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Junio-julio de 1807: Ingleses en el Río de la PlataA 200 años de la segunda invasión derrotadaDos siglos después de aquella victoria criolla, el acontecimiento pasa casi tan desapercibido como el año pasado. Rechazando los intentos de dominación de un nuevo amo, se templaron los protagonistas de la independencia.
A comienzos del siglo XIX Napoleón desde Francia se enfrentaba con Gran Bretaña por el dominio de Europa y el mundo. A la Corona española se le hacía cada vez más difícil mantener el control de su inmenso imperio colonial en América. El merodeo inglés sobre sus territorios no era cosa nueva (ver recuadro). La riqueza y dinamismo del Virreinato del Río de la Plata* despertaba cada vez más la codicia inglesa. Hubo un intento de invasión a Buenos Aires en 1806, entre junio y agosto, que fue derrotado (ver El Socialista Nº40, 9/8/06). Pero la todopoderosa Inglaterra no iba a desistir así no más… El segundo intento Luego de ser rechazados por la primera resistencia criolla, los ingleses no renunciaron a su pelea por el Río de la Plata, y pretendieron la toma de Montevideo. El 28 de octubre de 1806 empezaron a cañonear la ciudad, que fue ocupada poco después. Esta agresión no hizo más que profundizar las medidas que se iban dando en Buenos Aires luego de la expulsión de Beresford, ante un nuevo intento británico. Luego de ser rechazados por la primera resistencia criolla, los ingleses no renunciaron a su pelea por el Río de la Plata, y pretendieron la toma de Montevideo. El 28 de octubre de 1806 empezaron a cañonear la ciudad, que fue ocupada poco después. Esta agresión no hizo más que profundizar las medidas que se iban dando en Buenos Aires luego de la expulsión de Beresford, ante un nuevo intento británico. Desde el fracaso de la tropa regular española para la defensa de la ciudad, todos los vecinos se movilizaron, formando milicias. Surgió el regimiento de Patricios, con los nacidos en Buenos Aires, en su mayoría trabajadores y artesanos pobres. Los Arribeños eran peones y jornaleros del interior. Esclavos e indios formaron los Morenos y los Pardos. Los españoles se organizaron por su lugar de origen en la “madre patria”. Los jefes eran elegidos democráticamente por cada cuerpo y sus integrantes se llevaban su respectiva arma a la casa. Estos esfuerzos rápidamente se mostraron muy necesarios. En enero de 1807, una nueva expedición, esta vez de 12.000 hombres y 100 barcos mercantes, desembarcaban en Montevideo al mando del teniente general John Whitelocke. El clima en Buenos Aires era de ebullición y fue destituido el Virrey Sobremonte. Se iban haciendo los primeros ensayos de vida independiente. La ciudad en pie de guerra Esta vez, cuando el 28 de junio comenzó el segundo intento, la defensa estaba cuidadosamente preparada. La encabezaban el alcalde Martín de Alzaga y Santiago de Liniers. Participaban de ella varios de los que serían poco después los patriotas de Mayo. Las tropas desembarcaron en Ensenada y penetraron en la ciudad, aparentemente indefensa. Y se encontraron en un infierno de tiros, granadas, pedradas, torrentes de agua y aceite hirviendo. Los ingleses desconocían que se habían organizado milicias mucho más numerosas, con mayor volumen de fuego, y cuya consigna era “vencer o morir”. Atrincherados desde las casas y azoteas, los milicianos acribillaron a los invasores, en la jornada más cruenta, el 5 de julio. Dos días después, Whitelocke presentó su capitulación formal. Desde Londres, en 1808, este comandante declaraba que “sin exageración, todos los habitantes, libres o esclavos, combatieron con una resolución y una pertenencia que no podía esperarse ni del entusiasmo religioso o patriótico, ni del odio más inveterado”. Esa “pertenencia” y esa “resolución” darían sus frutos poco tiempo después, cuando desde 1810 comenzó a forjarse el país independiente. Dos siglos después, estas heroicas jornadas que fueron decisivas en nuestra historia, pasan casi desapercibidas, reducidas a actos escolares y a algún evento protocolar ante el Cabildo. Aquella independencia conquistada con audacia, heroísmo y sacrificios, se fue perdiendo. El país fue quedando en manos de una oligarquía y una burguesía ávidas de riquezas y dispuestas a rendirse nuevamente a los amos imperialistas, sumiendo a la mayoría de la población en la pobreza y el sometimiento. El siglo XXI nos depara la gran tarea de luchar contra los actuales invasores (yanquis, ingleses, españoles…) y por una segunda independencia.
* Para un enfoque marxista sobre las características de ese período, véase Método de interpretación de la historia argentina, de Nahuel Moreno. Ingleses invasoresDesde el siglo XVIII los barcos y tropas británicas intentaron, con distinta suerte, apoderarse de territorios de la Corona española primero y de Argentina luego. 1763: Poco antes de que se fundara el Virreinato del Río de la Plata (1776), barcos ingleses intentaron apoderarse de Colonia, en la ribera del Río Uruguay, que al igual que Buenos Aires pertenecían al Virreinato del Perú. Tropas encabezadas por el gobernador de Buenos Aires rechazaron el ataque inglés. 1765: En enero, una expedición clandestina a cargo de John Byron desembarcó en las Islas Malvinas, plantó la bandera británica y las “bautizó” Falkland Islands. En 1770 fuerzas españolas comenzaron el desalojo de los ingleses, que finalmente se retiraron en 1773. 1806-1807: Se produjeron las dos invasiones más importantes, intentando tomar la Ciudad de Buenos Aires, que fueron derrotadas por la resistencia de los criollos (ver nota). 1833: El 2 de enero, tropas inglesas llegadas a bordo de la fragata de guerra Clío, al mando del capitán John Onslow, ocupan por la fuerza las Islas Malvinas, que son parte del territorio argentino desde la independencia. Desde entonces, se mantiene la usurpación británica. 1845: Luego de varios años de bloqueo por parte de una flota francesa al Río de la Plata, que pretendía imponer la libre navegación y el comercio por nuestros ríos interiores, los ingleses se sumaron en 1845. El 20 de noviembre finalmente se produjo un cruento combate contra once buques de guerra ingleses y franceses, en la Vuelta de Obligado en el río Paraná, cerca de San Nicolás, que fueron derrotados. 1908: En Grytviken (islas Georgias del Sur, ubicadas en la plataforma continental del mar argentino), a poca distancia del laboratorio argentino que funcionaba en ese lugar, los ingleses instalaron a un “delegado” del gobernador invasor de las Malvinas. Poco antes habían declarado a las islas Georgias del Sur, las Orcadas del Sur, las Shetland, las Sándwich del Sur y el territorio antártico de la Tierra de San Martín (Graham según los ingleses…) como dependencias de la “Colonia de las Falkland Islands”. Recién en 1941 se estableció un acuerdo para la soberanía territorial antártica de Argentina. 1982: En junio, a pesar de la heroica lucha de las tropas argentinas, la traición de la dictadura permite que los ingleses retomen la usurpación de las Islas Malvinas, que habían sido recuperadas desde el 2 de abril. A 25 años de la guerra, ediciones El Socialista presenta un libro de interés para quienes queremos seguir luchando por la segunda independencia del imperialismo yanqui e inglés. Pídalo. Valor $15. |
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