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Personas con discapacidades / La lucha contra el recorte

Publicado en El Socialista N° 545
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La salud pública es uno de los sectores que más está sufriendo los brutales ajustes aplicados por el gobierno peronista del Frente de Todos para cumplir con los acuerdos firmados con el FMI. La suspensión de fondos, para el pago a las y los prestadores que atienden a personas con discapacidad, está paralizando esta actividad tan sensible. En esta página queremos visibilizar esta justa lucha desarrollada por los  profesionales de la salud y transportistas que no reciben sus pagos, y que son apoyados por los familiares de personas con discapacidades. -Lee también Una lucha unificada de prestadores y familiares-

El Socialista entrevistó a Horacio Labat (foto), quien participa junto a su familia en la asamblea regional de Córdoba.


E.S.-¿Cómo afecta a las familias este recorte en atención a la discapacidades?

Horacio Labat: Las familias de personas con discapacidades (PCD) nos vemos directamente afectadas por los recortes. En este momento, la falta de pago a los prestadores provoca la interrupción de la atención, lo cual significa un retroceso importante en el desarrollo de las terapias. Cada día perdido significa varios pasos atrás en un proceso en que cada minuto de trabajo del profesional terapeuta tiene un valor incalculable. Es por eso que muchos profesionales no quieren parar a pesar del tiempo sin cobrar. Pero la mayoría se vio obligada a hacerlo porque la situación económica no da para más.

Los familiares no podemos menos que solidarizarnos con los profesionales y con los transportistas. Ellos cumplen un papel tan importante que muchas veces se convierten casi en un integrante más de nuestras familias. Conviven a diario con las PCD, celebran sus logros, comparten temores y alegrías con sus familias, acompañan con su profesionalismo lugares sumamente necesarios.

Por todo esto acompañamos en sus reclamos y estamos dispuestos a seguir codo a codo en las calles junto a ellos.
 
E.S.- ¿Cuáles son los principales reclamos y cómo se están organizando?

H.L.: Estamos reclamando la inmediata liquidación de los aranceles profesionales, adeudados desde hace cinco o seis meses, y que afecta la atención de nuestros familiares.

Sin embargo, existe heterogeneidad en la lectura de la situación dentro de esta movida de prestadores y familiares. Muchos solo quieren que se regularicen los pagos, sin importar el contexto político, y abogan permanentemente para que “no se politice el movimiento”, tal vez sin tener en cuenta que la problemática parte de una decisión política y merece una respuesta política.

Otros, en cambio, creemos que estos recortes son parte de un fenomenal ajuste del gobierno nacional que viene de la mano de la modificación del sistema de prestaciones. Existe un proyecto de DNU, a la espera de la sanción de parte del Ejecutivo, que quitaría el manejo de los fondos a las obras sociales y las depositaría en manos de la Agencia Nacional de Discapacidad. Pero esa transferencia se haría sin el aporte de los afiliados a las obras sociales y solo con el aporte de fondos del Tesoro Nacional, que no garantiza la cobertura total de las prestaciones necesarias. Además, un monitoreo permanente con trámites interminables afectaría la ya de por sí difícil situación por la que cotidianamente atravesamos las PCD y nuestras familias.  
 
E.S.- ¿Cuál creés que sería la salida para solucionar este conflicto?

H.L.: Antes que nada, necesitamos que aparezca ya el dinero para pagarle a los prestadores, para que se reanuden los procesos terapéuticos. Porque, después de todo, ese dinero es el que aportamos todos los meses a nuestras obras sociales.

Pero, además, reclamamos una solución de fondo. Un Sistema Único Nacional de Salud Gratuito que atienda tanto a quienes tienen obra social como a los que no. También es importante que se integre al personal hoy tercerizado al régimen laboral del Estado, en igualdad de derechos con el resto del personal de la salud pública.

En la realidad de nuestro país, quienes hoy contamos con trabajo y obra social, mañana podemos estar en la calle y sin cobertura. ¿Qué pasaría con nuestros hijos y familiares? ¿De qué manera podríamos sostener los tratamientos necesarios?
Por eso hay que exigir plata para cubrir la necesidades de las PCD y no para la deuda externa y el FMI.