Los socialistas revolucionarios somos la Tercera
Opción
El 2 de diciembre
rechacemos
la Reforma Constitucional
VOTA NULO
Quienes
conocen nuestra trayectoria como dirigentes sindicales y
políticos de los trabajadores, tienen la plena certeza que
jamás hemos estado del lado de los explotadores, de los
patronos, de los terratenientes, ni hemos sido instrumento de gobiernos
extranjeros que pretendan vulnerar nuestra soberanía. Los
trabajadores y la vanguardia política revolucionaria del
país nos reconoce como luchadores anti-imperialistas y
anti-capitalistas; defensores de la democracia sindical; enemigos de la
burocracia política y sindical; combatientes contra la
corrupción e impulsores de las ideas del socialismo
revolucionario.
Durante
décadas hemos estado y seguiremos estando al servicio de las
luchas del pueblo y en defensa de los intereses de los trabajadores.
Asimismo, defendimos al gobierno del presidente Chávez contra
los ataques de la burguesía y el imperialismo en los días
del golpe y del paro-sabotaje petrolero, lo que nos confiere la
suficiente autoridad moral y política para expresarnos
categóricamente en contra de la Reforma Constitucional
presentada por los poderes Ejecutivo y Legislativo del país, y
que será sometida a referendo el próximo domingo 2 de
diciembre.
Recientemente
el presidente Chávez dejó entrever que no apoyar la
reforma es ser parte de una “conspiración
internacional”, nosotros rechazamos esta visión
maniqueísta que pretende hacer creer que cuestionar la reforma
constitucional es ser “escuálido”, y que no se
está con el proceso revolucionario. Por ello decimos que hay una
“tercera opción”, la de los socialistas
revolucionarios que hemos defendido este proceso y estamos por su
profundización hacia el verdadero socialismo sin patronos,
burócratas ni corruptos, y por un Gobierno de los Trabajadores y
el Pueblo.
La Reforma Constitucional recorta libertades democráticas y políticas
Rechazamos la Reforma Constitucional porque contrario a lo que dicen
sus inspiradores y defensores, con ella se retrocede en el tiempo, al
limitarse o directamente desconocerse importantes conquistas y
libertades democráticas alcanzadas con mucho sacrificio. Y lo
que es peor, nada tiene que ver con la profundización del
proceso revolucionario en una perspectiva socialista.
De forma y de contenido, la Reforma es un golpe severo a las libertades
políticas y democráticas. Los primeros 33
artículos fueron elaborados por una comisión escogida a
dedo por el Presidente, la cual durante más de 4 meses
trabajó bajo el más hermético secreto sin
consultar a los sectores implicados con cada tema. De igual o peor modo
procedió la Asamblea Nacional, violentando procedimientos
básicos de la actividad parlamentaria para la aprobación
de 36 artículos adicionales y 15 disposiciones transitorias.
Es un hecho público y notorio que los poderes Ejecutivo y
Legislativo, que tanto pregonan la democracia participativa y
protagónica, la han dejado de lado para presentar una Reforma
que bien pudo discutirse en una Asamblea Constituyente o en una
Asamblea Nacional de Delegados del Pueblo, donde los distintos sectores
populares en lucha podrían haber discutido amplia y
democráticamente los principales problemas económicos,
sociales y políticos del país, y trazar el rumbo y las
medidas de transición al socialismo. Por el contrario, el
Presidente y la Asamblea Nacional en lugar de propiciar la
participación democrática, nos han retrotraído al
viejo esquema de la democracia representativa que imperó durante
40 años de bipartidismo adeco-copeyano.
De ahora en adelante, en caso de aprobarse la Reforma, se
requerirán mayores porcentajes de electores para invocar
cualquier tipo de referendo; se extienden privilegios para los
diputados nacionales; en tanto que el Presidente quedará
investido de poderes especiales que socavarán los derechos
electorales del pueblo, tales como la atribución de nombrar a
dedo nuevas autoridades, en el caso de las vicepresidencias regionales
o de los distritos funcionales. Será el Presidente o la
Presidenta, la única persona con derecho a reelegirse en el
cargo, lesionando el criterio de igualdad de deberes y derechos de las
y los venezolanos.
Mención especial merece el desconocimiento de la libertad de
información para el pueblo, el cual ha sido eliminado en el
artículo 337, con lo cual se convalida la acción golpista
que los fascistas adelantaron entre el 11 y el 13 de abril del 2002,
quienes lo primero que hicieron fue secuestrar el derecho de
información.
