Print this page

Córdoba. Conflicto en salud

Publicado en El Socialista N° 498
Tags

Escribe Joel Rojo

A Schiaretti no le interesa la salud. Al igual que el gobierno nacional, tiene como prioridad garantizar las ganancias patronales. A pesar de la segunda ola, la única restricción que rige es la prohibición para circular entre la 0 y las 6. Ya está centrado en las elecciones de octubre, por eso su prioridad siguen siendo obras como la autovía de Punilla, el tercer carril de la circunvalación, el biodiesel, etcétera. Al mismo tiempo, debe juntar millones de dólares para una deuda externa impagable y millones de pesos para financiar el déficit de la caja de jubilaciones provincial, porque aunque logró ayuda de la Nación, ese apoyo es endeble, ya que en las elecciones no quiere ir en la misma lista con el kirchnerismo.

En este marco, sigue con su política de privatización de la salud, beneficiando a sanatorios y clínicas privadas, grandes aportantes de sus campañas electorales. Por eso evita hacer eficiente la salud pública completando planteles, aumentando el presupuesto de salud y los salarios. Esto obliga a las trabajadoras y los trabajadores al doble empleo y permite salarios miserables en el sector privado. Esta es la razón de su actual ataque, con despidos y traslados persecutorios, que solo es posible por la complicidad de toda la burocracia sindical. En primer lugar, del Sindicato de Empleados Públicos, que negociando paritarias y condiciones de trabajo permite 44% de precarizados con salarios de indigentes y que la mayoría de planta permanente no supere la línea de pobreza.

También cuenta con las complicidades de ATE, con personería gremial reconocida, pero al que no reconoce como interlocutor, y de la Unión de Trabajadores de Salud, una unión simplemente inscripta que solo cumple el rol de títere de la burocracia de ATE. Los médicos que siempre actuaron separados del resto del equipo de salud, por sus bajos salarios, hoy hacen unidad de acción y actúan como el sector más conciliador con el gobierno. Estos sectores lanzaron la Multisectorial de Salud con un objetivo central, lograr una mesa de negociación con el gobierno, y con métodos burocráticos evitan la movilización conjunta. El gobierno los recibió una vez, escuchó “sus demandas” y les contestó con setenta y dos despidos de contratados como parte de su política de ajuste.

Desde fines de 2020 la Multisectorial viene evitando la movilización unificada en las calles con la excusa de la pandemia, y ante los despidos siguió con su política de pelear lugar por lugar. Tiene terror de que la coordinación la desborde como en Neuquén. Ha venido llamando a paros con asistencia y sin abandono, que han sido un fracaso por los aprietes de las direcciones y el temor de las trabajadoras y los trabajadores a más despidos ante la falta de una dirección consecuente. Por eso, cuando el hospital Tránsito Cáceres, en defensa de una cardióloga trasladada, llama a un plenario abierto de todos los sectores que apoyen esa lucha, lo boicotea. En cambio, ante el fracaso de su política divisionista llama burocráticamente otra vez a paro con asistencia y a una caravana el día 30.

Ante la claudicación de esta multisectorial, las bases del hospital Tránsito Cáceres y de otros establecimientos, junto con distintas organizaciones presentes en el plenario, entre ellas la CTA Autónoma, decidieron constituirse en plenario interhospitalario permanente, participar de la caravana del 30 y llamar a un nuevo plenario el martes 4 para hacer balance y decidir cómo sigue el plan de lucha. Además se votó el apoyo al conflicto de Neuquén y a los estudiantes procesados en la provincia. Desde Salud en Marcha e Izquierda Socialista seguimos apoyando este conflicto para que triunfe.