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PANORAMA POLITICOLa rebelión salarialEl triunfo de la huelga de Aerolíneas Argentinas, así como el paro de los trabajadores del subte, que también logró un primer aumento de salarios, muestra que desde hace meses hay una ola de luchas y reclamos salariales que preocupa a las patronales y al propio gobierno. Kirchner y su ministro Tomada tratan de disimular, diciendo que “es una conflictividad lógica” por el crecimiento de la economía. El nuevo gabinete y la ministra Felisa Miceli intentan aplacar los ánimos con “medidas antiinflacionarias” que no tienen ninguna efectividad. Las expectativas de un cambio de rumbo “progresista” se van disipando al ver las designaciones y las primeras medidas. El triunfo de los trabajadores de Aerolíneas ha sido un impacto a favor de todo el movimiento obrero en su lucha por el aumento de salarios. Es evidente que eso tonificó a los trabajadores del subte que también lograron un anticipo de aumento, tras un paro de unas horas el lunes 5. Estas luchas han sido las que más impactaron. Pero ha habido decenas y decenas de otros conflictos, con menos prensa, que vienen logrando aumentos en distintos gremios, al punto que las estadísticas muestran que octubre y noviembre han sido meses récord de conflictos sindicales (ver página 5). Esto está preocupando a la patronal y así lo reflejan las editoriales, por ejemplo, de La Nación, Clarín y Ámbito Financiero. “Huelga de Aerolíneas: el Gobierno volvió a mostrar su flanco débil”, titulaba Clarín el domingo 4. “La solución al conflicto, que duró 9 días, sólo llegó luego de momentos de tensión. Y ante gestiones oficiales de última hora. Lo mismo ocurrió con los paros en el Garrahan, en los subtes o los telefónicos […] Pese a que obtuvieron mucho menos de lo que pretendían, está claro que no les fue mal […] Parece difícil que puedan sentir [el gobierno] que la protesta gremial está controlada” (Clarín, ídem). Ambito Financiero, en un artículo de Julián de Diego, titulado “Para evitar desbordes, hay que reglamentar el derecho de huelga”, va más allá, dando 10 características de dicho “desborde”. Dos de ellas son: “i) La interacción en los conflictos reconoce los niveles más insólitos, ya que está cuestionada la representación gremial de cúpula, y a menudo son los delegados o las bases que exigen asambleas para resolver el paso siguiente o para aprobar los eventuales acuerdos” y j) “la interacción con los huelguistas y con el gremio de grupos ajenos al sindicato, como otros grupos que se solidarizan, los piqueteros, o simplemente terceros ajenos a la medida de fuerza que portan estandartes, pancartas o integran el ruido de bombos, silbatos y tambores, junto con gritos y cánticos…” (Ambito Financiero, 5/12). Estos editorialistas están reflejando, a su manera, la realidad. Que gran parte de los conflictos salariales se ganan, y eso se debe a la fortaleza de la base y a la solidaridad; que el gobierno no puede lograr que dejen de existir los conflictos; que a veces ni se respeta la conciliación obligatoria (caso petroleros privados y Aerolíneas); que existen fuertes elementos de desborde objetivo a los dirigentes tradicionales de los sindicatos; que pesan las asambleas de base y que en algunos lugares son los delegados combativos los que encabezan la lucha. La esencia del triunfo de los trabajadores es que existe una gran fortaleza y confianza en que se le puede torcer el brazo a la patronal y al gobierno, en particular desde los triunfos que se vienen logrando desde hace un año -a distintos niveles- en subtes, ferroviarios y telefónicos. Casi no hubo mes, durante el 2005, en que no hubiera conflictos salariales (docentes, salud, estatales, Ford, carne, sanidad, entre otros). El caso de las asambleas y el peso de la base es decisivo para pelear. A veces la presión de ésta es tan fuerte, tal el caso de Aerolíneas, que dirigentes como Ricardo Cirielli, de los técnicos aeronáuticos - y a la vez funcionario del gobierno- tienen que ponerse al frente del reclamo y hasta convocar a una asamblea en la Federación de Box para aprobar el acuerdo. El movimiento obrero va ganando la pulseada salarial Los trabajadores que se movilizan -aunque hay una gran desigualdad, fundamentalmente en los estatales y docentes- vienen ganando la pulseada por el salario con sus logros. Esto no significa que hayan recuperado el robo de la devaluación ni que haya un salario acorde con las necesidades elementales. Basta solo constatar que desde la devaluación del 2002, la canasta de