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No a la prisión domiciliaria para los genocidas

Publicado en El Socialista N° 537
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Escribe Claudio Funes

Una decisión de la Justicia otorga el beneficio de prisión domiciliaria a tres represores condenados por delitos de lesa humanidad. Se trata del genocida Miguel Osvaldo Etchecolaz, ex comisario y jefe de la policía bonaerense, que tiene nueve condenas a prisión perpetua en causas por torturas, secuestros y asesinatos. Así lo determinó la Sala II de la Cámara Federal de Casación integrada por los jueces Carlos Mahiques, Guillermo Yacobucci y Ángela Ledesma. Los otros dos genocidas también beneficiados son: el militar retirado Mario Ocampo, sentenciado a prisión perpetua por ser hallado responsable de secuestros, tormentos y homicidios y el exjefe de Contrainteligencia del Batallón 601, Luis Ángel Firpo.

Casación además convalidó que se le aplique la ley más benigna, que en la práctica es la disminución de la condena que debe cumplir, al jefe del grupo de tareas de la ESMA, Jorge “Tigre” Acosta, que el año pasado sumó una condena a 24 años por delitos de violencia sexual.

Este proceder de la justicia patronal no es novedoso. Siete de cada diez genocidas hoy tienen prisión domiciliaria. Parece ser, en realidad es, que los jueces tienen distinta vara para otorgar beneficios a los presos comunes y a los condenados por delitos de lesa humanidad.

Estas decisiones de la Justicia no hacen más que reforzar la impunidad, no solo de los genocidas, sino de todos aquellos que desde el poder le roban al pueblo trabajador y sectores populares con enormes actos de corrupción y persiguen a las y los luchadores. Ya el gobierno de Larreta utilizó miles de cámaras para espiar a dirigentes políticos, como Macri utilizó a la AFI y Cristina con el Proyecto X. La justicia patronal siempre estará al servicio de los poderosos mientras gobiernen los partidos patronales.

Hacemos nuestro el repudio a la resolución de la Cámara por parte los organismos de derechos humanos y junto con ellos continuamos reclamando el desmantelamiento de todo el aparato represivo, no a la prisión domiciliaria, juicio y castigo, con cárcel común y efectiva a todos los genocidas.