Terminó 2014 sin que hubiera una compensación digna para la mayoría de trabajadores y jubilados ante la brutal inflación. El no descuento del impuesto a las Ganancias del medio aguinaldo ha sido solo un paliativo para un pequeño sector, mientras ese robo sigue adelante. Hace falta un aumento de emergencia para todos.
Escribe: Atilio Salusso
2015 comenzó con aumentos en productos de primera necesidad, del transporte en varias provincias, impuestos por distrito y peajes. Que bajó la inflación es un verso. El gobierno a través de las mentiras del Indek dice que en todo el año fue menor a 24% pero la realidad es que rondó el 40% (mucho más lo fue para alimentos que superaron holgadamente esa cifra). Hasta los “precios cuidados” aumentaron por decisión del propio gobierno. Y mientras el petróleo bajó a la mitad, el gobierno y las petroleras solo redujeron un cinco por ciento el precio de las naftas. Mientras el kirchnerismo aumentó el subsidio para Chevron, Shell, Exxon y tantas otras multinacionales que se siguen robando el petróleo. Una verdadera burla.
El famoso “bono de fin de año” solo fue cobrado por un sector de trabajadores y en varios casos, con cifras miserables. Por ejemplo, como mostramos en estas páginas, en el propio Ministerio de Economía que preside el ministro Kicillof solo recibieron esa compensación una parte de los trabajadores quedando en banda al resto.
Ante esto, los dirigentes sindicales -tanto oficialistas como opositores- le han dejado las manos libres a los gobiernos (el nacional, provinciales y municipales) para que sigan con el ajuste. También a las patronales. Dejando librados a su suerte a los sectores de trabajadores que salieron a dar la pelea. Algunos gremios acordaron algunas migajas a cuenta de las paritarias.
La responsabilidad le cabe a la CGT Moyano que se negó a llamar a una lucha nacional. Se conformó con que el gobierno aflojara Ganancias del aguinaldo de fin de año. Pero el robo sigue.
En este marco transcendió que la semana pasada los gremios del transporte convocaron a un plenario para el próximo 19 de febrero donde, dicen, discutirán alguna medida contra el impuesto a las Ganancias. ¡Pero a fin de año anunciaron un paro general junto a la CGT Moyano que luego levantaron ante el mero paliativo de Cristina!
Algunos dirigentes, como los de la Bancaria, hablan de un aumento del 50% en las paritarias reclamando un aumento “puente” para compensar el costo de vida. Es que el promedio de los aumentos del año pasado fue del 31,6% cuando la inflación real rondó el 40%. Sin embargo, Utedyc, un sindicato moyanista que agrupa trabajadores de entidades deportivas, pactó un 30%, completamente insuficiente y por debajo de la inflación. Mientras el gobierno sigue siendo cómplice de las patronales, como Lear, que ha impedido una vez más reincorporar a parte de los despedidos desoyendo un fallo judicial.
Los reclamos obreros y populares siguen intactos. Aumento de emergencia para todos de acuerdo a la verdadera inflación. Salario inicial de bolsillo igual al valor de la canasta familiar. Abajo el impuesto a las Ganancias. Reapertura inmediata de las paritarias. Prohibición de despidos y suspensiones. Basta de trabajo en negro.
Es urgente exigir a los dirigentes de la CGT Moyano que abandonen el inmovilismo. Que el 19 de febrero los gremios del transporte definan un plan de lucha, no sólo por Ganancias, sino por salario y el resto de reivindicaciones; y que llamen a la CGT Moyano y a la CTA Micheli para que sean parte de ese plan de acción. Que los dirigentes dejen de hacerse eco de las campañas del gobierno que “ante momentos difíciles” no hay que reclamar. Lo mismo decía el kirchnerismo ante la campaña “patria o buitres”, de que no se podían reclamar aumentos cuando se estaba ante una supuesta pulseada nacional. ¡Un salario digno es indispensable para una familia trabajadora! ¡Apoyemos las luchas y exijamos a los dirigentes que se pongan al frente de estos urgentes reclamos!