Fue, sin duda el dirigente trotskista latinoamericano más importante de la segunda mitad del siglo XX. Tenía apenas 19 años cuando comprendió que las banderas de la Cuarta Internacional, fundada por Trotsky, asesinado solo 4 años antes, en 1940, eran el legado que permitiría recuperar el camino de la revolución socialista que había sido tronchado en la Unión soviética por la burocracia estalinista desde los años 20.
Escribe: Laura Marrone
Moreno se forjó en lo que él mismo llamó un trotskismo bárbaro, por el aislamiento de nuestro país respecto del centro de los procesos políticos mundiales al finalizar la segunda guerra mundial. La revolución cubana, sin embargo, puso a Latinoamérica en la mirada de los revolucionarios del mundo, y su derrotero acompañó la mayor parte de su vida política.
Cuba, comienza la revolución socialista en Latinoamérica
Convencido de que el internacionalismo era la clave para la formación de los partidos nacionales, fue uno de los primeros en comprender, a fines del 59 y comienzo de 1960, que la revolución en Cuba avanzaba por caminos impensados hacia la ruptura con el capitalismo y hacia el socialismo. Contra las tendencias sectarias y dogmáticas, ya en 1961, a partir de la expropiación a la burguesía, sostuvo que Cuba era un estado obrero, surgido por fuera del aparato del estalinismo mundial, aun cuando no respondía a los cánones clásicos de la revolución rusa, que hacían prever solo revoluciones apoyadas en la clase obrera y en organismos de democracia obrera como los soviets.
Moreno destacaba dos coincidencias centrales con la propuesta cubana: el rescate de la lucha armada como continuidad de la lucha de clases, en contra de las posturas reformistas que el Partido Comunista de la URSS ordenaba como estrategia de la coexistencia pacífica con el imperialismo, por un lado. Y por otro, la profundización de la revolución, que habiéndose iniciado con un programa democrático anti-dictatorial, había marchado hacia la expropiación de la burguesía en un proceso de revolución permanente imponiendo medidas socialistas.
El debate entre revolucionarios
La cabeza abierta a los procesos nuevos no le impedía, sin embargo, sostener al mismo tiempo una posición crítica e independiente hacia el castro guevarismo. Así, desde un primer momento advertía sobre los peligros que suponía la propuesta del Che, de extender la guerra de guerrillas a todo el continente. Moreno le discute que es necesario distinguir entre lucha armada y la táctica de guerra de guerrillas. La generalización simplista del foco guerrillero de Guevara a toda Latinoamérica conducía al desconocimiento de la realidad, de las formas de lucha y organización de cada movimiento de masas y llevaba a enfrentamientos difíciles y a la muerte a valientes jóvenes que a comienzo de los sesenta impulsaron los focos guerrilleros rápidamente aplastados, en numerosos países o como ocurrió en las décadas posteriores, en Argentina y Bolivia.1
El castrismo exporta la política estalinista
Pocos años más tarde, la polémica se reaviva con Fidel pero en un sentido diferente. Lejos de reiterar el foquismo del Che, internacionalista al fin, un Fidel cada vez más funcional a la política exterior de Rusia y del Partido Comunista, apoyó en 1968 el aplastamiento de la heroica insurrección antiburocrática en Checoslovaquia. En Chile en 1973, poco antes del golpe de Pinochet2 y luego en Nicaragua en 1979, convoca a no marchar hacia el socialismo3.
