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Sigue el ajuste y la entrega al FMI

Publicado en El Socialista N° 544
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Desde el pasado jueves por la noche la realidad política se encuentra cruzada por el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández. Un hecho político gravísimo que repudiamos y por el que exigimos una investigación a fondo (tema que desarrollamos en profundidad en "Repudiamos el atentado contra Cristina pero no fuimos a la marcha").

Todos los debates que se han generado y se seguirán generando al respecto en los próximos días no nos pueden hacer olvidar el drama económico y social que vive el pueblo trabajador, con una inflación que en septiembre superará el 6% y va camino al 100% anual. Con salarios y jubilaciones que ya perdieron un 30% de su poder adquisitivo en el último quinquenio y siguen en retroceso, sumiendo a millones en la pobreza. Con la mitad de la clase trabajadora en negro o tercerizada.

Desde hace un par de semanas, cuando se conoció la acusación del fiscal Diego Luciani a Cristina Fernández, el oficialismo del Frente de Todos y la oposición patronal de Juntos por el Cambio le dedicaron el 100% de sus declaraciones. Unos, negando la corrupción kirchnerista y diciendo que se trataba de un “ataque al peronismo”. Otros, buscando un aprovechamiento electoral y a la vez escondiendo la corrupción macrista. A esto le siguieron las discusiones por las vallas en la puerta de la casa de la vicepresidenta, la represión policial (hecho repudiable en sí) y los debates en Juntos por el Cambio entre Larreta y Patricia Bullrich (con esta última pidiendo más represión y mano dura). En este panorama se produjo el atentado a la vicepresidenta, el jueves pasado. Y todo lo que siguió de ahí en adelante.

Sin embargo hay algo que tiene que quedar claro: en medio de todo, el gobierno peronista del Frente de Todos sigue adelante con su feroz ajuste a medida de lo exigido por el FMI. Ya están en marcha los tarifazos, como se verá cuando lleguen las nuevas facturas a comienzos del mes que viene. Están los fuertes recortes a las partidas de educación, salud y obras públicas. Se recorta hasta las partidas para las personas con discapacidades. Los jubilados cobraron su “reajuste” de septiembre y una vez más perdieron contra la inflación. Y siguen las remarcaciones de precios, en particular en los productos de primera necesidad.
El superministro de Economía Sergio Massa viaja esta semana a los Estados Unidos. Antes de hacerlo anunció privilegios para los monopolios agroexportadores y las automotrices, quedando en agenda otros para las megamineras. A Cargill, Dreyfuss, Aceitera General Deheza, Cofco, ADM y Bunge y a los grandes terratenientes les garantizó un mes con retenciones cero, para que así puedan liquidar toda la soja que tenían acopiada.  Massa va a reunirse en este viaje con quienes deciden de verdad el destino de la economía argentina: Kristalina Georgieva y el staff del Fondo Monetario Internacional. Se ratificará el objetivo de la política económica del gobierno: alcanzar de acá a fin de año una reducción del déficit fiscal a 2,5% del PBI. Léase más y más ajuste y entrega al Fondo. A su vuelta, el equipo económico tendrá que presentar el presupuesto para el año próximo. Vendrá con recortes aún más profundos que los actuales.

Esta es la “agenda” del actual gobierno, de acá hasta el final de su mandato. Por eso es importante resaltar la lucha de los que hoy están enfrentando el ajuste. Ahí tenemos, entre otras, la enorme pelea docente en Córdoba, la que se dió conjuntamente entre docentes y el resto de los estatales en Santa Fé, la lucha de los trabajadores y familiares de personas con discapacidades contra los recortes o la que continúan los obreros del Sutna contra las patronales del neumático. Son todos conflictos concretos contra las consecuencias del ajuste, que tenemos que seguir apoyando y fortaleciendo para que triunfen. Más aún ante el vergonzoso silencio de la CGT y las CTA, cuyas conducciones son muy rápidas para salir a apoyar al gobierno pero no dicen una palabra antes los justos reclamos de las y los trabajadores. Por eso nos oponemos a quienes quieren aprovechar el correcto repudio al atentado a Cristina con llamados a la “paz social”, que en la práctica va a terminar siendo utilizada para deslegitimar luchas como las arriba mencionadas.
La oposición patronal de Juntos por el Cambio, mientras tanto, sigue inmersa en sus internas. Pero lo destacable, más allá de los nombres involucrados, es cómo compiten: lo hacen por mostrar quiénes serán capaces de ajustar más y más rápido si acceden al gobierno a fin del año que viene, o quiénes tendrán más capacidad para reprimir. Patricia Bullrich, en este aspecto, llegó al extremo de negarse a repudiar el atentado contra Cristina.  Lo mismo que hicieron Milei, Espert y los liberfachos, que lo tildaron de mero “hecho policial”.
 
Esta realidad de crisis, degradación social, miseria y marginación para el pueblo trabajador, no puede ser resuelta ni por el actual gobierno peronista del Frente de Todos ni por la oposición patronal de Juntos por el Cambio. O, mucho menos, por los “libertarios” de Milei.

Por eso es necesario postular, una vez más, otra alternativa política, la que venimos construyendo desde el Frente de Izquierda Unidad. Planteamos que es necesario otro programa económico, obrero y popular, que comience por dejar de pagar la deuda y romper con el FMI, para desde ahí priorizar salarios y jubilaciones dignas, por arriba del valor de la canasta familiar; trabajo genuino para los desocupados, y plata para salud, educación y vivienda. Una alternativa política que dice que es hora de que gobiernen los que nunca lo han hecho, los que no tienen responsabilidad ni complicidades con la crisis actual: los trabajadores y la izquierda, en el camino a una Argentina socialista.

Para escuchar estas propuestas y debatirlas es que desde Izquierda Socialista estamos realizando en estas semanas en todo el país distintos eventos, para que tengas la oportunidad de conocernos y acercarte a participar. Te esperamos.