Sep 27, 2023 Last Updated 7:32 PM, Sep 27, 2023

La semana pasada se conoció un dato dramático por partida doble. La pobreza, según números oficiales del Indec, pasó del 36,5% al 40,1% en doce meses. Son 18,5 millones de personas en esa situación. Pero esto se agrava cuando observamos que estos valores ya son viejos. Esa era “la foto” al final del primer semestre del año, a junio pasado. Después vino la súper devaluación del 22% en agosto, exigida por el FMI, y los astronómicos aumentos de precios. Sin duda, la situación empeoró y un par de millones de trabajadoras y trabajadores más pasaron a caer bajo la línea de pobreza. Para ejemplificar, a fines de junio el salario promedio ya no cubría las necesidades básicas: fue de 138.595 pesos. Los aumentos posteriores quedaron, sin duda, muy por debajo del aumento de los precios.

Esta es la realidad que no se puede ocultar. Mucho menos creer que se remedia con algunas medidas electoralistas que, aún cuando signifiquen un mínimo alivio para un sector del pueblo trabajador y sectores populares (eliminación de impuesto a las ganancias sobre los salarios, devolución parcial del IVA, o bonos compensatorios) en todos los casos son menos de lo que se viene perdiendo en estos años y en particular por la aceleración inflacionaria de estos últimos dos meses.

Es lo que acontece en el día a día de las y los trabajadores, de quienes perciben jubilaciones, planes sociales o de las y los millones de jóvenes que no alcanzan a vislumbrar cómo armar un proyecto de vida en estas condiciones. Es el escenario donde se despliega, al mismo tiempo, la campaña electoral.

Massa, el ultraderechista Milei y Bullrich pelean por llegar al balotaje y tratar de no salir terceros y ser eliminados. Empecemos por el peronismo de Unión por la Patria. Después de haber salido tercero en las PASO, los números provinciales siguen pegándole cachetazos, con derrotas catastróficas en Chaco, Santa Fe y ahora en Mendoza. Nada raro para quien recorra los barrios populares de cualquier lugar del país y observe la bronca y la desilusión con un gobierno que se pasó cuatro años ajustando al pueblo trabajador.
 
Massa, en su desesperación de ganar algunos votos más que lo acerquen al balotaje, ahora ha lanzado un nuevo globo de ensayo: propone, en caso de triunfar, un gobierno de unidad nacional. Fundamentalmente haciendo guiños a varios gobernadores del radicalismo, en particular a Gerardo Morales. Si ya un eventual gobierno de Massa va a ser “pro-empresario” y “pro-FMI”, ¿qué podemos esperar si le sumamos represores y entregadores de los recursos naturales como el gobernador Morales de Jujuy?

Por supuesto, todo esto no hizo más que introducir más crisis en Juntos por el Cambio, ya que la candidatura de Bullrich parece “no levantar”. Obvio, si sólo ofrece ajuste y represión (bajo la figura del “orden”) y es la imagen viva del todavía fresco en la memoria ajuste del macrismo. Gerardo Morales se apresuró a sacarse una foto con Bullrich para mostrar “unidad”. Pero más allá de estas idas y vueltas, lo único claro es el programa patronal y pro FMI de Juntos por el Cambio, explicado en todos los programas de televisión y reuniones empresarias por el candidato a ministro de Economía de ese espacio, Carlos Melconián.

En medio de la bronca, seguimos viendo muchos jóvenes de sectores populares, incluso algunas franjas de trabajadores, que han votado o dicen que van a votar a Javier Milei. Lo consideramos terriblemente equivocado, como ya lo explicamos muchas veces. Su plan “motosierra” no es contra ningún sector de privilegio, sino contra el propio pueblo trabajador, contra los derechos de las mujeres y disidencias, contra todas y cada una de las conquistas que nos costó muchas luchas obtener. En estos días, Milei se destacó por incorporar figuras repudiadas a su entorno. A la presencia de la negacionista y pro milicos Victoria Villarruel (su candidata a vicepresidente) le sumó las figuras de uno de los peores burócratas sindicales, Luis Barrionuevo, o de políticos patronales que han pasado por todos los gobiernos, como Guillermo Francos, su candidato a ministro del Interior.