La estrategia de coexistencia con el imperialismo que despliega Moscú en el mundo, lo copta para ser freno de la extensión de la revolución latinoamericana, especialmente de la centroamericana, en ese momento extendida a varios países además de Nicaragua, como El Salvador y Guatemala. El patio trasero de EE.UU. está en llamas. Y Fidel convoca a la unidad con la burguesía y a gobernar con ella. En Argentina, la traición del partido comunista que apoya a la dictadura de Videla es acompañada por Fidel.4
Moreno sostiene que la transformación del Movimiento 26 de julio, con un programa originalmente nacionalista revolucionario, anti dictatorial y antiimperialista, en un partido estalinista, burocrático, se explica justamente por su carácter de clase pequeño burgués, asentado en una formación militar, burocrática. Esto le impidió impulsar desde el inicio el desarrollo independiente y democrático de la organización de base de las masas cubanas y la apropiación de éstas de los destinos de la revolución, mediante el ejercicio de la democracia obrera.5
Revolución política o restauración capitalista
En Actualización del programa de transición6, escrito en 1980, Moreno advierte que las economías de los estados obreros burocráticos, desde Rusia a Cuba, orientadas a un desarrollo nacional y al servicio de los intereses de los aparatos dirigentes, llevan a la crisis crónica de los mismos, al padecimiento de sus trabajadores y los hace cada vez más dependientes de la economía mundial capitalista. Señala que esto conduce a dos caminos: o avanzan hacia la integración al mercado mundial y la restauración del capitalismo, o marchan a la revolución política que había propuesto Trotsky, “para que el movimiento obrero democráticamente acomode sus planes económicos al desarrollo de la revolución mundial”.7
Afirma que la revolución política “se ha transformado posiblemente en la tarea específica más inmediata e importante de la Cuarta Internacional.” 8 Esto supone un programa no solamente para los estados obreros burocráticos como la entonces URSS, China y Cuba, para impedir el peligro de la restauración capitalista, sino también para todos los organismos de la clase obrera en el mundo, especialmente los sindicatos. Para ello propone un programa: terminar con el régimen de partidos únicos en los estados obreros, derecho a la organización sindical independiente del estado, revocabilidad de los delegados, impulso a las asambleas y la decisión de las bases, etcétera, para avanzar en la construcción de nuevas direcciones revolucionarias.
Moreno falleció en 1987, sin ver que los cursos de revolución política iniciados en el este, como en Polonia, si bien lograron acabar con las dictaduras de partido único en la ex URSS y el este europeo, y destruir el aparato estalinista mundial, no pudieron frenar y derrotar el avance de la restauración capitalista. No surgieron direcciones revolucionarias que permitieran reconstruir la memoria histórica de la clase obrera y retomar el camino del socialismo y la democracia obrera. La restauración capitalista en el este, y el proceso en el mismo sentido de Cuba, del cual la reciente reanudación de relaciones diplomáticas y las crecientes relaciones comerciales con EE.UU. da cuenta, saldaron la hipótesis de Moreno en el sentido más negativo.
Sin embargo, el capitalismo imperialista no se recupera, sigue de crisis en crisis. Al mismo tiempo, cada día hay más luchas en el mundo y los grandes aparatos contra-revolucionarios que otrora las controlaban, han entrado en crisis. Las masas se movilizan en todos los continentes y generan el caldo de cultivo para que surjan las nuevas corrientes y direcciones revolucionarias.
Sigamos su lucha por el socialismo y la Cuarta Internacional
Mientras el castrismo y el chavismo confunden a las masas con el modelo chino de restauración capitalista, desvirtuando el legado de la propia revolución cubana, es bueno recordar las tesis de Moreno quien reafirma que el socialismo, o sea la expropiación de la burguesía y la planificación democrática de la economía según las necesidades del conjunto de la humanidad es cada vez más imperioso. En su tesis XL sostiene que la humanidad está al borde del precipicio. Que el imperialismo y la burocracia, no solamente pueden llevarnos a una etapa de barbarie y nueva esclavitud, sino a algo más grave: al peligro de que el globo terráqueo se transforme en un planeta sin vida. “Solo el socialismo puede superar el mundo de la necesidad y llevarnos al terreno de la libertad”9.
Para ello, su tesis XLI plantea la tarea, urgente, hoy más que nunca: Reconstruir la IV internacional.
Seamos rebeldes, pensemos cómo.
1. Ver Dos métodos ante la revolución latinoamericana (www.nahuelmoreno. org), de 1964, y Moreno, Nahuel et alt. Argentina y Bolivia un Balance. Polémica con la guerrilla 1969-1972. Bs As, Cehus, 2014
2. Ver Chile: la derrota de la “vía pacífica al socialismo”. Bs. As., El Socialista, 2013
3. La brigada Simón Bolívar. Bs. As., El Socialista, 2009.
4. Moreno, Nahuel. Actualización del programa de transición. Bs. As., Cehus, 2014. Pág. 57.
5. Ibid, Tesis XX pág. 91
6. Ibid. Pág. 150
7. Ibid, pág. 93
8. Ibid, pág. 100
9. Ibid, pág. 153