May 14, 2024 Last Updated 9:34 PM, May 14, 2024

Izquierda Socialista

Escribe Prensa UIT-CI

27/01/2024. Desde el pasado 24 de enero, los trenes alemanes con fama de puntuales, no estarán transitando por las vías ferroviarias de Alemania.

Los operadores de trenes de pasajeros y de carga, agrupados en el Sindicato Alemán de Maquinistas de Trenes (GDL), con unos 40.000 afiliados entre conductores y empleados administrativos y de talleres, declararon una huelga de seis días (hasta las primeras horas del 29 de enero), en el marco de la discusión contractual con la empresa Deutsche Bahn (DB), compañía estatal ferroviaria de Alemania, las cuales se encuentran paralizadas desde el pasado año.

Según la empresa, la huelga afecta al 80% de los trenes de larga distancia y también estaría afectando al transporte regional.

La huelga es efectiva para el tráfico de mercancías desde el 23 de enero a las 18 horas de Alemania, y para el tráfico de pasajeros desde las 2 de la madrugada del miércoles 24 de enero.

De cumplirse los 6 días de huelga anunciados por el sindicato, sería la huelga más larga en la historia de la empresa operadora de trenes de ese país.

El conflicto, como ya dijimos comenzó el pasado mes de noviembre ante la negativa de la empresa a asumir las demandas de los trabajadores. En diciembre del año pasado el sindicato inició una “huelga de advertencia” de 24 horas. Posteriormente, a principios de este mes, el sindicato declaró una nueva paralización de actividades de 3 días. Hasta llegar a la actual huelga de 6 días.

El gobierno de coalición del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), la Alianza 90/Los Verdes y el Partido Democrático Liberal (FDP), se ha colocado abiertamente a favor de la empresa y contra las exigencias del sindicato. Recientemente el ministro de Transporte, Volker Wissing, cuestionó a los ferroviarios y calificó las exigencias salariales como “unilaterales” y como “una carga para la sociedad”. Incluso no descartó una intervención estatal a través de un arbitraje, que a todas luces sería favorable a la empresa.

Los usuarios han venido criticando fuertemente a la empresa por la impuntualidad del servicio, en un país donde supuestamente los trenes eran muy puntuales. Incluso el sindicato cuestiona la mala gestión de la gerencia.

Conflictos también en sectores del campo y en el transporte

Junto a la huelga de ferroviarios, durante las últimas semanas se han producido en Alemania masivas protestas de agricultores, en rechazo a los recortes en los subsidios para la producción en el campo, y el aumento de los costos de la energía. Estas protestas se han producido en otros países europeos como Hungría, Francia y Polonia.

Las huelgas y conflictos, en su mayoría son exigiendo aumentos salariales, reducción de la jornada laboral, subsidios y en general, mejores condiciones laborales. En otros países europeos se han producido o están anunciadas para los próximos días en otras áreas del sector transporte. Conductores de trenes del Reino Unido han anunciado huelgas de un día entre el 30 de enero y el 5 de febrero; en Italia el pasado 24 hubo una huelga de un día del transporte público (buses, metro y tranvías), y en Finlandia está anunciada una huelga de trabajadores de aeropuertos para el 1 y 2 de febrero.

Todas estas huelgas y protestas son consecuencia de los planes de ajuste y austeridad que los distintos gobiernos europeos vienen aplicando contra las trabajadoras y trabajadores, reduciendo el gasto público y social, frenando aumentos salariales, eliminando subsidios, en momentos en que la inflación, especialmente en alimentos y combustibles está afectando severamente el nivel de vida de las trabajadoras y trabajadores.

Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI), rechazamos todos estos planes de ajuste que aplican los gobiernos capitalistas en Alemania, Europa y todo el mundo, a través de los cuales pretenden hacer recaer la crisis sobre los hombros de los trabajadores y los pueblos, mientras se incrementan exponencialmente las ganancias de los grandes grupos económicos.

Los ferroviarios alemanes, marcan el camino a seguir por todas y todos los trabajadores. Solo con la lucha y la movilización se derrotarán los planes de ajuste.

Desde distintos puntos del mundo se expresaron trabajadoras y trabajadores en apoyo al paro y movilización del 24 de enero en Argentina.