Frente a este panorama, con tres candidatos del ajuste, patronales, pro-FMI, del otro lado hay una sola lista que plantea un programa distinto, obrero y popular: el Frente de Izquierda Unidad, con la fórmula presidencial de Myriam Bregman y Nicolás del Caño, con el “Pollo” Sobrero en la provincia de Buenos Aires y con centenares de compañeras y compañeros del sindicalismo combativo, del movimiento de mujeres y disidencias, de la juventud, como candidatos en todo el país.

Sólo el FIT Unidad plantea romper con el Fondo, dejar de pagar la deuda externa, priorizar el salario, el empleo, la salud, la educación y la vivienda. Es la única fuerza que enfrenta sin medias tintas a los ultraderechistas de La Libertad Avanza. Pero también, el FIT Unidad es la única garantía de que tu voto sirva para fortalecer a los que, sin ninguna duda, darán pelea ante el mayor ajuste que se viene. Eso también está en juego en estas elecciones: la pelea por más banca para la izquierda, para así fortalecer las luchas que se vendrán.

Por eso te invitamos a que nos acompañes. Votando al Frente de Izquierda. Pero también ayudándonos a convencer a tus compañeras y compañeros de trabajo, estudio, vecinos y familiares. Te invitamos a que vengas a nuestras peñas y otras actividades que estamos realizando en todo el país para relanzar este tramo final de la campaña. Sumate a nuestras reuniones. Anotate como fiscal. Participá también de los otros desafíos de las próximas semanas, en que concurriremos con Isadora Mujeres en Lucha a un nuevo encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias, en la ciudad de Bariloche. Apoyanos en la defensa de los lugares conquistados en el sindicalismo combativo, como en las elecciones de delegados ferroviarios donde nos jugamos a defender la conquista Bordó en el Sarmiento. Y en las luchas que se den. Son muchas tareas, y se necesitan muchas manos. Te invitamos a sumarte.

Escribe Adolfo Santos

El debate entre los candidatos a ocupar la vicepresidencia organizado por TN dejó claro que los partidos patronales poco tienen para decirle a las y los trabajadores, a las jubiladas y jubilados, a las mujeres, a la juventud y a los que luchan en defensa del ambiente. En ese sentido hay que destacar que el único que tuvo propuestas claras e interpeló a sus rivales en estos temas fue Nicolás del Caño, candidato a vice en la fórmula que encabeza Myriam Bregman del Frente de Izquierda.

Además, dejó claro que repudiamos los acuerdos con el FMI, que imponen las políticas económicas de nuestro país. Del Caño, que criticó duramente los burócratas sindicales por su papel de agentes de los gobiernos de turno, planteó de forma concreta la necesidad urgente de aumento de salario para las y los trabajadores, jubiladas y jubilados, la defensa de los derechos de las mujeres y disidencias, de la ESI y que contemple un presupuesto adecuado para combatir la violencia de género. Denunció el saqueo de la mega minería y manifestó el apoyo a la lucha por la propiedad comunitaria de la tierra de los pueblos originarios.

En otro bloque de intervenciones, se destacó denunciando la impunidad de ayer y de hoy. Un punto alto fue cuando interrogó a Villarruel, la vice de Milei: “¿de qué hablaba con Videla en las visitas privadas que le hacía en la cárcel y por qué era parte de la agenda del genocida Etchecolatz?”. Demostró en su intervención que ha sido la izquierda la que ha estado siempre a la vanguardia contra la impunidad junto al Encuentro Memoria Verdad y Justicia. En contraste, el peronista Agustín Rossi se vio en apuros cuando hipócritamente la ultra derechista Villarruel le preguntó por qué si hablaban tanto de derechos humanos lo habían puesto a Milani como jefe del Ejército en el gobierno de Cristina, obligando al vice de Massa a defender a ese represor.

