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¡No a la entrega de la Hidrovía!

Publicado en El Socialista N° 494
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Escribe José Castillo

El gobierno peronista de Alberto Fernández, en complicidad con los gobernadores de las provincias involucradas, se apresta a profundizar el saqueo y la entrega sobre la hidrovía del Paraná. Todo al servicio de los negocios y las superganancias de los pulpos multinacionales agroexportadores.

El 30 de abril vence la concesión de la Hidrovía Paraná-Paraguay, una virtual privatización del río Paraná, realizada por Menem en 1995 y prorrogada, coimas y escándalo mediante -es una de las causas de los “cuadernos”- por el kirchnerismo en 2010. Incluye todas las actividades de dragado y balizamiento del río Paraná desde su cruce con el Paraguay hasta la desembocadura en el río de la Plata. Con la actual concesión, en manos de la empresa Hidrovía S.A, una asociación entre la belga Jan de Nul N.V. y Emepa S.A., propiedad de Gabriel Romero,uno de los más corruptos empresarios argentinos del transporte (dueño de Ferrovías), nuestro país viene entregando su soberanía sobre un espacio vital. Por la hidrovía Paraná sale el 70% de nuestras exportaciones, con un tráfico de seis mil barcos al año, además de ser parte estratégica de una de las reservas de agua más grandes del planeta, el Acuífero Guaraní. El saqueo y la privatización del Paraná no se limita a la hidrovía, a ello hay que sumarle las veintinueve terminales portuarias en manos de los grandes grupos transnacionales de la agroexportación: ADM, Dreyfuss, Cargill, Cofco, entre otras, y el hecho de que también se ha destruido nuestra marina mercante, por lo que el 95% de los embarques se hace con buques que pertenecen a empresas extranjeras. 

La hidrovía Paraná-Paraguay es un eslabón fundamental del saqueo y la semicolonización que se viene dando desde hace décadas sobre nuestros recursos. El Paraná es el tercer río navegable del mundo en su extensión. Sin embargo, nuestro país no tiene ningún tipo de control sobre él ni sobre la mayoría de los puertos en su ribera. Desde la destrucción de la estatal Empresa Líneas Marítimas Argentinas (ELMA) ni siquiera los buques mercantes que circulan son argentinos. La privatizada hidrovía es campo fértil para todo tipo de maniobras de saqueo, que incluye la fuga de divisas (se calcula que se evaden 20.000 millones de dólares al año) y el contrabando de granos (como se vio en forma flagrante en el caso Vicentin).

El gobierno de Fernández alienta una nueva concesión más saqueadora que la anterior

Frente al vencimiento de la concesión, se discute su prórroga o la contratación de una nueva administración. Pero todas las propuestas en danza apuntan a la continuidad del saqueo de nuestros recursos y la depredación del río. Desde aquellos que plantean mantener los mismos empresarios que tienen la concesión hasta los que hablan de rescisión. Entre estos últimos, el Ministerio de Transporte de la Nación, junto con los gobernadores de las provincias involucradas, apuntan a crear un ente interprovincial que se haga formalmente cargo de la hidrovía con el objetivo explícito de entregar la concesión a nuevos pulpos transnacionales. Se trataría de avanzar en un nuevo proyecto donde se dragaría con mayor profundidad, se rectificaría y ensancharía el río ampliando el señalamiento y el balizado. Detrás de esta supuesta “modernización” se busca transformar el Paraná en una verdadera autopista fluvial donde puedan circular miles de barcos mercantes, incluso de gran calado. Todo al servicio de facilitar la salida de los productos del complejo agroexportador, un beneficio a la medida de las transnacionales monopólicas. Una ruta modernizada para el saqueo y, a la vez, para la destrucción absoluta del ecosistema asociado al Paraná, su acuífero y la cuenca que desemboca en el río de la Plata.

Basta de privatización y depredación del río Paraná

Tenemos que recuperar nuestra soberanía sobre el río y a la vez preservar la flora, la fauna y la biodiversidad, tanto acuática como de las áreas ribereñas. Por eso decimos ¡no a la entrega de la hidrovía! El río debe ser primero para el disfrute del pueblo trabajador que vive en las ciudades y las poblaciones ribereñas. También como vía de transporte fluvial, pero de forma sustentable y al servicio de poder aprovechar plenamente nuestros recursos, no para el saqueo de los monopolios transnacionales. Por eso la única salida pasa por la reestatización de todas las actividades de dragado, balizamiento y control del transporte marítimo sobre el río Paraná, que debe pasar a ser gestionado por un ente con control de los trabajadores de las actividades involucradas y de las poblaciones ribereñas. Al mismo tiempo hay que reestatizar también todos los puertos privatizados, hoy en manos de los monopolios agroexportadores. 

Todo esto debe ser orientado a terminar con el saqueo de nuestros recursos que se viene produciendo por el virtual monopolio del comercio exterior por parte de las transnacionales citadas. Hay que recrear una empresa estatal de marina mercante, como la vieja ELMA, que construya y administre la actividad. Y, por sobre todo, se impone la nacionalización del comercio exterior y la recreación de todos los organismos de control respectivos, como las juntas nacionales de granos y de carnes.