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Bolivia: avalancha electoral sepulta a los partidos tradicionales¡Evo Morales presidente!Superando los pronósticos más optimistas, el MAS (Movimiento al Socialismo), encabezado por el dirigente campesino de la etnia originaria aymara, Evo Morales Anta, obtuvo el 54% de los votos, sepultando con una avalancha electoral a los partidos tradicionales. El 22 de enero asume el nuevo gobierno.
Este porcentaje se agiganta teniendo en cuenta que votó el 85% de los inscriptos, un récord en cualquier país del mundo y más en Bolivia. El proimperialista Tuto Quiroga, que decían que iba a “empatar”, sacó el 28% de los votos, la mitad que el MAS. El triunfo de Evo Morales es mucho más que el hecho electoral. Es parte de una revolución obrera y campesina que ya derribó con insurrecciones de masas a dos presidentes proimperialistas, demolió a los partidos tradicionales e hizo entrar en crisis a las fuerzas armadas y a todas las instituciones del régimen capitalista semicolonial y racista que gobierna el país. Por primera vez en cinco siglos, desde la llegada de los conquistadores españoles, un indio aymara será presidente, y gran parte de los diputados y senadores son también de etnias indígenas, dirigentes campesinos y obreros. Por primera vez en cincuenta años obreros, campesinos, pobres, las etnias de los pueblos originarios, se unieron electoralmente, utilizando la candidatura de Evo Morales y el MAS para enterrar a los viejos partidos y derrotar electoralmente al imperialismo. En El Alto, la vanguardia de la revolución del 2003, votaron a Morales con mayoría aun mayor que en el resto del país. En toda Latinoamérica millones de trabajadores ven con gran expectativa y simpatía el triunfo de Evo Morales. El gobierno de Evo Morales y el MAS La consigna central de la revolución del 2003 y la insurrección que derribó a Carlos Mesa fue la “nacionalización de los hidrocarburos”. La propia votación a Evo Morales expresa esta aspiración de las masas que no quieren que las multinacionales y una minoría de oligarcas se sigan llevando las riquezas de Bolivia. Esta demanda la sostienen casi todas las organizaciones obreras y populares, como la COB (Central Obrera Boliviana), la COR (Central Obrera de El Alto), la Federación Minera, la Fejuve (Federación de Juntas Vecinales), las organizaciones campesinas. Este reclamo de nacionalización, junto con la asamblea constituyente soberana que liquide al Estado racista blanco boliviano, y el juicio y castigo a Sánchez de Losada y los asesinos de obreros del 2003, constituyen la llamada “Agenda de Octubre”, es decir el programa de la revolución del 2003. En la gira internacional, Evo Morales le prometió a los empresarios y gobiernos de España y Francia que va a respetar la propiedad de las multinacionales y que sólo les cobrará algo más de impuestos. Lo mismo le prometió a los oligarcas de Santa Cruz. García Linera afirmó que se proponen un “capitalismo andino”. Por otro lado reafirmó que se van a despenalizar totalmente los cultivos de la planta de coca, pese a las presiones de los Estados Unidos. Perspectivas El imperialismo ya está ejerciendo una presión sobre Evo Morales, principalmente a través de Lula, para que se comporte como Lula y mantenga las privatizaciones, la relación con el imperialismo yanqui y que ni siquiera toque con mayores impuestos a las multinacionales. Aunque sus declaraciones no apuntan a las soluciones de fondo que reclaman y necesitan las masas, Evo Morales triunfó como resultado directo de la gran revolución que hierve en Bolivia. Por eso, si bien las masas populares lo apoyan masivamente, lo hacen con un alto grado de exigencia y consciencia de lo que quieren, agrandados en el triunfo de sus movilizaciones y la amplísima victoria electoral. ¿Hacia dónde va Bolivia? Se inicia una nueva batalla donde el imperialismo seguirá presionando, y las masas exigirán con mucha fuerza que se cumpla la “Agenda de Octubre”, el programa de la revolución del 2003. |
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