El resto fue más de lo mismo, al punto que, terminado el debate, la ultraderechista Villarruel le pidió el número de teléfono a Randazzo, alguien que podría integrar cualquier futuro gobierno patronal. Y el “halconcito” Petri, declarado admirador del dictador salvadoreño Bukele y promotor de la baja de la edad de imputabilidad, se pasó el programa repitiendo un discurso vacío, de amenaza a los ladrones. Además dijo que la motosierra de Mieli se transformó en tijerita postulándose él como el verdadero mano dura. El debate dejó claro que, para enfrentar al candidato del gobierno, y de la ultraderecha, las únicas propuestas concretas, la única salida de fondo ante el desastre nacional es el programa del Frente de Izquierda, junto a las y los trabajadores, el sindicalismo combativo y las listas de luchadores que presentamos en todo el país.
 

Escribe Mariano Barba

La caída electoral de Unión por la Patria a los porcentajes más bajos de la historia del peronismo es consecuencia de una inflación galopante y una pobreza creciente. A pocos días de las PASO, el gobierno lanzó dos medidas económicas buscando recuperar para Massa el voto de un sector de los trabajadores y sectores populares que le dieron la espalda.

Al otro día de las PASO el gobierno ejecutó una de las exigencias del FMI devaluando el peso en un 22%, lo que provocó un nuevo salto inflacionario. La inflación del 12,4% de agosto, y otro tanto que se avecina para septiembre, encendieron la luz roja, acrecentando la bronca popular. Ahora el ministro-candidato Sergio Massa lanzó dos medidas económicas muy publicitadas: el reintegro del IVA a productos de la canasta familiar por hasta 18.800 pesos mensuales, y la suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias para los trabajadores, y sobre el pucho, su eliminación por ley. Es indisimulable que se trata de medidas electoralistas e insuficientes.

Por supuesto que son un alivio para un sector de la clase trabajadora. Siempre dijimos que el salario no es ganancia y reclamamos la derogación de ese impuesto. Era indignante que trabajadoras y trabajadores que ganaban apenas un poco más que la canasta familiar, en muchos casos sumando horas extras o jornadas de fin de semana, o docentes con doble o triple turno, se encontraran con esos descuentos en sus recibos de sueldo. Del mismo modo, siempre exigimos que se derogara el IVA a los artículos de la canasta familiar. Se lo hace sólo en parte, hasta 18.800 pesos. Ahora Massa le suma un bono en dos pagos de 47.000 pesos cada uno para los que no tienen ningún otro ingreso.

Lo decimos con claridad. No alcanza. No llega a cubrir lo que se perdió con este último salto inflacionario. Ni que hablar si calculamos lo que llevan perdiendo las y los trabajadores en los últimos años. Los precios están por las nubes y el costo de la canasta familiar, calculado por los trabajadores de ATE-Indec, asciende a 436.602 pesos. Canasta familiar que no alcanzan a cubrir los trabajadores en negro, ni los precarizados sin derechos legales, ni la inmensa mayoría de los trabajadores bajo convenio.

Además estas medidas tienen patas cortas. Massa le dice a quien quiera escucharlo que continuará con el acuerdo con el FMI. Más aún, ha dicho que una de sus prioridades, si gana las elecciones, es pagar la deuda con el Fondo. Es un secreto a voces que, prácticamente al día siguiente de que se haya definido quién será el nuevo presidente, habrá una nueva devaluación, y como consecuencia un nuevo guadañazo al salario. El presupuesto 2024, presentado cumpliendo lo reclamado con el FMI, ya preanuncia el ajuste que se viene.

Votar al Frente Izquierda para enfrentar el ajuste

Decimos con claridad que estas medidas son una concesión para calmar la bronca popular por la inflación y el avance de la pobreza. Son electoralistas e insuficientes. Cubren apenas un poco de lo perdido en estos cuatro años de gobierno peronista que generó una caída del 27 % del poder adquisitivo del salario. Buscan ganar algunos votos de los millones de desencantados con el gobierno peronista para, apenas terminen las elecciones, redoblar con más fuerza el nuevo plan de ajuste y saqueo.