Con la Reforma Constitucional no avanzamos al Socialismo
La Reforma Constitucional va a contravía de ese gran
sueño socialista por el que lucha nuestro pueblo. Buena prueba
de lo que decimos se refleja en la propaganda del gobierno desplegada a
través de los medios de comunicación, en la que asegura
que la Reforma protege la propiedad privada y argumenta que las
empresas mixtas, como nueva forma de propiedad, significan un avance
hacia el socialismo. Los verdaderos revolucionarios decimos con toda
claridad que la propiedad privada de los medios de producción y
la permanencia de las multinacionales como socias en la empresa
petrolera, y en la explotación de nuestros recursos naturales o
de las empresas del Estado, es incompatible con el socialismo, por
cuanto la propiedad privada es una de las piedras angulares del sistema
de explotación capitalista.
Los trabajadores de Sanitarios Maracay, los de la Planta de
Procesamiento de Desechos Sólidos y TV-ULA en Mérida, o
los conductores de gandolas en el Estado Bolívar, para
sólo mencionar casos relevantes, han entendido que la defensa de
la propiedad privada por parte del gobierno no es sólo un slogan
de campaña a favor de la Reforma Constitucional. Efectivamente,
el gobierno a través del Ministerio del Trabajo, la Guardia
Nacional, los alcaldes y gobernadores, ha demostrado que está
comprometido con la defensa de la propiedad privada, al aupar o ser
cómplices del desalojo violento que los patronos han hecho de
estos trabajadores que sólo reclaman su derecho al trabajo, el
pago de sus prestaciones y su aspiración de poner a producir las
empresas bajo control obrero.
Por ningún lado aparece en el proyecto de Reforma Constitucional
que el Presidente o la Asamblea Nacional rompan en forma definitiva con
los empresarios privados nacionales e internacionales y con los
terratenientes. Tampoco se plantea la expropiación y control de
los medios de producción por parte de los trabajadores y el
pueblo, y mucho menos se contempla en la Reforma instaurar un genuino
gobierno conformado por trabajadores, campesinos y sectores populares.
Ese es el único socialismo que puede redimir al pueblo
venezolano de las miserias y lacras del capitalismo.
La Reforma no representa beneficios concretos e inmediatos para los trabajadores
La reducción de la jornada laboral, la retroactividad de las
prestaciones sociales y la creación del Fondo de Estabilidad
Social, son derechos que ya fueron alcanzados por los trabajadores con
la Constitución del 99, sólo que el gobierno y la
Asamblea Nacional se han mostrado incapaces e inconsecuentes con dar
cumplimiento a la reglamentación de la Ley Orgánica de
Seguridad Social y de la Ley Orgánica del Trabajo, con las
cuales se garantiza para todas y todos los venezolanos los beneficios
de pensión, jubilación, vacaciones, reposos,
retroactividad de las prestaciones y reducción de la jornada
laboral, entre otros.
Los Consejos Laborales, además de no ser organizaciones creadas
en forma genuina por los trabajadores ni nacidos de su lucha diaria,
son organismos que nacen tutelados y controlados en forma absoluta por
el Ejecutivo, lesionando la independencia y la autonomía de los
trabajadores y sus organizaciones. Ejemplo palpable de lo que afirmamos
es lo que se vive en el Ministerio del Trabajo donde se ha creado un
Consejo Laboral por indicaciones del Ministro, pero ese organismo sirve
para cualquier cosa, menos para reclamar el derecho a la
negociación de contrato colectivo en una institución que
lleva 14 años sin firmarse una nueva convención colectiva
de trabajo.
Se nota entonces el interés del Gobierno Nacional en seguir
promoviendo la división en las filas de los trabajadores,
anteponiendo organismos que no son autónomos y mantener la
política anti-sindical desatada en el presente año,
expresada en el desconocimiento de la Unión Nacional de los
Trabajadores, de los dirigentes legítimos de los sindicatos
petroleros y de los trabajadores del sector público, quienes
llevan 36 meses esperando la firma de un nuevo contrato marco.
No menos podemos decir del artículo 141 reformado, con el cual
se pierde el carácter de empleado público al servicio de
los ciudadanos y ciudadanas para convertirse en instrumento del Poder
Público central, medida con la cual se pone en riesgo el derecho
a huelga, la estabilidad laboral, el derecho de organización
sindical y de contratación colectiva, al convertir a los
empleados de la administración pública en empleados de
manejo y confianza.
