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Socialista es una publicación de Izquierda Socialista
Escribe:
Miguel Lamas
América Latina
La rebelión del “patio trasero”
Según los planes imperialistas, en el 2005 debía haber entrado en vigencia el ALCA (Tratado de Libre Comercio de las Américas), para seguir con la colonización de Latinoamérica por Estados Unidos. Pero el ALCA no solo fue rechazado, sino que se ha profundizado la rebelión popular que siguió derribando gobiernos proyanquis.
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Marcha de trabajadores venezolanos |
Lucio Gutiérrez, el coronel ecuatoriano que había ganado las elecciones con el apoyo de la CONAIE (indígenas) y otros movimientos sociales, fue derribado por una pueblada por intentar que Ecuador firmara el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
En Bolivia, Carlos Mesa, que asumió después de la rebelión popular que en el 2003 expulsó del poder a Sánchez de Losada, fue derribado por una nueva rebelión por negarse a reestatizar el petróleo y el gas. En las elecciones del 18 de diciembre apunta el centroizquierdista Evo Morales como ganador.
El régimen tembló en México por la gigantesca movilización que se produjo cuando el presidente Fox intentó proscribir al centroizquierdista Lopez Obrador para las elecciones del 2007. Ahora Lopez Obrador va primero y lejos en las encuestas.
En Nicaragua, el proyanqui Aleman se salvó de que lo echara la movilización popular porque lo sostuvo el sandinismo de Ortega. Ahora surgió una escisión sandinista de centroizquierda, que denuncia el pacto Aleman-Ortega y puede ganar las elecciones. En Panamá grandes movilizaciones y una huelga general, impidieron la privatización de la seguridad social. En Uruguay ganó el centroizquierdista Frente Amplio con Tabaré Vazquez, derrotando a los dos partidos tradicionales, Blancos y Colorados, por paliza.
En Venezuela la oposición proyanqui y golpista se debilitó tanto que ni se pudo presentar a las elecciones legislativas. Chávez proclamó “el socialismo del siglo XXI”
Lula impuso un plan fondomonetarista, pero al precio de ser cada vez más cuestionado, estallaran los escándalos de corrupción y que surja el P-SOL como alternativa política de izquierda.
Los nuevos gobiernos y el Mercosur
Cada vez es más fuerte la tendencia al surgimiento de gobiernos de centroizquierda o que, en la tradición marxista, llamamos “de Frente Popular”. Es decir, gobiernos burgueses, con un programa capitalista, e incluso proimperialista, pero deben llegar a acuerdos para gobernar o incorporar directamente a dirigentes y organizaciones del movimiento de masas. Los casos más claros son los de Lula en Brasil y Tabaré Vázquez en Uruguay. Lo será, si gana, Evo Morales en Bolivia. Tiene rasgos frentepopulistas el propio gobierno de Kirchner.
Un caso especial es Venezuela. Chávez mantiene el capitalismo, los bancos privados, las inversiones imperialistas. Pero es un gobierno con independencia relativa del imperialismo, apoyado en las reservas y altos precios del petróleo que se mantiene nacionalizado en su mayor parte. Esta es una conquista de la revolución venezolana que aplastó al golpismo proyanqui. Los yanquis siguen diciendo que “Chavez es un peligro”.
Un sectario diría que los gobiernos centroizuierdistas o frentepopulistas “son iguales” a los Menem, Fox o Sánchez de Losada. Pero no lo son. Porque son el resultado de otra relación de fuerzas, son gobiernos impuestos directa o indirectamente por esa ofensiva del movimiento obrero y popular. El imperialismo los acepta y pacta con esos gobiernos. Lula es hoy el mejor defensor de Bush en Sudamérica. Pero a la vez a Bush no le hace ninguna gracia que caigan los gobiernos abiertamente proyanquis y que el movimiento de masas imponga nuevos gobiernos. Esa situación es lo que impide imponer el ALCA.
La alternativa
Sin embargo, ni estos gobiernos, ni su propuesta de un Mercosur ampliado, o el ALBA en el caso de Venezuela, son salida para conquistar una segunda independencia latinoamericana.
El Mercosur es un pacto cuyas principales beneficiaras son multinacionales o grandes capitalistas latinoamericanos. Como Techint que ya se frota las manos por el gasoducto que se va a hacer desde Venezuela a Argentina. No hay independencia, ni socialismo del siglo XXI, mientras los capitalistas y banqueros puedan llevarse al exterior los frutos del trabajo de millones. No comemos discursos, mientras las multinacionales se llevan los alimentos y el petróleo.
Latinoamérica tiene que unirse y hacer pactos económicos de integración. Pero la base para que beneficien a los pueblos es la ruptura con el imperialismo y los multimillonarios. Unirse para el no pago de la deuda, para expropiar a las multinacionales y nacionalizar los bancos. Para eso no sirven los gobiernos de centro izquierda o Frente Popular. Hacen falta gobiernos de trabajadores que avancen al verdadero socialismo, sinónimo de expropiación de los grandes capitalistas y democracia obrera.
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