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Córdoba: rebelión en la salud

Publicado en El Socialista N° 550
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Escribe Marcela Martín, referente de Salud en Marcha y representante a la Coordinadora por el Hospital Santa María

El pasado 9 de noviembre, hartos de salarios promedio de 120 mil pesos, alta exigencia, malos tratos y otros reclamos históricamente incumplidos, renunciaron trece médicos del Hospital San Antonio de Padua de Río Cuarto e hicieron estallar la bronca de los equipos de salud de toda la provincia.

Un año atrás hubo importantes movilizaciones exigiendo aumento de salarios y contra los aprietes y los traslados compulsivos. Esa lucha terminó en una derrota, porque las direcciones burocráticas de ATE, UTS y un sector de médicos copó la Multisectorial que se había conformado junto a delegados de hospitales y a varias agrupaciones sindicales de la salud. Su política derrotista fue buscar centralmente la negociación con el gobierno, abandonando la movilización.

Una rebelión espontánea

A partir de las renuncias y ante una situación desesperante, de médicos con salarios de pobreza y de trabajadores con sueldos de indigencia, que obliga al pluriempleo, desde distintos hospitales se convocó a movilizar el miércoles 16. A pesar del calor agobiante de ese día, decenas de miles de trabajadores de los equipos de salud se movilizaron en capital y el interior mostrando una unidad que es inédita.

El gobierno peronista provincial empezó a desesperarse porque no tenía con quien negociar. Comenzó a llamar a los distintos estamentos de la salud, que fueron rechazando sus insuficientes ofrecimientos, pero esta política apuntaba a dividir el conflicto. Era imperioso lograr un comando unificado de la lucha

Surge una dirección

En base a la mala experiencia de la lucha anterior, se propone la conformación de una coordinación de todos los hospitales, con dos delegados elegidos por cada uno de ellos, tratando de que estén representadas todas las disciplinas de  la salud, desde los médicos hasta los administrativos, pasando por los residentes, enfermería, camilleros, etcétera. Esta coordinación empezó a tomar forma a partir de este sábado 19 en una reunión donde más de cien delegados, representando a cuarenta instituciones de salud, a la que se irán sumando otras, debatieron democráticamente la elaboración de un pliego de reclamos, encabezado por la exigencia de aumento del 200% al básico, el pase a planta permanente de todos los precarizados y un bono de fin de año de 150 mil pesos, entre otras. También se eligió una comisión de siete miembros, donde están representados los principales estamentos, incluidos los residentes, para ir a la negociación con el gobierno, pero que solo puede escuchar la respuesta al pliego y comunicar a la coordinadora quien deberá consultar a la base para decidir.

Los peligros

Desde nuestra agrupación Salud en Marcha creemos que la consolidación de esta coordinadora y su funcionamiento democrático es clave para el triunfo de esta pelea. El gobierno intentara dividirla y desconocerla. Reclamará la representación de los sindicatos del sector, que siempre han traicionado, como el SEP, y los que le han sido funcionales como ATE, UTS, ATSA. Para que la Coordinadora sea quien nos represente, debemos imponerla con nuestra movilización.