Desde el Frente de Izquierda venimos participando en las luchas contra el ajuste nacional y provincial, como lo hicimos en Jujuy contra reforma del radical Morales y el peronismo, y también denunciamos hasta el cansancio que las políticas del actual gobierno son una continuidad del ajuste de Macri, empezando por el pacto con el FMI firmado por Massa y el propio macrismo el año pasado. Denunciamos que el ajuste se seguirá profundizando con el pago de la deuda externa y la inflación, pulverizando salarios, jubilaciones y planes sociales. Solo desde el Frente de Izquierda lo decimos y, alternativamente, proponemos un plan obrero y popular opuesto totalmente al que seguirá aplicando el venidero gobierno, sea encabezado por Massa, el ultraderechista de Milei o Bullrich. Lo particular de estas elecciones de octubre es que de los cinco candidatos a presidente, cuatro de ellos coinciden en seguir pagando al FMI y ajustando, mientras desde el FIT Unidad llamamos a romper con el Fondo y dejar de pagar la deuda; ahí está el dinero para empezar a resolver las más urgentes necesidades populares. También exigimos el congelamiento de las tarifas de todos los servicios públicos que volverán a escalar abruptamente después del 10 de diciembre.

La burocracia sindical de la CGT, que avaló día a día el ajuste y la caída salarial de este gobierno, organiza actos para apoyar activamente la candidatura al ajustador de Massa, mientras en el Frente de Izquierda vamos con la candidatura presidencial de Myriam Bregman y Nicolás del Caño, con el “Pollo” Sobrero a gobernador en la provincia de Buenos Aires y con todas las candidaturas de luchadores a lo largo y ancho del país, entre ellos muchos de los principales referentes del sindicalismo combativo que diariamente enfrentan los planes de ajuste. Si querés enfrentar el ajuste, lucha y vota al Frente de Izquierda para fortalecer la única alternativa que te propone cambios de fondo y darle continuidad en las calles a esta pelea que, sin dudas, se profundizará en el futuro inmediato.

Escribe Mariano Barba

Sergio Massa también envió al Congreso el proyecto de presupuesto 2024 con el ajuste que reclama el FMI. Encima acordó con Milei que lo discutirá después de las elecciones. Es un presupuesto dibujado para dejar las manos libres al ejecutivo, ya que prevé una inflación del 70 % para todo el 2024, cuando desde el mismísimo Banco Central calculan una de 120% como piso. También calcula un dólar oficial para finales del 2024 de 600 pesos, cuando el paralelo ya está en los 730 pesos y todavía no terminó el 2023.

En síntesis, el presupuesto es un dibujo a la medida del Fondo que profundizará el ajuste en salud y educación pública, que mantendrá la inflación en niveles insoportables y que hará crecer la pobreza y la marginalidad ya que solo crecerán las ganancias de los exportadores sojeros, de los grandes empresarios y banqueros, a quienes no se les toca ninguno de sus privilegios. Rechazar este presupuesto es otra de las razones para votar al Frente de Izquierda el 22 de octubre.


Escribe José Castillo, candidato a legislador porteño por Izquierda Socialista/FIT Unidad

El candidato de La Libertad Avanza hace caravanas con sus seguidores portando una motosierra. Dice que con ellas va a recortar el gasto “de la política”. Mentira: quien va a sufrir es el pueblo trabajador, con salarios de indigencia, sin salud ni educación pública y con un recorte histórico de todos los derechos ganados con la lucha.

El ultraderechista Javier Milei ha bautizado a su programa de gobierno como “el plan motosierra”. Propone hacer un brutal recorte del gasto público, asegurando que solo afectará a lo que llama “la casta política”. Es un auténtico fraude para engañar a las y los trabajadores y sectores populares que, hartos de ajustes de peronistas, macristas y radicales, se preguntan si con Milei se viene “algo nuevo”.

¿Qué va a recortar La Libertad Avanza?

