Escribe Jorge Adaro, secretario adjunto de Ademys
Las repercusiones sobre los dichos de la ministra Soledad Acuña en relación con querer responsabilizar a la docencia y a nuestra formación por la crisis del sistema educativo, de tratarnos de pobres y fracasados y llamar a las familias a que nos controlen y denuncien, se mantuvieron durante estos días en las noticias. Pero fundamentalmente entre la docencia, que no ha dejado de expresar su repudio e indignación, sumándose a las distintas campañas impulsadas fundamentalmente por Ademys, para que Soledad Acuña se vaya. Generó un rechazo nacional de docentes, sindicatos y personalidades de todo el país.
Nuevamente, y al igual que frente a la implementación de las burbujas para garantizar la presencialidad en las escuelas, Ademys ha sido el sindicato que se ha puesto a la cabeza de la campaña “fuera Acuña”, convocando a la docencia el pasado miércoles a una clase pública en las puertas del Ministerio de Educación y denunciando esta nueva agresión a la docencia. Ayer también participamos de la concentración en la Legislatura convocada por los rectores de los veintinueve institutos de formación docente de la CABA y los estudiantes terciarios, al cumplirse dos años de la sanción de la creación de la Unicaba y el intento de cerrar los profesorados. Justo esta semana Acuña sinceró para qué lo quiso hacer.
Juntos por el Cambio se mantuvo en silencio la primera semana, con la excepción de Patricia Bullrich, quien apoyó a la ministra. Luego se sumó Macri y Larreta respaldó a “quien solo trabaja por más y mejor educación”. Esto demuestra que Acuña expresó de manera cruda cuál es el pensamiento del gobierno en relación con la educación y los trabajadores. El ataque a los institutos de formación docente fue central en el discurso de Acuña, buscando convertir a los docentes en meros transmisores de las políticas oficialistas.
Mientras tanto, la dirección peronista kirchnerista de la UTE salió a rechazar formalmente estas expresiones pero se negó a realizar acciones conjuntas con Ademys para brindarle a la docencia un canal de participación y movilización para concretar la salida de Acuña. La propia Ctera ha sacado un documento donde demuestra que quieren una reacción contenida, que no concluya con la salida de Acuña del ministerio. Es que, en definitiva, muchas de estas políticas de Acuña son sostenidas también en todo el país por el ministro Nicolás Trotta y los gobernadores provinciales en el ajuste educativo, en las condiciones salariales y laborales de la docencia.
Para que se vaya Acuña, como para frenar el ajuste educativo en todo el país, lograr salarios dignos y presupuesto para la escuela pública será necesario mantener la coordinación de los sindicatos y la docencia opositora para la lucha. Que haya plata para educación y no para el FMI y la educación privada.