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Seguir con la movilizaciónNo a las papelerasLa instalación de dos enormes papeleras en la ciudad uruguaya de Fray Bentos, sobre la costa del río Uruguay, desató la bronca de los habitantes de las más importantes ciudades costeras del lado argentino debido al peligro de contaminación que acarrea.
En estas dos plantas se proyecta procesar, con la tecnología más contaminante existente, el doble del volumen que procesan en total las diez papeleras que hoy existen en nuestro país. Las cantidades y la calidad de los desechos tóxicos que verterían sobre las aguas del río producirían estragos sanitarios, ecológicos y económicos sobre las ciudades vecinas. Eligen a nuestros países porque tienen gobiernos serviles que le s ponen los recursos naturales a su disposición y explotan mano de obra barata. El pueblo de Entre Ríos contra la industria de la muerte y la contaminación Desde hace semanas se repiten las acciones organizadas en forma conjunta por las Asambleas Ambientalistas de las ciudades de Gualeguaychú, Colón, Concordia y Concepción del Uruguay. Cortes totales y parciales de los pasos fronterizos, piquetes selectivos sobre los camiones que trasladan materiales para la construcción de las papeleras Orion y M’Bopicua son parte de las múltiples medidas de lucha que el pueblo de estas ciudades ha encontrado para ponerle el freno a la inminente contaminación de su hábitat y a las inevitables consecuencias sobre sus vidas. Mientras tanto, el gobernador justicialista Busti intenta encarrilar la situación por la vía institucional sacando a los asambleístas de las rutas y los puentes , llevando los reclamos ante la Justicia internacional en los tribunales de La Haya para ganar tiempo mientras busca una salida negociada con los contaminantes empresarios. Negocios turbios del progresista Tabaré Mientras tanto, el gobierno uruguayo, en manos del Frente Amplio, defiende a capa y espada la instalación de las plantas por parte de compañías multinacionales de capitales españoles y finlandeses. Con el argumento de la atracción de inversiones , que llegarían a los 1.700 millones de dólares, y que crearían unos 4 mil puestos de trabajo en todo el proceso de puesta en marcha de las papeleras, el gobierno uruguayo con su presidente Tabaré Vazquez a la cabeza es el principal defensor de los intereses empresarios a costa, no sólo de la depredación del medio ambiente, sino de las relaciones con el gobierno argentino. Incluso lleva adelante esta defensa pese a la oposición a las papeleras por parte de importantes intelectuales de izquierda de su país, como Eduardo Galeano y una parte importante de la población (ver recuadro). ¿Kirchner defiende el medio ambiente? El gobierno K, a su vez, ha tomado una postura de enfrentamiento a la instalación de estas dos plantas. ¿Se ha vuelto de golpe paladín de los intereses del pueblo contra los empresarios? ¿Ha tomado un curso de defensa del medio ambiente y la ecología? No. Nada de eso ha sucedido. Es por eso que nada dicen el presidente Kirchner ni sus ministros de los múltiples casos de contaminación producidos por las empresas nacionales y multinacionales en suelo argentino. Por citar sólo unos pocos ejemplos: la industria papelera en Jujuy, la azucarera en Tucumán, las minas de oro en Bajo la Alumbrera (Catamarca), Veladero (San Juan) y Esquel (Perfil, 29 de enero de 2006). La causa de fondo de la oposición gubernamental a la instalación de las papeleras la dio el ex ministro Roberto Lavagna al relatar las reuniones con el gobierno uruguayo en búsqueda de acuerdos para la instalación de las plantas en Fray Bentos. Dijo: “Era posible complementar con inversiones en la Argentina... con beneficios de ambos países...” (La Nación, 24 de enero). En otras palabras, el gobierno argentino no está defendiendo la salud de nuestro pueblo y el medio ambiente, sino que “sangra por la herida” por las millonarias inversiones que optaron por las costas uruguayas y no por las de nuestro país. A todo esto uno se preguntará: ¿para qué sirve el Mercosur? Para hacer negocios a costa de la salud de millones. En vez de que Tabaré y Kirchner se opongan a las multinacionales, uno las acepta y el otro “se opone”, porque no lo dejaron ser parte del negocio, mientras nuestros países siguen siendo carne de cañón de los depredadores inversores imperialistas. Por eso ha acordado la estrategia con el gobernador Busti para llevar el reclamo ante los tribunales internacionales, para desmontar la inmensa movilización popular y buscar una salida negociada. Desde las distintas organizaciones ambientalistas, populares y de trabajadores debemos rodear de solidaridad al pueblo entrerriano y sus acciones de resistencia para lograr que las papeleras y su contaminación no se instalen en las costas del río Uruguay. |
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