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La salud no debe ser un negocio ni variable de ajuste

Publicado en El Socialista N° 511
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Escribe Reynaldo Saccone, ex presidente de la Cicop y candidato a diputado nacional por CABA, Izquierda Socialista/FIT Unidad

Mientras la pandemia sigue cobrándose vidas, el gobierno del Frente de Todos dio un nuevo golpe al bolsillo de los trabajadores autorizando un aumento en las cuotas de las empresas de medicina prepaga. Este incremento castiga principalmente a muchas familias trabajadoras que, con grandes esfuerzos, logran pagar su cuota en las categorías inferiores de estas empresas, y si bien no reciben la misma calidad y cantidad de servicios porque en el sistema privado se dan en función de la capacidad de pago del afiliado, muchas veces son mejores que los brindados por las obras sociales o el sector público. Las prepagas cubren a un 10% de la población, pero consumen 30% del gasto total en salud. Este porcentaje del gasto total es el mismo que utiliza el sector estatal. Las prepagas resultan tres veces más caras por afiliado que una obra social o un usario del sistema público.

Obras sociales, negocio para la burocracia sindical

Si hay trabajadores que hacen enormes sacrificios para pagar las cuotas de la medicina privada es el deterioro de las obras y el hospital público. Casi 26 millones de empleados, jubilados y sus familias sufren descuentos en sus sueldos para su atención en las obras sociales. Esta enorme masa de dinero es administrada por la burocracia sindical (aunque también por los gobiernos en el caso de PAMI y las obras sociales provinciales). En su mayoría va a parar a sanatorios privados y a la industria farmacéutica a través de contratos que son fuente de corrupción y “retornos” a los bolsillos de los burócratas sindicales.

El sector estatal cubre 34% de la población que carece de obra social o prepaga y que aumenta continuamente, ya sea porque crecen la desocupación y el trabajo en negro o porque muchos “cuentapropistas” abandonan su prepaga. Está en una continua decadencia de años por el ahogo presupuestario al que lo vienen sometiendo los distintos gobiernos patronales como variable de ajuste y para favorecer a la medicina privada. Este ahogo es la causa del deterioro de la infraestructura, la carencia de tecnologías modernas, la reducción de personal y los sueldos de hambre para los que quedan.

Nuestra propuesta: un sistema nacional único estatal de salud

La salud no puede ser fuente de enriquecimiento para las empresas privadas y la burocracia sindical ni variable de ajuste del presupuesto estatal. Es necesario centralizar los tres subsistemas en un solo sistema nacional de salud, de propiedad estatal, bajo control de sus trabajadores y usuarios que garantice al pueblo el disfrute de una salud pública universal, gratuita y de excelencia para todos. Para eso será necesario un aumento sustancial de los fondos destinados a la salud que provendrá de un impuesto a las grandes fortunas y lo que se deje de pagar de la deuda externa. Esa es la propuesta de la Lista 1A Unidad de la Izquierda del Frente de Izquierda Unidad.