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Ni Frente de Todos ni Juntos por el Cambio / Votá a la izquierda que se une

Publicado en El Socialista N° 510
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No hay plata. Esa es la principal preocupación del pueblo trabajador. Los salarios no alcanzan. La inflación se los come. Ante el hecho contundente de que los acuerdos paritarios (del orden de 35% y en cuotas) se estaban quedando muy por debajo de las subas de precios, varios gremios han logrado que se reabran las paritarias y firmado recomposiciones del orden de 45%/47%, nuevamente en cuotas. Pero ni aun así evitarán terminar perdiendo frente a una inflación que va camino a terminar el año por arriba de 50 por ciento.

Lo mismo pasa con los jubilados. Sus haberes están perdiendo por goleada frente a la carestía y ya están en el nivel de indigencia para la inmensa mayoría. Esto no lo logra disimular ni el miserable bono que se acaba de otorgar en medio de la campaña electoral.

Si los que tienen ingresos en blanco están perdiendo, ni qué hablar de los que se encuentran tercerizados o en diversas condiciones de trabajo precario. El promedio salarial nacional orilla los 50.000 pesos, menos de la mitad de lo que se requiere para cubrir la canasta familiar, según los cálculos de los trabajadores de ATE-Indec.

A esto tenemos que sumarle el drama de los que han perdido sus empleos, o los que ya de antes vivían de changas, que ahora se han reducido hasta la casi inexistencia. En las plazas de los barrios populares vemos florecer de nuevo los “trueques”, e incluso en los parques y veredas de zonas de clase media de CABA abundan los vendedores de los más diversos productos. Toda una manifestación de que en los sectores populares crecen la miseria y la marginación, pero también se da el fenómeno de lo que algunos periodistas denominan la virtual “desaparición” de la clase media.

La otra gran preocupación popular es la pandemia. Y, en particular, el riesgo de que se desate una nueva oleada a partir de la variante Delta. La segunda dosis, sobre todo para los que recibieron la Sputnik, está virtualmente demorada y la vacunación en general avanza mucho más lentamente que el crecimiento del riesgo de una nueva ola de Covid-19.

Esta es la realidad, el marco en el que se empieza a desarrollar la campaña electoral hacia las PASO.
El gobierno peronista del Frente de Todos busca disimularla con un conjunto de medidas para tapar la crisis económica y social que citamos. Para ser claros, el Ahora 12, o Ahora 30, no pasa de ser una aspirina. No se trata de poder o no comprar una heladera, sino de algo mucho más básico, no estar en condiciones de adquirir los alimentos para llenarla. El gobierno de Alberto Fernández insiste con que “si no pudieron hacer más” fue por la herencia que les dejó Macri y la pandemia. Nuestro diagnóstico es totalmente opuesto, no lo hicieron porque priorizaron poner plata para pagar los vencimientos de deuda externa.

La oposición patronal de Juntos por el Cambio, por su parte, sigue inmersa en una pelea interna descomunal. Los cruces y las agresiones entre la supuesta “renovación de Manes” (que esconde al rancio partido radical), Carrió que amenaza denunciarlo ante la Justicia, y los dirigentes de PRO, han transformado a la interna de Juntos por el Cambio en una auténtica guerra por los puestos y la herencia del hoy “desaparecido” Macri. A todo esto hay que sumarle el más absoluto desprecio a las preocupaciones populares allí donde Juntos por el Cambio gobierna, como en CABA, donde Larreta busca mostrar una normalidad a toda costa, incluso violando los más elementales protocolos en la vuelta a la presencialidad escolar plena. De conjunto, Juntos por el Cambio no logra superar el repudio de la gran mayoría, que ya los vio gobernar y hambrear al pueblo trabajador.

El Frente de Todos agita estos fantasmas de Juntos por el Cambio. Así quiere explotar a su favor lo que se suele denominar “la grieta”. Pero hay algo que une a ambos. Acuerdan en que hay que seguir pagando la deuda y pactar con el FMI. Entre ellos no hay grieta ante el Fondo. Ambos van a votar en el Congreso el mayor ajuste que nos exigirá el acuerdo que hoy negocian Martín Guzmán y Kristalina Georgieva.

Esto es lo que vamos a enfrentar desde el Frente de Izquierda Unidad. Para eso necesitamos más diputadas y diputados de izquierda en el Congreso y las Legislaturas provinciales. Para pelear por que se suspenda el pago de la deuda y se rompan los lazos políticos y económicos con el FMI. Para que se cobre de verdad un impuesto a las grandes riquezas. Para exigir que toda esa plata vaya a salario, trabajo, educación, salud y vivienda. Para reclamar que se incauten las millones de vacunas que se están produciendo en Garín y así se garanticen las dos dosis necesarias para todas y todos.

Para todo esto hace falta un Frente de Izquierda Unidad más fuerte. Por eso necesitamos tu apoyo a la lista 1A, la de los fundadores del FIT, la izquierda que se une a nivel nacional. Y en Córdoba a la lista 2B. Sumate, vení a conocer nuestras propuestas, participá de nuestras reuniones, llevate volantes y periódicos para repartir y debatir con tus compañeros de trabajo y de estudio, con tus vecinos y familiares. Anotate como fiscal e invitá a tus conocidas y conocidos a hacerlo. Hacé que se multiplique la voz de los que pedimos el voto por el Frente de Izquierda Unidad, lista 1A “Unidad de la Izquierda”.