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Escribe:
Atilio Salusso
CGT-CTA
¡Basta de tregua, plan de lucha!
Se acaba el 2005 y tanto la CGT como la CTA no han llamado a ninguna medida unificada para empujar los conflictos en curso y lograr un aumento de emergencia que llegue a los $ 1800 de la canasta familiar. Y no es casual. En este año hubo meses de alta conflictividad. Noviembre, por ejemplo, fue el mes de más medidas de fuerza, comparado con los mismos meses desde 1989. Si la CGT –que tiene gremios como Sanidad, Camioneros, Bancarios y otros en conflicto-, declarara un plan de lucha, se podría torcer la sed de ganancias de las patronales, obligarlas a que den un aumento general y que el gobierno en vez de destinar el superávit para la deuda, aumente a los empleados públicos, docentes y jubilados.
La CTA, que llamó a parar cuando vino Bush –medida que apoyamos-, tanto antes como después, por el contrario a pesar de que hubo conflictos en estatales y docentes, gremios que componen esa Central, no hizo nada al respecto. ¿Qué hará el año que viene cuando está previsto una inflación del 11% y habrá, por lo menos en los papeles, congelamiento salarial para sus afiliados. Incluso a Víctor De Gennaro no se lo ve por ningún lado.
Por eso la preocupación del gobierno no son Moyano ni De Gennaro. Al contrario. Los elogian. Por ejemplo, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, si bien reconoce que hay una “alta conflictividad”, señaló que es “administrable y tratamos de que sea encauzada en las reglas de juego vigente”. Agregamos, con la venia de la CGT y CTA.
La preocupación gubernamental viene por otro lado. La secretaria de Trabajo, Noemí Rial, señaló: “La protesta de hoy contiene elementos nuevos: primero estalla el conflicto y después se abre la negociación cuando lo habitual es que fuera a la inversa”. ¿A qué atribuye la funcionaria esta actitud? ¿Al rol de Moyano o De Gennaro? No.
“Aparecieron movimientos internos dentro del sindicalismo, con delegados que no se sienten contenidos por la conducción” (esto ocurre con los dirigentes de subterráneos y la UTA, con los ferroviarios o el caso de los delegados estatales como en el Garrahan, agrega el comentarista del matutino) (La Nación, 10-12).
La subsecretaria finalizó: “Frente a esta situación la conducción sindical necesitó también conducir los reclamos. Pero trabajamos fuertemente en prevenir los conflictos...”. Otra vez, con la colaboración de los dirigentes sindicales de la CGT y CTA.
Está claro. Si hoy el año termina con la inflación ganándole a los salarios, no es sólo culpa del gobierno, sino por la complicidad de las conducciones de ambas centrales por no unificar los conflictos y llamar a alguna medida de lucha para lograr que los mismos puedan arrancar un aumento salarial de emergencia.
Mientras apoyamos las luchas en curso y a los nuevos dirigentes que las encabezan, desde abajo se hace necesario reclamar que la CGT y CTA dejen de colaborar con el gobierno y llamen a un plan de lucha nacional, por un inmediato aumento de salario igual a la canasta familiar.
Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.
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