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¿Porqué faltan dólares? (I) / Los pagos de deuda y el FMI

Publicado en El Socialista N° 541
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Escribe Guido Poletti

A nuestro país siempre “le faltan dólares”, incluso cuando los precios de los productos que exportamos son altos. Muchas veces el saldo de la balanza comercial (las exportaciones menos las importaciones) es positivo. Eso sucederá este año, a pesar incluso de que las importaciones crecieron muchísimo producto de los altos precios de los barcos de gasoil.

¿Por qué entonces no alcanzan? La respuesta es simple: porque todos esos dólares (y muchos más) se terminan yendo por el barril sin fondo de los pagos de deuda y la fuga de capitales.

Desde que asumió el Frente de Todos, a  fines de 2019, se pagaron en concepto de diferentes tipos de vencimientos de deuda más de 15.000 millones de dólares. Se le pagó tanto al FMI como a los acreedores privados. Con respecto al Fondo, se abonaron religiosamente todos los vencimientos hasta la firma del acuerdo en marzo pasado. A partir de ese momento, cada uno de los dólares que nos envía el organismo según lo pactado, a cambio de un fuerte ajuste, corresponde a los vencimientos que hay que pagar. O sea, entra por una puerta y sale por la misma, casi automáticamente.

En relación con los acreedores privados, se nos había vendido en agosto de 2020, cuando se firmó el canje con los bonistas, que eso solucionaba el problema de los vencimientos. Era una vulgar mentira: ya desde el año pasado estamos pagando cuotas, como la que abonamos este 9 de julio por 690 millones de dólares.

A todo esto se suma que la inmensa bola de deuda en pesos, en bonos emitidos por la Tesorería o Letras del Banco Central (las famosas Leliq), vence casi constantemente. El gobierno busca desesperadamente renovarla a costa de ofrecer cada vez mayores intereses, generando una bicicleta financiera infernal a favor de los especuladores financieros, encareciendo de rebote el crédito para el consumo popular. Cuando aún así no lo logra, como pasó en los últimos dos meses, estos cobran esos bonos o letras en pesos e inmediatamente salen a comprar dólares. Si a esto le sumamos la fuga “legal” de aquellas empresas o individuos ricos que compran dólar Contado con Liquidación (CCL), que en la práctica es adquirir un bono nominado en dólares pagándolo  en pesos e inmediatamente venderlo en el exterior en dólares, quedándose con la divisa depositada en una cuenta en el extranjero, más todas las fugas de capitales ilegales que pueden existir, no hay cantidad de divisas que alcance.

Esto no se resuelve con mayores exportaciones (la “fabrica de dólares” que promete Massa, en la práctica un eufemismo para darle más privilegios  a los monopolios agroexportadores, gasífero-petroleros o mineros). Mucho menos con nuevos créditos que aumenten la bola de nieve sin fin de nuestra deuda externa.

Por eso insistimos en que hay que suspender de inmediato todos los pagos de deuda externa y romper con el FMI. Estas medidas, junto con la nacionalización de la banca para terminar con la bicicleta financiera y la fuga de capitales, son las únicas que terminarán con este agujero negro que constantemente, nos amenaza con dejarnos sin reservas de divisas.