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Escribe:
Juan Carlos Giordano
Pases de Borocotó y ex duhaldistas al Frente para la Victoria
Tránsfugas
El traspaso del médico y legislador de Macri, Eduardo Lorenzo Borocotó, a las filas kirchneristas, es un escándalo. También la de varios intendentes ex duhaldistas. El bochorno de los legisladores de Kirchner intentando salvar a Ibarra en el caso Cromañón, le pusieron el broche de oro. Una prueba contundente de que, en la Argentina de Kirchner, sigue la vieja política.
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Por estos días se escribió varias veces la palabra “tránsfuga”. Significa “pasar de un lugar a otro”. Pero en la jerga popular, es sinónimo de “sinverguenza”. Esta última sirve para describir claramente los hechos políticos que están ocurriendo.
El médico y legislador Eduardo Lorenzo “Borocotó”, quien resultara electo como tercer diputado nacional por la alianza Macri- López Murphy (PRO) de Capital, acaba de pasarse, antes de asumir, a las filas kirchneristas.
Todos hablan de la influencia que tuvo para el pase, la amistad que lo une al actual jefe de gabinete, Alberto Fernández. Ambos compartieron la lista de Cavallo-Béliz en 2000, la misma que integraba Elena Cruz, aquella defensora acérrima del ex dictador Jorge Rafael Videla. Borocotó también es de derecha. Ya estuvo con Patti, llama delincuentes genéticos a quienes tienen rasgos de personas humildes, perversión a la homosexualidad y fue defensor del Código Contravensional represivo. La “transfuguiada”, dicen, fue a cambio de cargos para él y para su hijo.
No es la primera vez que de las filas de Macri hay ventas al mejor postor. Quien preside la Comisión de Asuntos Constitucionales en la Cámara de Diputados por Kirchner, Jorge Arguello, también fue un ex macrista. Lo mismo el símbolo de los Huanca-Hua, “Chango” Farías Gómez.
Los intendentes duhaldistas
Hubo otro hecho que generó notoriedad. Es el pase de intendentes del ahora hundido barco duhaldista, también a las filas de Kirchner. Se trata del intendente de Tres de Febrero y ex amigo de Lorenzo Miguel, Hugo Curto; Luis Acuña de Hurlingham y Osvaldo Amieiro de San Fernando.
Los ya incorporados a la Casa Rosada, Descalzo (Ituzaingó) y Julio Pereyra (Florencio Varela), iniciaron las gestiones. Y las concretaron como invitados especiales el ministro De Vido y su secretario de Obras Públicas.
Se pasaron para asegurar “que no les cierren la billetera que la Nación les abrió a los municipios en obras públicas”. Un operador kirchnerista, metiéndose la mano en un bolsillo, graficó: “Los intendentes no tienen el mismo precio que antes de las elecciones, pero a pesar de la devaluación tampoco han perdido todo su valor” (Página 12, 10/11)
“Diferencias mínimas”
Las elecciones pasaron y las diferencias entre duhaldistas y kirchneristas son catalogadas por ellos mismos como “mínimas”. Se está confirmando lo que decía en plena campaña electoral el primer candidato de Cristina por La Matanza, Alberto Balestrini, que después de las elecciones, iban a pactar con Duhalde. Kirchner lo había desmentido. Pero ahora lo está cumpliendo.
Así surgió de una reunión entre el presidente y el jefe de la Cámara de Diputados y candidato junto a Chiche, José María Díaz Bancalari, quien dijo: “La guerra terminó y a la larga los dos partidos (PJ y Frente para la Victoria) van a confluir”. En los pasillos se escuchó: “Hay que reestablecer el vínculo de afecto y respeto”.
Con Kirchner sigue la vieja política
Kirchner pidió el voto para terminar con Duhalde, Macri y cuanto bicho se le cruzara. Pero estos hechos vergonzantes, a quince días de las elecciones, demuestran todo lo contrario. Primero, que se ha ejecutado una verdadera estafa electoral. Y segundo, que estas compras y pases no son solo por cargos, plata o supervivencia política. Sino porque sus protagonistas no tienen diferencias de fondo y sí una coincidencia fundamental: tanto Kirchner, Macri como Duhalde, mas allá de la pirotecnia electoral, gobernaron y seguirán gobernando para el FMI, las privatizadas y grandes multinacionales.
Muchos votaron por Cristina y sus listas para terminar con el aparato de Duhalde. Pero ahora, lo peor del duhaldismo, se termina pasando a sus filas. Miles también habrán votado por Bielsa contra la derecha de Macri en Capital, pero es ahora el derechista y ex macrista Borocotó quien se abrazó con Kirchner.
En la campaña electoral dijimos que con Kirchner seguía la vieja política. Muchos no nos creyeron. Otros lo justificaban diciendo “todos hacen lo mismo”. Y muchos lo reconocieron pero votaron a las listas de Kirchner porque, decían, “necesita tiempo para revertirlo”.
El tiempo ya llego. Pruebas a la vista. Los políticos tradicionales tienen que tener mucho cuidado. Porque las brasas del Argentinazo no se han apagado y la gente no le ha dado un cheque en blanco. Una muestra más de que con el Frente para “su” Victoria de Kirchner-Cristina, el PRO, la UCR y la centroizquierda no hay salida. Por eso sigue pendiente la necesidad de construir una nueva alternativa de la mano de los luchadores y la izquierda.
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