La indigencia, que mide a las familias que reciben menos que la llamada “canasta básica alimentaria” de 3.769 pesos, también aumentó: pasó del 5,3% a fines de 2015 al 6,9% en marzo. Son 350.000 personas más, que acumulan ya 2,3 millones de indigentes.
Lo peor es la dinámica: todos estos valores son anteriores al tarifazo en el transporte, gas, agua y nafta, que sin duda empeorará estos números. Agustín Salvia, titular del Observatorio, calcula que en el conurbano bonaerense a fines de abril la pobreza alcanzará el 40,9%, subiendo al 45% en las familias con niños y a más del 60% en villas y asentamientos.
No se trata sólo de los fríos números de la estadística. Todas las organizaciones que brindan asistencia social están alertando que se ha incrementado muchísimo el número de personas que concurre a solicitar ayuda (ropa usada, útiles escolares, colchones, medicamentos) o a comer en los comedores comunitarios. En los barrios se multiplican las anécdotas de vecinos que se organizan para realizar compras comunitarias, han empezado a caminar 20 cuadras o más para ahorrar un colectivo rumbo al trabajo o están reduciendo al mínimo sus consumos.
También en muchos barrios empiezan a surgir asambleas para organizarse contra los tarifazos o reclamar ayuda social al municipio o a los gobiernos provincial y nacional. Junto con la pelea que muchos están dando contra los despidos y por el aumento de salarios, ese es el camino que hay que seguir.
J.C.