 

Escribe Nahuel Céspedes, Secretario General del Sindicato de Trabajadores de Prensa de Bariloche y Zona Andina, militante de Izquierda Socialista Bariloche.

En enero del 97’, el trabajador de prensa José Luis Cabezas fue secuestrado, torturado y brutalmente asesinado. Su cuerpo fue encontrado en el interior de su auto incendiado, con dos heridas de bala en la cabeza.

Su crimen se produjo un año después de haber logrado fotografiar el rostro de Alfredo Yabrán, un poderoso empresario con un sin fin de negociados con el Estado, a través de sus testaferros, beneficiado por contratos y prebendas al igual que Macri, Bulgheroni, Blaquier, Rocca y los Noble-Magnetto, durante el menemismo. Yabrán dijo, en 1996 durante una entrevista con Mariano Grondona “Sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la frente. Ni los servicios de inteligencia tienen una foto mía”. Cabezas obtuvo el retrato del rostro de Yabrán paseando por la playa durante la temporada de verano del ’96 en Pinamar.

Su asesinato fue uno de los peores golpes para la libertad de expresión desde 1983. La movilización popular colmó todas las plazas del país repudiando la impunidad política, policial y judicial al grito de “no se olviden de Cabezas”. En esos años las leyes de Obediencia Debida y Punto Final de Alfonsín y los indultos de Menem, fueron armas legales con las que los gobiernos peronistas y radicales beneficiaron a cientos de genocidas del proceso.

Fue un logro importante de la lucha y la movilización de su familia y compañeros de trabajo junto a miles que repudiaron la impunidad, que los autores materiales del crimen de Cabezas fueran condenados, aunque mínimamente (ahora están en libertad).

Hoy, el gobierno de Milei busca censurar, restringir y perseguir a las y los trabajadores de prensa y a las y los que luchan. Eliminar miles de puestos de trabajo y cerrar los medios públicos. El protocolo Bullrich, la ley ómnibus y el DNU es un claro ejemplo de que quieren que la sociedad “se olvide” de Cabezas, de Rafael Nahuel, de Teresa Rodríguez, de Mariano Ferreyra y de cientos de nuestros caídos para barrer con todos nuestros derechos.

A 27 años del crimen de José Luis Cabezas, desde Izquierda Socialista entendemos que la mejor manera de tenerlo presente es luchando y luchando con la más amplia unidad por sostener los puestos de trabajo, aumentos de salarios y para que no pase el DNU, la Ley ómnibus y todo el ajuste del gobierno ultraderechista de Milei.

¡José Luis Cabezas presente!

 

Gran columna de las y los ferroviarios del Sarmiento junto a las asambleas barriales del oeste marchó desde Once a Congreso para ser parte de la columna independiente en el paro y movilización del 24, reclamando la continuidad con un  plan de lucha.

 

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Escribe Federico Novo Foti

El 25 de enero de 1987 falleció, a los 62 años de edad, Nahuel Moreno. Fue uno de los más destacados dirigentes del movimiento trotskista. Hoy, cuando el capitalismo hunde a millones en la miseria y destruye el planeta, los aportes de Moreno permiten recuperar el camino revolucionario para luchar por una salida de fondo, conquistar gobiernos de trabajadores y el socialismo mundial.

El trotskismo nació en la década de 1920, enfrentando al aparato burocrático conducido por José Stalin, que fue copando la conducción del estado soviético, los partidos comunistas y la Tercera Internacional, tras la muerte de Vladimir Lenin en 1924. Era una etapa marcada por el retroceso y graves derrotas sufridas por las masas populares del mundo, cuando luchas heroicas fueron aplastadas a sangre y fuego por la contrarrevolución nazi-fascista, encabezada por siniestros personajes como Benito Mussolini, Chiang Kai-shek o Aldolf Hitler.

