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2005: estampida de preciosCon Kirchner sigue la inflaciónEl 2005 cierra con una inflación “oficial” del 12%. Al “guadañazo” que ya le habían pegado a los salarios con la devaluación del 2002, se le sumó este año el aumento continuo de precios, principalmente de los artículos de primera necesidad. Las medidas “antiinflacionarias” del gobierno no sirven para nada. La forma concreta de combatir el deterioro del poder adquisitivo es pelear por aumentos de salarios, planes sociales y jubilaciones. Los sueldos a fines del 2001 ya estaban por el suelo. Entonces, a los trabajadores que ganaban en promedio $ 575, apenas si les alcanzaba para comprar lo mínimo para no caer en la pobreza (medida en $ 463,65). Hoy, a fines del 2005, el sueldo promedio (según los datos del gobierno), está en $780, pero la canasta básica subió a 828. Esto quiere decir, que el promedio de salarios en la Argentina cayó hasta ni siquiera alcanzar para comprar lo mínimo para no ser considerado pobre. Y tengamos en cuenta de que hablamos de la canasta mínima, no de lo necesario para vivir dignamente, que hoy está calculado en $1.800. Si hacemos la comparación con la canasta de indigencia (o sea contando sólo los alimentos mínimos a ser comprados en un mes), en el 2001 un trabajador promedio podía adquirir 3 de esas canastas por mes, y hoy, inflación mediante, sólo 2 (ver detalle en la infografía). ¿Los salarios en blanco le ganaron a la inflación? El gobierno y los empresarios tuvieron la caradurez de decir que la culpa de la inflación la tenían los aumentos de sueldos. Incluso el gobierno publicitó una estadística (profusamente difundida por el rastreramente oficialista diario Clarín) donde explicaba que este año los salarios en blanco habían subido más que la inflación (17,8% contra 11,1% respectivamente). El gobierno de Kircher es un maestro en manipular datos, por eso nos exige desmentirlo cuidadosamente. Primero: 11,1% es el aumento del índice de precios al consumidor, que no refleja el real incremento de la canasta alimentaria -que aumentó en promedio un 15,11% -(con productos básicos como la carne o la leche que subieron varias veces más). Segundo: el 17,8% esconde un “promedio” de incrementos salariales, donde si lo abrimos vemos que ganaron aumentos aquellos que salieron duramente a pelear, mientras que quedan muchas actividades donde los salarios siguen por el piso. Tercero: los trabajadores del sector público también está muy por detrás de recuperar el poder adquisitivo anterior a la devaluación, y sus salarios se siguieron deteriorando en el 2005 (la inflación desde la devaluación acumula un 70% y los salarios de los empleados públicos sólo subieron el 21%) Cuarto : una gran parte de la clase trabajadora está en negro. Según todas las estadísticas sus salarios sólo recuperaron un 23% del 70% de inflación “oficial” desde el 2002. La enseñanza: pelear por los $1.800 El gobierno se la pasó todo el año ensayando “medidas” contra la inflación. Todas le fracasaron, como les va a fracasar las que intenta en estos días, por una simple cuestión: se niega a tocar los intereses de los grandes formadores de precios, que son los verdaderos responsables de la suba. Lo dijimos una y mil veces: si realmente quisieran bajar los precios, les bastaría con eliminar el IVA (automáticamente los productos se reducirían un 21%), establecer precios máximos para los productos de la canasta familiar y controlarlos realmente aplicando la Ley de Abastecimiento que permite multar, clausurar y hasta expropiar a quienes lo violen o acaparen mercadería produciendo faltantes. Pero este gobierno no lo va a hacer. Por eso, la única salida para defender nuestros ingresos pasa por el camino marcado por los trabajadores del subte, ferroviarios, el Garraham y tantos otros gremios que salieron este año a la lucha: ir por los $ 1.800 que cuesta la canasta familiar. Y después exigir su ajuste mensual automático según la inflación. Mismo procedimiento que se debería aplicar para las jubilaciones y planes sociales. |
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