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Escribe:
Guillermo Sánchez
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¡Triunfo de los familiares!
Durante más de 10 meses hemos sufrido acusaciones falsas, campañas difamatorias, porque el gobierno quería desprestigiar la lucha y seguir con la impunidad. Pese a todo la movilización de familiares y amigos y el apoyo de sectores de la sociedad, le torció el brazo a Ibarra y a quienes lo sostuvieron hasta último momento, dando un enorme paso con su suspensión. Ibarra, como un autista, sigue repitiendo lo mismo que estos 10 meses: que es un chivo expiatorio, que no se investigó nada, que es una maniobra del macrismo y la derecha. Muchos se preguntan si realmente es un triunfo de los familiares. También si no es una exageración que Ibarra sea destituido.
Es bueno recordar que desde el primer día de la masacre lo único que hizo Ibarra fue tratar de zafar, indemnizar humillantemente a los familiares con $300.000, hacer un plebiscito para quedarse en el poder, rechazar una interpelación, acusar a los familiares de provocadores, estar infiltrados, ser utilizados por la derecha, ser “desequilibrados” por el dolor. Nunca hizo nada de nada por “investigar en serio” como pregona, rechazó la comisión investigadora, prohibió a sus funcionarios declarar, no se presentó a la justicia. Mientras decía una cosa, hacía todo lo contrario. Ahora dice que fue la derecha quien lo echa. Nada más alejado de la realidad.
La derecha no acompañó la lucha
Fue a pocas semanas de la masacre cuando en la legislatura nuestra querida Mariana Márquez denunció a Ibarra y a los legisladores. Mariana tuvo que hacerse oír, porque los legisladores –fundamentalmente los macristas- aceptaban no interpelar a Ibarra. También apoyaron el nombramiento de Juanjo López como cuasi interventor, para evitar que Ibarra cayera. Los mismos legisladores son los que, pasados 10 meses, recién se comprometieron ante los familiares a votar a favor del juicio político. Pero, como ellos mismos lo dicen, “jamás pensábamos que se iban a sumar 30 votos”.
Los macristas nunca acompañaron una marcha ni acciones que hicimos en estos meses. Sólo la izquierda, y muy pocas personalidades, lo hicieron.
El nefasto rol de la centroizquierda
Luego del Argentinazo del 2001, la ciudad que maneja el segundo presupuesto nacional tuvo un Jefe de Gobierno de centroizquierda que sólo cuenta con una banca de dos ibarristas. La centroizquierda estalló, al igual que el zamorismo, y eso se reflejó en infinidades de bloques unipersonales en la legislatura porteña. El kirchnerismo, pese a comprar diputados como Borocotó, apenas sumaba seis. En las elecciones, tanto Macri, el ARI y Kirchner, para ganar votos, prometieron apoyar a los familiares. Cuando el jueves intentaron la maniobra para no llegar a 30, con compra de votos y faltazos, lo que estalló fue la bronca. Obligamos a suspender la sesión.
A partir de eso, ya nadie se animaba a cambiar nuevamente su voto, porque quedaba muy expuesto, sobre todo después del escándalo de Borocotó. Así, por la presión y la lucha incasable de casi un año, sin que los propios legisladores lo quisieran (y creyeran) se llegó al voto 30, número fatídico para Ibarra. No es casual que en las calles estallara la algarabía, abrazos, llantos. Y que en el recinto reinara el silencio.
Ahora vamos por la cárcel a Ibarra y a todos los responsables
Entre los familiares y sobrevivientes se fueron dando agrupamientos, cuyas diferencias se centraban en qué actitud tomar frente al gobierno de Kirchner, los legisladores, la justicia. Con la Asociación AVISAR desde un primer momento llamamos a confiar sólo en la movilización social, denunciando a la gran mayoría de los legisladores, a Kirchner y los jueces, como cómplices de este sistema corrupto que mata por dinero. Otros centraban su accionar en el dialogo con ellos o en confiar en “jueces buenos y no en los malos”. La realidad demuestra que sólo la movilización y la lucha contra estos poderes políticos, permiten dar pasos por justicia.
Ibarra recibió un duro golpe, pero aun no está enterrado. Debe ser destituido e ir preso porque él es parte fundamental de la corrupción que, a cambio de suculentas coimas, permite que haya decenas de Cromañón, en escuelas, subtes, hospitales, trenes, boliches, donde está en riesgo la vida de miles de personas.
Ahora, con la fuerza de esta suspensión, debemos dirigirnos hacia los jueces, como lo hicimos contra los legisladores, para lograr que castiguen y encarcelen a Ibarra, Chabán y a todos los responsables de la masacre.
Lograr esto será el paso fundamental para que tantas vidas no hayan sido en vano, para que nunca más haya otro Cromañón y comenzar a cambiar la historia de impunidad en Argentina.
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