Aquellas derrotas fueron en gran medida resultado de la traición de las viejas conducciones socialdemócratas (los partidos socialistas) y la burocracia estalinista. El abandono de la lucha por conquistar gobiernos de trabajadores y el socialismo mundial por parte de la socialdemocracia y el estalinismo, quienes en nombre del “socialismo” alentaron la conciliación con la burguesía, asestó un duro golpe a la tarea de construir una dirección revolucionaria, tal como venía sucediendo con los cuatro primeros años de la Tercera Internacional y el partido bolchevique, que desde el año 1918 pasó a llamarse Partido Comunista. Ante tamaña traición, León Trotsky, máximo dirigente de la revolución rusa junto a Lenin, bajo las difíciles condiciones impuestas por la persecución estalinista, se dio a la tarea de defender los principios del marxismo-leninismo. Antes de caer asesinado en 1940 por un agente estalinista, Trotsky escribió el programa para la revolución socialista (el Programa de Transición de 1938) y sentar las bases de una nueva organización, que al calor de un futuro ascenso de las luchas obreras habría de barrer a las direcciones traidoras para encabezar la revolución: la Cuarta Internacional.[i]

Desde 1943, con la derrota nazi en la batalla de Stalingrado en la Segunda Guerra Mundial, comenzó una nueva etapa de ascenso: se logró la gran victoria de la rendición del ejército de Hitler, cayeron casi todas las dictaduras nazi-fascistas, se independizaron colonias en Asia y África y se construyeron estados obreros expropiando a la burguesía en un tercio del planeta. El programa de Trotsky se confirmaba. Pero el ascenso no fortaleció al trotskismo, sino a la socialdemocracia, el estalinismo y otras direcciones nacionalistas burguesas o pequeñoburguesas, llevando a aquellos primeros triunfos a nuevas frustraciones y derrotas para las masas.

Sin Trotsky ni la mayor parte de los dirigentes que lo acompañaron, que cayeron asesinados por el estalinismo o combatiendo al nazismo, al salir de la guerra un puñado de dirigentes jóvenes e inexpertos se propuso reconstruir la Cuarta Internacional. Entre ellos, Moreno fue quien mejor pasó la prueba, continuando la lucha de Trotsky. Ante las claudicaciones de los oportunistas a las direcciones mayoritarias de las masas y la negación de los procesos revolucionarios por los sectarios, Moreno alentó la inserción del trotskismo en la clase obrera, la intervención en los procesos de lucha y revoluciones sin claudicar a sus conducciones, y peleó incansablemente por reconstruir la Cuarta Internacional y sus partidos nacionales en la perspectiva de conquistar gobiernos de trabajadores y el socialismo mundial.[ii] 

El trotskismo obrero e internacionalista

En 1942, el joven Hugo Miguel Bressano Capacete (luego apodado Nahuel Moreno) fue ganado para el trotskismo por un trabajador marítimo en el Teatro del Pueblo, un espacio de reunión de la intelectualidad de izquierda de la ciudad de Buenos Aires. Por aquellos años los núcleos dispersos del trotskismo local solían realizar largas reuniones de debate en los cafés porteños y militar poco.[iii] Pero aquel joven se propuso sacar al trotskismo de las tertulias de café y empalmar con el movimiento obrero. En 1944, Moreno fundó el Grupo Obrero Marxista (GOM), junto a un grupo de jóvenes. Su documento precursor, “El Partido”, basado en las enseñanzas de Lenin, planteó la importancia de iniciar la tarea de construir un partido revolucionario, comenzando por empalmar con “el movimiento obrero, acercándonos y penetrando en las organizaciones donde éste se encuentre, para intervenir en todos los conflictos de clase”.[iv]

El grupo tuvo su bautismo de fuego en enero de 1945 cuando estalló la huelga del frigorífico Anglo-Ciabasa en Avellaneda. El dirigente trotskista del sindicato de la madera, Mateo Fossa, les aconsejó que se pusieran al servicio de la huelga, sin pretender “bajar línea”. El respeto que se ganaron aquellos jóvenes por su compromiso con la huelga les permitió instalarse en Villa Pobladora en Avellaneda y comenzar a dirigir varios sindicatos en la zona. El grupo se fue forjando bajo el auge del peronismo, polemizando con sus planteos de conciliación de clases. Desde entonces el “morenismo” pelea por construir partidos revolucionarios en el seno del movimiento obrero y sus luchas.[v]

