Barcelona: un atentado con nefastas consecuencias

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image 2Escribe Simón Rodríguez

Los socialistas repudiamos este crimen aberrante y la doctrina fascistoide del ISIS. Reproducimos extractos de la declaración de Lucha Internacionalista, organización hermana de Izquierda Socialista en el Estado Español. El crimen ha dejado rondando el espectro de mayores restricciones a los derechos democráticos.

El 18 de agosto en la tarde, un automóvil conducido por un fundamentalista arrolló a más de un centenar de personas en un paseo peatonal de Barcelona, asesinando a trece. En horas de la noche cinco miembros de la misma célula fueron ultimados por la policía en Cambrils, al sur de Catalunya. Finalmente, el lunes el atacante de Las Ramblas fue asesinado por la policía. ISIS (Daesh en árabe) reivindicó los ataques.

Este crimen es parte de una campaña de atentados que realiza ISIS en Europa. Desde una perspectiva socialista repudiamos tanto los métodos como los fines que persigue esta organización ultrarreaccionaria nacida en Irak como consecuencia del caos y la violencia sectaria que generó la invasión yanqui, y que luego expandió sus operaciones a Siria en medio de la guerra civil, donde centró sus ataques contra los rebeldes. Su proyecto es imponer una dictadura teocrática como la saudí en el territorio de Irak y Siria, donde sostiene enclaves en los que aplica métodos aberrantes de control social y limpieza étnica. Como contracara de los crímenes de esta organización está la política “antiterrorista” de los gobiernos de EE.UU. y Europa, empleada como coartada para restringir los derechos democráticos.

El atentado es aprovechado por el gobierno corrupto y antipopular de Rajoy para chantajear a las demás fuerzas políticas con el argumento de la “unidad” y aplastar las disidencias con medidas represivas. Como consecuencia del atentado, por ejemplo, se levantó la huelga indefinida de los controladores aéreos del aeropuerto de Barcelona. Sectores del gobierno también plantean que el referendo independentista catalán debe ser suspendido. También se reactiva el Pacto Antiterrorista suscrito por la mayoría de los partidos burgueses del Estado Español en 2015. Podemos, miembro “observador” del pacto, también ha prometido “lealtad” a la política antiterrorista de Rajoy. En el pasado reciente, los atentados realizados en Francia fueron usados por el entonces presidente Hollande para imponer un estado de excepción que en la mayoría de los casos se aplicó contra sindicalistas.

En el enrarecido clima político imperante también se envalentonan los grupos fascistas y neofranquistas. Al día siguiente del ataque, un grupo de militantes de extrema derecha se enfrentó a antifascistas y vecinos del mercado La Boquería, siendo finalmente expulsado por la multitud. Mientras se intensifican los discursos islamófobos y racistas de sectores de derecha, miles de catalanes responden con la consigna “no tengo miedo” al intento de la derecha de hacer avanzar su propia agenda. Precisamente en Barcelona se realizó el año pasado la mayor movilización en solidaridad con los inmigrantes que intentan llegar a Europa huyendo de la barbarie fascista de Assad en Siria, o cruzando el Mediterráneo en embarcaciones precarias para escapar de la miseria. Participaron unas 300.000 personas. Un espíritu solidario y abierto que no debe ceder ante la violencia fundamentalista del llamado Estado Islámico ni ante la derecha española y el gobierno de Rajoy, que sostienen la ocupación de enclaves coloniales como Ceuta y Melilla a estas alturas del siglo XXI y cuyos militares cometen permanentemente crímenes en otras latitudes como parte de la OTAN.


Lucha Internacionalista (UIT-CI) ante el atentado

Desde Lucha Internacionalista nos solidarizamos con todas las víctimas del ataque de ayer y sus familias. Rechazamos este tipo de acciones que pretenden sembrar el terror y el miedo entre la población, así como rechazamos el fanatismo reaccionario que las inspira.

Hoy no nos olvidamos de los miles de hombres, mujeres y criaturas que mueren en las calles de Siria e Irak, en ataques parecidos o bajo las bombas occidentales. Para nosotros no hay muertos de primera y de segunda: rechazamos la hipocresía de los gobiernos de Europa, que sólo se horrorizan cuando la sangre se vierte en París, Berlín, Londres, Niza o Barcelona.

Es falsa la disyuntiva que nos plantean Rajoy o Puigdemont: la “democracia” contra el “terrorismo”, la “libertad” contra la “barbarie” […] ¿De qué democracia hablan? ¿De la que nos llevó a la guerra de Irak? ¿La que apoya al Estado genocida de Israel? ¿La que con el rey en persona firma millonarios contratos de armas con la sangrienta monarquía de Arabia Saudita? ¿La que considera al criminal Al Assad un mal menor para Siria? ¿La que militariza las fronteras europeas y condena a la muerte en el mar a miles de personas? ¿La que recorta derechos y libertades y criminaliza las luchas en nuestro país? ¿La que condena a la clandestinidad y la sobreexplotación a miles de trabajadores y trabajadoras sin papeles? […] Son estas políticas las que alimentan la espiral en que crece el fanatismo y grupos como Daeix que –no debemos olvidarlo- se han hecho fuertes en Siria e Irak sofocando en sangre la lucha por la libertad de sus pueblos.

Por eso no nos creemos las lágrimas de cocodrilo de los gobiernos que son responsables también de esta violencia. Y no nos pondremos detrás de sus pancartas, que sólo utilizarán para sembrar más sangre y más miedo. […] No será utilizando los muertos inocentes de hoy en Barcelona que se legitimarán los bombardeos indiscriminados del imperialismo sobre Raqqa o Mossul. Como gritamos después de los atentados de Atocha, las bombas en Bagdad estallan en Madrid.

Tampoco en nombre de nuestra seguridad aceptaremos la militarización de nuestras vidas, como presagia la convocatoria del Pacto Antiterrorista anunciado ayer por Rajoy. Como tampoco que se cierren las fronteras a la gente que huye de la guerra –y de un terror mayor al vivido ayer aquí - o de la miseria. Ni tampoco, que se ponga en el punto de mira a los migrantes o a los musulmanes.

Pero igual que no nos encontrarán tras las banderas del Estado encabezado por la monarquía, saldremos a la calle a acompañar las familias de las víctimas y a gritar muy fuerte todo esto: ¡los muertos son nuestros, del pueblo, y no de la política de la violencia contra los pueblos de aquí y de todo el mundo!

Barcelona, 18 de agosto de 2017