El próximo 6 de abril se realizará finalmente el paro general convocado por la CGT. ¡Era hora! Sabemos que fue impuesto por la bronca de las bases y que el triunvirato cegetista maniobró todo lo que pudo para no declararlo primero y para retrasarlo después. Por eso no podemos dejar en manos de los dirigentes burocráticos la garantía del éxito del paro. Tenemos que tomarlo en nuestras manos: el 6 tiene que ser un “parazo”. Hagamos de todo para que se transforme en una gran demostración de fuerza de la clase trabajadora contra el gobierno. Hay que prepararlo desde abajo. Exigiendo a los dirigentes de cada sindicato que convoquen asambleas por gremio o que llamen a plenarios de delegados con mandato de base. Promoviendo, desde el sindicalismo combativo, asambleas en todos los lugares de trabajo que sea posible. Agrupando y reuniendo al activismo y a las listas opositoras. Discutiendo iniciativas para garantizar el paro y que allí se resuelva la continuidad, por ejemplo con un nuevo paro nacional, pero activo. Hay que seguirla para derrotar el ajuste de Macri.
Juan Carlos Giordano (Diputado Nacional de Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda) señaló: “A la CGT no le quedó otra que convocar al paro. Al paro se lo arrancaron los heroicos docentes que vienen protagonizando un plan de lucha en defensa del salario y la educación pública; los miles que marcharon el 7 reclamando que se le ponga fecha al paro y decenas de miles de mujeres que protagonizaron el inédito paro del 8M. Hoy hubo una marcha de miles en La Plata (y otros puntos del país) de docentes, judiciales, profesionales de la Cicop y estatales. Los propios dirigentes de la CGT reconocen que el paro salió por el “descontento social”, no por su política que vino siendo de complicidad con el ajuste de Macri y los gobernadores, dejando pasar los despidos, el robo salarial y la entrega del país. Encima lo convocan recién para dentro de 20 días y sin movilización. Llamamos a seguir apoyando los paros docentes, la marcha nacional educativa de la semana próxima y a exigir a la CGT desde los lugares de trabajo un plan de lucha nacional hasta derrotar las medidas antiobreras del gobierno”.
El 6 de marzo, mientras Macri inauguraba el ciclo lectivo en una escuelita de Volcán (Jujuy), cientos de miles de docentes en todo el país paralizaban las escuelas y salían a la calle. ¡Y hasta en Jujuy el paro era masivo! La marcha en Buenos Aires fue histórica: decenas de miles coparon la zona de Congreso hasta el ministerio de Educación, dándole una cachetada a las ilusiones del gobierno de quebrar a la docencia y enfrentarnos contra el pueblo. Impactaba la solidaridad de trabajadores y vecinos, que aplaudían, tocaban bocina y se sumaban al reclamo.
La Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo le quitó la personería gremial a la Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro (Agtsyp), personería que se había conseguido recientemente luego de años de ser resistida por la burocracia de la UTA.
La marcha del 7 de marzo fue multitudinaria, mostrando la bronca contra el gobierno. Pero el triunvirato cegetista se negó a ponerle fecha al paro y la marcha terminó en medio de un escándalo. “Poné la fecha”, fue el grito de miles esa tarde.
Escribe José Castillo