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La "ayuda" de Trump a Milei / Cada vez más sometidos y encadenados a los yanquis

Escribe José Castillo, dirigente de Izquierda Socialista/FIT Unidad

El día jueves 9 se conoció que el Tesoro de los Estados Unidos había salido a entregar dólares a la Argentina para evitar que siguiera la carrera del dólar. El secretario Scott Bessent dijo que lo hizo por tratarse de un gran aliado que iba a expulsar a China de la región. Más que nunca queda claro la profundización de la entrega y sometimiento al imperialismo por parte del gobierno de Milei. 

Se trató de una medida poco clara, de la que no se conoce ni el monto total. Pero es un hecho de que el gobierno yanqui, por medio de su Departamento del Tesoro, entregó dólares a tres bancos (Santander, City y J.P. Morgan) para que estos salgan a venderlos en el mercado de cambios de nuestro país y así evitar que el dólar siguiera su carrera alcista. No casualmente, ello sucedió en el mismo momento en que se sabía que el gobierno de Milei, en concreto el Tesoro argentino, ya no tenía divisas para vender y controlar el dólar y que entonces sólo le quedaba esperar a que el tipo de cambio pasara el techo de la banda y salir a liquidar ahí las reservas. Un camino que hubiera llevado, en pocos días, a la catástrofe. 

Se trató de una medida de cortísimo plazo, urgente, de salvataje a Milei, que ni siquiera pudo esperar la reunión ya programada para el martes 14 entre los presidentes argentino y yanqui.

Trump sale a rescatar a su amigo Milei

A los pocos días de la tremenda derrota de Milei en las elecciones de la provincia de Buenos Aires, y mientras el gobierno seguía desbarrancando con las votaciones en contra en el Congreso contra los vetos, apareció el gobierno yanqui para darle una mano. Fue el famoso tweet (en realidad mensaje en la red social X) de Scott Bessent, que fue seguida de la reunión express de Milei con Trump, y el apoyo complementario de la jefa del FMI Kristalina Georgieva. En esa oportunidad se informó de un plan de salvataje para la Argentina por 20.000 millones de dólares.

Pero luego del anuncio, pasaron los días y fue quedando claro que no vendría ningún dólar fresco. Se trataría de un swap, un monto de dinero que quedaba como garantía de última instancia para asegurar el cobro a los acreedores de la deuda, en particular ante los vencimientos de 2026, que arrancan nada más ni nada menos que con 4.300 millones en enero. Para peor, se iba viendo que los detalles de la ayuda quedaban supeditados a cómo le fuera al gobierno el 26 de octubre. 

La incertidumbre, los nuevos desastres del gobierno (ahora con el caso del narco-diputado Espert a la cabeza) y la certeza de la ausencia de dólares, aceleraron la corrida. 

Así fue como el viernes de la semana pasada, Caputo salió desesperado a mendigar algo anticipado a los Estados Unidos. Se fue con todo el equipo económico (el viceministro José Luis Daza, el secretario de Finanzas Pablo Quirno y el presidente del Banco Central Santiago Bausili). Después de varios días, aparecieron estos dólares de cortísimo plazo que vimos el jueves. Sin duda lo central se anunciará el martes en la reunión Trump-Milei. 

Más allá de los detalles que conoceremos la semana próxima, se trata de consolidar el pacto de sumisión y entrega del gobierno de Milei a su amo Trump. Pero también, como ha trascendido en los propios Estados Unidos, detrás están los propios negocios privados de los ex socios de Scott Bessent. Es que al parecer, fondos buitres como Black Rock, Pimco y Fidelity, al igual que inversores como Stanley Druckenmiller y Robert Citrone, que trabajaron con Bessent cuando era inversor de George Soros, tienen demasiados bonos de la deuda externa argentina y quieren asegurarse mejores cotizaciones y condiciones para cobrarlos. 

¿Qué deberemos dar a cambio de la “ayuda” de Donald Trump a su socio ideológico en el mundillo de la ultraderecha? 

Nada es gratis. Tanto los dólares que entregó el gobierno yanqui para que siga unos días más. hasta las elecciones, la bicicleta con un tipo de cambio artificialmente bajo, como el monto del swap que, supuestamente, sería el monto total del salvataje, tendrá que ser devuelto. Con los intereses sumados. Al igual que lo que pasó con Macri con los 45.000 millones de dólares del FMI (luego convalidados por el gobierno peronista posterior), todo eso será un capítulo más de la fenomenal estafa de la deuda externa argentina, que sigue creciendo cual bola de nieve hipotecando el presente y el futuro del pueblo trabajador.

Pero vamos a las exigencias concretas. Están las que ya conocemos explícitamente, que son las que enunció montones de veces el FMI. Seguir y profundizar el ajuste (la “regla del déficit cero”, le dicen). Avanzar con la reforma laboral (quitándole todos los derechos conquistados a la clase trabajadora), la jubilatoria (aumentando la edad, liquidando los regímenes especiales como el docente, desfinanciando al límite el sistema y reintroduciendo un sistema privado similar a las AFJP) y fiscal (ajustando a las provincias y así liquidando el gasto en salud, educación y obras públicas).

A esto hay que sumarle las exigencias específicas y particulares de este acuerdo con Trump. Algunas ya las enunció el propio secretario del Tesoro Scott Bessent, donde planteó un cambio cualitativo, quitando cualquier atisbo de autonomía para la Argentina, que pasaría a ser un títere yanqui, sometido a sus necesidades más inmediatas y coyunturales. Así lo dijo expresamente cuando planteó que la tarea del gobierno argentino sería eliminar la presencia china en la región. A esto se suman las exigencias de prioridad para los Estados Unidos en las inversiones estratégicas en litio, uranio, otros minerales, gas y petróleo. La presencia militar estratégica yanqui en el extremo sur del continente. Y las modificaciones de la ley de patentes para beneficiar a las multinacionales estadounidenses a costa de los laboratorios argentinos. 

Un presidente que es un cipayo. ¡Milei no va más! ¿Cuál es la salida?

El secretario del Tesoro Scott Bessent lo está diciendo con todas las letras. También lo ratifican las declaraciones de Kristalina Georgieva y los discursos del propio Milei. 

El gobierno ultraderechista argentino no sólo va a seguir ajustando en este auténtico plan de guerra contra el pueblo trabajador. Además están dispuestos a llevar a la argentina a un grado de entrega nunca visto, con un alineamiento absoluto, respondiendo al centímetro a cada exigencia de Trump, priorizando beneficiar todo negocio yanqui a costa de nuestro país, regalando todas nuestras riquezas y llevando la semicolonización al extremo. 

El peronismo, que hace grandilocuentes discursos opositores, buscando capitalizar la bronca creciente, claramente no es solución para la pelea que hay que dar. Ellos fueron responsables, con el desastre del gobierno de Alberto, Cristina y Massa, que llegara Milei al poder. En estos dos años, permitieron que avanzara el ajuste y la motosierra. Y, lo más importante, no tienen un real programa alternativo. Por eso, la única opción para el pueblo trabajador es el Frente de Izquierda Unidad. Hay que votarlo el 26 de octubre, por más bancas que garanticen sin excepciones oponerse a las políticas de La Libertad Avanza, que estén apoyando todas las luchas y por un plan alternativo que, arrancando por dejar de pagar la deuda y romper con el FMI, priorice defender las necesidades más urgentes del pueblo trabajador.