Escribe Prensa PSL
27 de noviembre de 2025. En horas de la noche del jueves 27 de noviembre de 2008, un sicario asesinó a tres de los más importantes dirigentes obreros del estado Aragua. Sus víctimas fueron Richard Gallardo, presidente de la Unete-Aragua; Luís Hernández, dirigente sindical de Pepsi Cola y de la Unete-Aragua, y quien había participado en las elecciones realizadas cuatro días antes como candidato a alcalde en Villa de Cura; y Carlos Requena, delegado de prevención de Produvisa, también dirigente de la Unete-Aragua, y todos militantes de la Unidad Socialista de Izquierda, nombre de la organización antecesora del Partido Socialismo y Libertad (PSL).
Los tres dirigentes obreros se encontraban en el sector de La Encrucijada en Cagua. Se habían reunido en el lugar luego de participar en una huelga en la transnacional Alpina. Los trabajadores de dicha empresa habían procedido a tomar la planta en el marco de la medida de fuerza, siendo desalojados violentamente por la policía de Aragua. Sin embargo, Gallardo y Hernández, junto a la directiva regional de la Unete, movilizaron a los trabajadores y trabajadoras del Estado, y junto a centenares de trabajadores de distintas empresas se dirigieron a Alpina y retomaron la planta.
Ya previamente Gallardo y los otros dirigentes de la Unete habían recibido amenazas, que colocaban como sospechosos a dirigentes sindicales burocráticos y corruptos del chavismo, en su mayoría del sector construcción, a la policía del Estado y a los patronos de Alpina.
Ante este vil asesinato la respuesta fue inmediata. Nuestro partido, que en aquel momento se denominaba Unidad Socialista de Izquierda y su corriente sindical C-cura, convocó a los trabajadores de Aragua y a sus organizaciones sindicales a discutir un plan de lucha contra la impunidad y el sicariato, el cual por aquellos años se había entronizado en el seno del movimiento sindical, amparado por las políticas del gobierno, ejecutadas con saña por el ministro del Trabajo de entonces, el tristemente célebre José Ramón Rivero. Ya en aquellos años el chavismo mostraba su rostro antiobrero y antisindical, que con Maduro adquiriría contornos más claros y autoritarios.
Desde el 1° de diciembre comenzaron las asambleas en los distintos turnos de las empresas. Al día siguiente se llevó a cabo en todo el Estado un gran paro regional y una jornada de protesta con asambleas permanentes en las empresas y la toma de las calles adyacentes. En aquella histórica movilización obrera, encabezada por los dirigentes de la Unión Nacional de Trabajadores en el estado Aragua, en su mayoría de tradición trostkista y militantes de la USI, participaron trabajadoras y trabajadores de 120 empresas de la región, entre las cuales podemos mencionar a Produvisa, Cervecería Regional, Vasos Selva, Cativen, Remavenca, HV Envases, Industrias Iberia, Alconca, Plumrose, Titán, Diablitos Underwood, Pepsio-Cola, Toronocas, Venezolana de Riego, Serviquim, Sindicato de la Alcaldía del municipio Zamora, Nestlé, Vasos Dixie, Tupaca, Manpa Higiénico, Sanitarios Maracay, Mom, Aluminios Reynolds, Galletera Puig, Central El Palmar, Cebra, Inica, entre otras. La jornada también fue acompañada por activistas de comunidades y algunos consejos comunales, especialmente en Villa de Cura, donde cuatro días antes Luis Hernández había sido candidato a alcalde.
Se establecieron diversos puntos de concentración y agitación en las distintas zonas obreras del Estado. En Villa de Cura hubo 4 puntos de concentración; en Cagua tres centros de concentración, uno en Santa Cruz, otro en Tejería y tres más en Maracay. La jornada de protesta generó un gran congestionamiento de las principales vías de comunicación entre los distintos municipios y en la Autopista Regional del Centro, impactando a toda la opinión pública aragüeña. Se trataba del primer paro regional en momentos en que gobernaba Chávez en el país, un día después de haber asumido como gobernador del Estado, Rafael Isea, uno de los colaboradores más cercanos al Presidente, personaje que luego caería en desgracia en el seno del chavismo.
El jueves 4 de diciembre del 2008 se llevó a cabo un acto contra el sicariato y la impunidad en la sede de la empresa Saniplásticas, filial de Sanitarios Maracay, que en aquel momento se encontraba ocupada por sus trabajadores, y el 11 del mismo mes se realizó una multitudinaria movilización por las principales calles céntricas de la ciudad de Maracay.
Entre 2007 y 2008 con Rivero en la cartera del Trabajo, el gobierno desató una feroz ofensiva contra todo el sindicalismo clasista. Los asesinatos de nuestros dirigentes en noviembre de 2008, fueron una expresión brutal de los ataques de Chávez al movimiento obrero. El asesinato de Gallardo, Hernández y Requena fue un duro golpe para el sindicalismo clasista y combativo del país, independiente del gobierno de Chávez y de los patronos y sus partidos.
17 años después de aquella masacre, la muerte de nuestros camaradas sigue en el misterio y en la impunidad. Nunca se han hecho públicos los nombres de los autores intelectuales y materiales de aquel asesinato, que perseguía liquidar a los dirigentes del único sector de la clase obrera opuesto desde la izquierda revolucionaria al gobierno patronal de Chávez.
Hoy recordamos a Richard, Luis y Carlos, que quedaron en la memoria del movimiento obrero de nuestro país, cuyo legado de independencia por el socialismo con democracia obrera, sigue más vigente que nunca.
Fragmento del programa de la radio alternativa Ecos de la ciudad de Mérida, que en aquella época se destacaba por ser una emisora que mantenía un perfil independiente del gobierno de Chávez, y profundamente comprometida con las luchas obreras y populares. En el programa participaron Orlando Chirino, coordinador de Ccura y dirigente de la USI y Simón Rodríguez, también de la USI, y dirigente en el estado Mérida.
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Para Más detalles puede verse nuestro libro Por que fracasó el chavismo: https://laclase.info/content/libropor-que-fracaso-el-chavismo-un-balance-desde-la-oposicion-de-izquierda/