Milei propone un super-ajuste (mayor al que reclama el FMI, confiesa) de un 15% del PBI. Pero sostiene que eso no va a afectar al pueblo, ya que sólo recortará “los privilegios de la política”. ¿A qué se refiere? ¿Acaso a los sueldos de diputados, senadores y altos funcionarios? Si quisiera dar una señal de recortarlos, podría apoyar la propuesta del Frente de Izquierda Unidadde que todo funcionario cobre el mismo sueldo de un trabajador. Milei no hace nada de eso, mientras demagógicamente “sortea” su sueldo, se embolsa el de sus asesores y le exige a sus legisladores provinciales que le den cargos (léase ñoquis). Pero vamos a lo concreto: ¿a cuánto asciende el total de los gastos electivos del país, sumando asesores, e incluyendo en él los distintos gabinetes ministeriales? Reduciendo todo al máximo no llega al 1% del PBI.

Entonces está claro, la única forma de hacer semejante reducción es recortando (y muchísimo) jubilaciones, sueldos de trabajadores del estado (incluyendo docentes y trabajadores de la salud) y llevando prácticamente a cero todas las partidas sociales. Milei incluye dentro de esto terminar con la coparticipación federal. Traducido: ajustar a muerte a las provincias, de las que depende, recordemos, toda la educación primaria y secundaria y una parte sustancial de la salud pública. También habla de terminar con la obra pública, por lo que se perderán decenas de miles de puestos de trabajo.

Parte de este mega-ajuste es, también, la tantas veces mencionada “dolarización” que, digámoslo una vez más, implica que los salarios y las jubilaciones se licúen hasta el punto de que valgan apenas unos pocos dólares, mucho menos que en la actualidad.

Una manifestación de este recorte ya aparece en algunos de los dichos del programa de Milei, que todos los servicios de salud serán arancelados, que la educación pasará a depender del horroroso sistema de “vouchers”, que se cerrará el Conicet y desaparecerá la inversión pública en Ciencia y Técnica y un largo etcétera.

Lo que no se recorta

Para Milei hay privilegios, por supuesto, que no se tocan. Entre ellos la principal partida del gasto público argentino: los pagos de deuda externa, que se cumplirán a rajatabla.
También habrá lugar para “la casta que no es casta”, o sea la masa de políticos tránsfugas que ahora se suman a La Libertad Avanza (aunque hasta ayer estaban en Juntos por el Cambio o el peronismo). Dos ejemplos, el nominado como futuro ministro del Interior, Guillermo Francos, que pasó por todos los gobiernos de Menem hasta hoy y que viene de renunciar como representante del gobierno de Alberto Fernández ante el BID ¡una vida viviendo de sueldos de privilegio del estado! Y ni que hablar de la burocracia sindical que se suma a Milei, como Luis Barrionuevo, ejemplo paradigmático de “casta corrupta” si lo hay.

Donde no se achicará el presupuesto, sino que por el contrario se agrandará, será en el aparato represivo. La candidata a vicepresidenta Victoria Villarruel ya prometió “dos puntos más del PBI” para las Fuerzas Armadas, además de lo que le corresponda a la policía, gendarmería y prefectura.

La salida no es la motosierra, sino el programa obrero y popular del FIT Unidad

No te confundas. La motosierra no va “contra los privilegios” , sino contra vos. Milei no te ofrece empuñarla, sino que lo va a hacer él para dejarte sin nada. Si la educación y la salud están mal, desfinanciadas y en crisis; si la mitad de la clase trabajadora está sin derechos; la propuesta de Milei es sacarle lo que le queda a la otra mitad, directamente liquidar a la educación y la salud públicas y quitarnos todos y cada uno de los derechos que nos quedan. “Igualar” al pueblo trabajador en la superexplotación, la flexibilidad y la indigencia más absoluta. Reprimiendo a quién salga a luchar por lo suyo. Y defendiendo a rajatabla los privilegios de la única auténtica casta que existe: la de la patronales, los ricos, los banqueros y los especuladores financieros.

Por eso, la única salida es la que planteamos desde el Frente de Izquierda Unidad, con Myriam Bregman y Nicolás del Caño en la fórmula presidencial, con el “Pollo” Sobrero en la provincia de Buenos Aires y con el resto de las candidatas y candidatos en todo el país: un auténtico programa alternativo, obrero y popular, que arrancando por dejar de pagar la deuda externa y romper con el FMI, ponga todos los recursos al servicio de resolver las más urgentes necesidades de salario, trabajo, salud, educación y vivienda.

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

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