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La Copa América, los negocios de la Conmebol y la pandemia

Escribe Martín Fú

La crisis de las dos pandemias se metió de lleno en la Copa América. Tras varias idas y venidas que amenazaban su realización, de forma oportunista, el gobierno de Bolsonaro ofreció a Brasil como sede. Así lo confirmaron las autoridades de la Conmebol luego de que Colombia y la Argentina, sedes oficiales, desistieron de realizar el torneo.

Sin embargo, la confederación insistió en llevar adelante el torneo a pesar de la pandemia y la crisis sanitaria y social en que está inmersa gran parte del continente. O, como en el caso de Colombia, sumergida en una inmensa rebelión popular que recorre el país contra las políticas del presidente Iván Duque.

Jair Bolsonaro, en línea con la Conmebol, con 460.000 muertos en su país, se ha convertido en uno de los principales artífices para garantizarla en medio de la llegada de la tercera ola de Covid-19, del colapso del sistema sanitario y el repudio popular que genera hacia adentro. El propio equipo brasilero, a través de los jugadores y el cuerpo técnico, ha expresado su desacuerdo.

Es por ello que, desde el lado de los jugadores, los capitanes de los equipos están en contacto permanente y debaten los pasos a seguir para tomar medidas de conjunto en momentos en que los planteles nacionales están siendo mermados por los casos positivos de Covid-19. Ojalá se hagan eco de las protestas que recorren nuestros países.

Mientras tanto, la Conmebol, buscando ante todo “honrar” los compromisos comerciales, desconoce el contexto generado por la pandemia, la crisis social y hasta la misma opinión de sus jugadores, los verdaderos protagonistas del espectáculo. Una vez más los negocios se anteponen en la dirigencia del fútbol, el deporte más popular del mundo.