alimentos básicos se incrementó en un 106,2% (datos Clarín, 6/11). O que el nivel de pobreza es del 38,5% (casi 15 millones de personas). Pero se ha abierto un camino de logros salariales que no se daban años atrás. Y eso es lo que preocupa al gobierno y a las patronales. Porque los reclamos y los triunfos salariales achican las ganancias empresariales. Y si en el 2006 entran los estatales y docentes, pegarán sobre el dinero que el gobierno tiene destinado a pagar la deuda externa. El reaparecido Chacho Alvarez, por “obra y gracia” de Kirchner que lo designó para reemplazar a Duhalde como secretario del Mercosur (parece que todos los “muertos políticos” van a ese cargo), advirtió “sobre los riesgos de que una puja distributiva salvaje termine poniendo en discusión el crecimiento” (Clarín, 4/12). Traducido al lenguaje común, Chacho Álvarez está diciendo que teme que “la puja salvaje” (otros hablan de “huelgas salvajes”) del movimiento obrero termine cuestionando las suculentas ganancias patronales. Porque el famoso “crecimiento” del que se jacta el gobierno, solo viene favoreciendo a los grupos empresarios nacionales y extranjeros, que se llevan la mayor tajada. Las luchas del movimiento obrero justamente están cuestionando eso. Quienes aplauden a Felisa Miceli El cambio de gabinete y la asunción de Felisa Miceli desataron una serie de expectativas sobre cambios y políticas “redistributivas” que no aparecen por ningún lado. Las medidas lanzadas y las designaciones de sus colaboradores muestran que la nueva ministra no va a provocar cambios cualitativos. Las “medidas antiinflacionarias” son parte del doble discurso oficial (ver página 5) y ni por asomo piensa declarar un aumento salarial de emergencia para todos los trabajadores. Muchos tratan de encontrar en el pasado militante de Miceli algún rasgo progresivo, ya que no lo encuentran en el presente. Como, por ejemplo, que fue militante, en su época de universitaria de los setenta, del FAS (Frente Antiimperialista y Socialista), en el que participaban entre otros Agustín Tosco, y era apoyado por el PRT El Combatiente-ERP. Pero eso fue hace 30 años. Con el paso de los años, se convirtió en discípula predilecta de Lavagna. Ahora la fueron a aplaudir en su asunción desde burócratas sindicales como Moyano, Lingeri y Zanola, hasta empresarios como Amadeo Vázquez de Telecom, Marcelo Mindlin de Edenor; Juan Bruchou del Citibank, Luis Betnazar de Techint, Héctor Méndez de la UIA, Enrique Pescarmona o Eduardo Eurnekian de Aeropuertos. Pasando por Barrios de Pie y Claudio Lozano de CTA. Julio De Vido en New York Nadie duda de que ahora, en Economía, “pisa fuerte” el dúo kirchnerista Felisa Miceli-Julio De Vido. Para sacar cualquier duda de la orientación del nuevo gabinete hacia los EE.UU., Julio De Vido viajó a Nueva York. “Vine a Estados Unidos a vender a la Argentina” (Clarín, 6/12), dijo De Vido al poner el primer pie en el país del norte. Aclaró que se refería a buscar inversiones. Pero De Vido no fue solo. Lo acompañaron grandes empresarios para hacer negocios. Entre ellos Jorge Brito, presidente del Banco Macro Bansud; Adelmo Gabbi, titular de la Bolsa de Comercio; Ernesto Gutiérrez , de Aeropuertos 2000; José Jiménez Sevilla, del Grupo Abertis Autopistas Sudaméricana; Edgar Khafif de la petrolera Rasga y Marcelo Mindlin dueño de la privatizada Edenor. Casi los mismos que estuvieron en la Rosada en la asunción del nuevo gabinete. O sea que el primer viaje de un ministro, después del cambio de gabinete, es a los EE.UU. para hacer buena letra con el imperialismo y buscar disipar cualquier duda sobre un “giro al populismo” del gobierno. A su vez el gobierno sigue con sus golpes de efecto de la “nueva política”, ahora cuestionando la asunción como diputado del ex represor Luis Patti. Mientras, dejan correr al “comprado” ex macrista Borocotó y premian a Rafael Bielsa con la embajada de Francia, cuando lo habían hecho elegir diputado nacional por la Capital. En su lugar asume el televisivo Claudio Morgado, ex TV Registrada. De “nueva política”, cero. Desde el MST-El Socialista seguimos llamando a los trabajadores y al pueblo a no abrir ninguna expectativa en el gobierno y sus nuevos ministros y a seguir la lucha por un salario digno, que compense el robo de la devaluación del 2002 y de la inflación creciente de los productos de primera necesidad. Y a apoyar el reclamo del movimiento piquetero y los desocupados, y de todos los sectores populares por sus reivindicaciones. |
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