En 1948 Moreno viajó a París como delegado al segundo congreso de la Cuarta Internacional, que se estaba reorganizando. En 1951, en el tercer congreso, los dirigentes Michel Pablo y Ernest Mandel comenzaron a imponer una línea de capitulación al estalinismo (Mao en China, Tito en Yugoslavia, entre otros) y a los nacionalismos burgueses de Latinoamérica, Asia y África (el peronismo, Paz Estenssoro, Ben Bella y otros). Moreno alertó que esta orientación oportunista llevaba a renunciar a la tarea de construir partidos revolucionarios y a ir abandonando paulatinamente la lucha por el socialismo en esos países y el mundo. El triunfo de la revolución cubana en 1959 reavivó el debate. Moreno defendió a la primera revolución que adoptó medidas socialistas en Latinoamérica, contra los sectarios. Pero enfrentó a la corriente mandelista que capitulaba a la dirección de Fidel Castro y al Partido Comunista. La realidad le dio la razón a Moreno. La burocracia cubana cedió al estalinismo y, décadas después, restauró el capitalismo en nombre de una falsa “actualización del socialismo”.

Pese a las fuertes polémicas, crisis y rupturas, Moreno nunca abandonó la lucha en defensa de la independencia política de la clase obrera ni el desafío internacionalista de unir a los revolucionarios para reconstruir la Cuarta Internacional, el partido mundial de la revolución socialista. En sus palabras, “la más grande tarea que se haya planteado nunca el ser humano”.[vi] 

La lucha por el socialismo continúa

Grandes cambios se dieron en el mundo desde 1989, apenas dos años después del fallecimiento de Moreno, cuando se produjo la caída del Muro de Berlín y se derrumbó la dictadura burocrática de la ex Unión Soviética, debilitando a los partidos comunistas en todo el mundo. Las masas fueron protagonistas de aquellas movilizaciones revolucionarias, pero la ausencia de alternativas revolucionarias no impidió la restauración capitalista. El imperialismo y los propios burócratas derrotados lo aprovecharon para instalar la falsa idea del “fracaso del socialismo”, sembrando escepticismo.

En esta nueva etapa, sobre las ruinas del estalinismo han vuelto a emerger variantes de centroizquierda o de falso “socialismo”, que insisten en imponer falsas soluciones como el “socialismo del mercado” de la dictadura capitalista china. Una y otra vez, los gobiernos de colaboración de clases, que mantienen el capitalismo, han llevado a las masas a nuevas frustraciones. Aún continúan también las dificultades del trotskismo. Pero Moreno nos enseña que debemos asumir que nuestra lucha es difícil, pero es el camino correcto. Que no debemos caer en el escepticismo, cayendo en el sectarismo del “no se puede” o el propagandismo, ni en el facilismo oportunista de buscar atajos que llevan a nuevas decepciones.

Hoy más que nunca se confirma que el sistema capitalista imperialista ha fracasado, trayendo mayor miseria, explotación y devastación ambiental. El movimiento obrero y las masas del mundo continúan luchando y protagonizando heroicas rebeliones y revoluciones en busca una salida para los males diarios producidos por el capitalismo. En cada lucha, desde Izquierda Socialista y la UIT-CI, siguiendo las enseñanzas de Moreno, planteamos la necesidad de unir a los revolucionarios para construir los partidos socialistas revolucionarios en cada país y en el mundo con la convicción de que sólo la clase obrera y las masas en el poder podrán abrir una nueva época de progreso sostenido para la humanidad, conquistando un mundo socialista.

 

[i]       León Trotsky. Programa de Transición. (1938) Ediciones El Socialista, Buenos Aires, 2014. Disponible en www.nahuelmoreno.org
[ii]      Ver documental de Mariano Manso (director). (2017) Nahuel Moreno: una vida, infinitas luchas. [video online] Disponible en www.nahuelmoreno.org
[iii]     Carmen Carrasco y Hernán Félix Cuello. Esbozo Biográfico. CEHuS, Buenos Aires, 2016. Disponible en www.nahuelmoreno.org
[iv]    Nahuel Moreno. “El Partido” (1943) en Problemas de Organización. CEHuS, Buenos Aires, 2017. Disponible en www.nahuelmoreno.org
[v]     Ver Mercedes Petit. Recordando a Mateo Fossa en “El Socialista” N.º 34, 14/06/2006. Disponible en www.izquierdasocialista.org 
[vi]    Nahuel Moreno. El Partido y la Revolución. Ediciones El Socialista, Buenos Aires, 2013. Disponible en www.nahuelmoreno.org

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