La pobreza está definida como “ingresos insuficientes para satisfacer las necesidades mínimas”. En esa situación hay millones de personas. Se palpa a diario que la pobreza crece, salvo para el ministro de Economía. Se ve en el crecimiento de las villas, en la gente que duerme en la calle y en los millones que tienen ingresos que no superan el umbral de la pobreza. Por eso hasta el candidato de Cristina en provincia, Julián Domínguez, tuvo que salir a decir que casi alcanza al 15% de la población.
La pobreza existe tanto en el país que gobierna Cristina Kirchner, como en la Ciudad de Buenos Aires que gobierna Macri, en la provincia de Buenos Aires que gobierna Scioli y en Tigre, donde hace años gobierna el massismo. Lo mismo podríamos decir del resto de las provincias, con De la Sota en Córdoba, el MPN en Neuquén o la UCR.
El gobierno, en estos años, vino inventando distintas “canastas” (de pobreza, de indigencia), siempre para tapar los números en los que se encuentran millones de hogares de trabajadores y jóvenes. Pero lo que nunca midió el gobierno es la verdadera “canasta familiar”. Es decir, lo que necesita una familia tipo para sobrevivir. La misma indica que como mínimo se necesitan 12.000 pesos mensuales para ello (en la Patagonia, donde la vida está mucho más cara, ese monto asciende a 15/17 mil pesos). ¡Hay millones que no llegan a esos montos!
En el Gran Buenos Aires -donde hace años gobierna el PJ-, seis millones de personas viven con ¡$82 pesos por día! Distrito donde además ha crecido la desocupación, la subocupación, el empleo en negro y la desigualdad social. Algo parecido ocurre en las provincias del Norte, con niños que se mueren por desnutrición. El gobierno dice que la virtud de su modelo es “ampliar derechos”. Pero no para los más vulnerables.
El Frente de Izquierda tiene una clara propuesta para enfrentar el flagelo de la pobreza: subir en forma inmediata al valor de la canasta familiar todos los salarios y jubilaciones. Invertir el dinero que se va a la deuda externa (que está creciendo, ver columna “La deuda...”) en saldar las urgentes necesidades populares. Esa plata tiene que ir a trabajo, salario, jubilaciones, salud y educación. Y a un plan de viviendas populares para dar trabajo a todos los desocupados. Propuesta por la que hay que luchar y votar en estas elecciones.