Por otra parte, la reforma no contempla un aumento general de sueldos y
salarios, ante el desabastecimiento y la inflación desbocada que
padece el país, ni mucho menos la escala móvil de
salarios, ni ninguna medida económica o social para recuperar el
nivel de vida de la población.
Una advertencia para el imperialismo y la oposición golpista
La oposición golpista, teledirigida desde Washington, que se ha
recuperado económica y políticamente gracias a la
política de colaboración de clases del gobierno, se
encuentra envalentonada suponiendo que si triunfa el NO, ello
significará una renuncia del pueblo a las conquistas
revolucionarias. Los socialistas revolucionarios les decimos que
están muy equivocados en esa apreciación, ya que de
intentar cualquier acción desestabilizadora o golpista,
tendrán en frente y en acción a millones de trabajadores
que estamos dispuestos a ocupar las fábricas y ponerlas a
producir bajo nuestro control.
Decimos con total claridad que la oposición golpista, renovada
con sectores del movimiento estudiantil, no representa ninguna
perspectiva positiva para el pueblo. Ellos sólo quieren
devolvernos al pasado bipartidista, de corrupción, anti-obrero,
anti-popular y proimperialista, para seguir explotando a la clase
trabajadora y acumular millones y millones mientras el pueblo se muere
de hambre. Ellos fueron, son y seguirán siendo los grandes
enemigos del pueblo y la revolución, a los que hay que derrotar
definitivamente, sin darles más concesiones como ha hecho el
gobierno, expropiándoles las empresas, las tierras, bancos y
grandes comercios para que sean administrados y controlados
directamente por el pueblo. Ese es el socialismo por el que nosotros
luchamos.
Los trabajadores y los revolucionarios no podemos votar a favor de la Reforma Constitucional
Muchos trabajadores y trabajadoras se están expresando
abiertamente contrarios a la Reforma Constitucional porque saben que
con ella se retrocede. Otros lo hacen en forma encubierta porque
sienten la enorme presión que los funcionarios gubernamentales
ejercen contra ellos, especialmente en el sector de la
administración pública, o en PDVSA. Lo positivo es que
las trabajadoras y trabajadores que así piensan o actúan,
no tienen nada en común con los empresarios, los terratenientes,
las multinacionales, ni con los güarimberos disociados, ni con los
golpistas fascistas de profesión.
Los revolucionarios no podemos ser ciegos ni sordos ante este clamor
que viene desde abajo y que busca la forma de expresarse contra la
Reforma Constitucional este próximo 2 de diciembre. Por esta
razón llamamos a todos los trabajadores, a los campesinos,
jóvenes y al pueblo en general a no aprobar esta Reforma
Constitucional que no nos conduce al socialismo al que aspiran
millones, un socialismo sin patronos ni terratenientes, sin
burócratas ni corruptos “rojos, rojitos”.
Llamamos a los trabajadores a VOTAR NULO el próximo 2 de
diciembre, no marcando ninguna de las dos opciones (SI ó NO), y
pulsando sólo la tecla VOTAR, fórmula que nos han
planteado muchos trabajadores que se sienten atemorizados de que los
identifiquen como abstencionistas, ya que el CNE
antidemocráticamente prohibió hacer campaña por la
abstención; que los despidan de su trabajo en empresas del
Estado o que los cataloguen de “contrarrevolucionarios” o
“saltatalanquera” por votar NO.
Para los socialistas revolucionarios lo importante es expresar que no
apoyamos la Reforma Constitucional propuesta, razón por la cual
nos solidarizamos y alentamos a todos aquellos compañeros que
piensan abstenerse en forma consciente para no comprometerse con una
Reforma Constitucional retrógrada, y con mucha más
razón a los que están dispuestos a jugarse votando NO,
sin importarles la manipulación y las presiones de todo tipo de
que son objeto. A todos ellos les expresamos nuestra solidaridad
política, porque nosotros tampoco apoyamos la reforma, y
así lo hemos hecho saber durante más de 3 meses.
Por eso decimos con toda autoridad: compañero trabajador,
compañera trabajadora, compañera campesina y campesinos,
compañeros y compañeras de las comunidades, el 2 de
diciembre votemos nulo, y organicémonos políticamente en
un Partido de los Trabajadores para seguir luchando por el socialismo
sin patronos, burócratas, ni corruptos.
Orlando Chirino - Miguel Ángel Hernández- Emilio Bastidas-Armando Guerra - Rafael Ruiz
Por el Comité Impulsor del Movimiento por la construcción de un PT
Venezuela, 26 de Noviembre de 2007
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