la puja electoral. No quieren que los luchadores que conforman las listas del Frente de Izquierda puedan ocupar las bancas en las legislaturas y el Congreso para denunciar las políticas patronales a favor del FMI, las jubilaciones de miseria, los ajustes o los acuerdos a espaldas del pueblo trabajador y mucho menos toleran que nuestros diputados acompañen las luchas y sean voceros de las mismas en las palestras legislativas donde los políticos patronales se dedican a elaborar y votar leyes a favor de los grandes intereses económicos.

Desde Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad denunciamos que las PASO son un engaño y una traba más para que la izquierda tenga una voz en las elecciones y se postule como una alternativa en el proceso electoral, postulando una salida de fondo para el pueblo trabajador. Por eso no nos movemos por ninguna especulación electoral: ante el debate de qué hacer con las PASO proponemos que lisa y llanamente se eliminen.

Eliminar las PASO, a su vez, debe ser parte de una reforma política que comprenda, entre otras cosas, la eliminación también de todos los mecanismos tramposos, como las colectoras, sumatorias de votos y otras variantes; terminar con los pisos que se usan como causales de caducidad de las personerías políticas partidarias (como no sacar el 2% de los votos en dos elecciones consecutivas o no mantener un piso de afiliaciones, lo que obliga a afiliar todos los años); eliminar el piso del 3% del padrón electoral para tener acceso a la representación parlamentaria en la Cámara de Diputados, entre otras reformas que sí se deberían implementar.