Escribe Mónica Méndez, directiva Cicop (lista Multicolor)
Los primeros fríos traen aparejado el aumento de enfermedades respiratorias que atacan especialmente a la población infantil. Las guardias y otros lugares de atención médica se llenan de familias buscando la asistencia a que tienen derecho, pero se encuentran con que la saturación y desborde del sistema sanitario los obliga a largas horas de espera e, incluso, a recibir una atención deficitaria con el consiguiente sufrimiento innecesario de los pequeños pacientes. El sistema de salud público, que en tiempos “normales” ya no puede responder a las necesidades de la población, naufraga ahora a la presión de la demanda. La grave crisis económica hace que sea cada vez mayor la cantidad de personas (con o sin obra social) que recurre al hospital público como a los centros de salud barriales. No alcanzan entonces los pediatras y enfermeras, no son suficientes los puestos de oxígeno y nebulizadores, no hay las drogas necesarias. Hospitales especializados como el Garrahan de CABA, el Sor Maria Ludovica de La Plata o el Niños de San Justo deben cerrar por períodos la admisión de pacientes y obliga a las familias a una peregrinación en busca de atención.
No es solo el aumento de demanda: faltan pediatras. La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) en un comunicado explica parte de las razones que llevan a esta situación: “... factores relacionados con el aumento de la demanda y la disminución del recurso humano en el equipo de salud, ocasionados por la falta de nuevos nombramientos, cargos vacantes que no se cubren, contratos temporales, carencias en equipamiento e infraestructura, falta de tiempo para examinar adecuadamente a los pacientes, desvalorización del trabajo profesional”. Como conclusión la SAP revela cifras elocuentes: para el examen de ingreso al sistema residencias de formación de nuevos pediatras del ministerio de Salud nacional que se tomará el 28 de junio, se inscribieron sólo 394 aspirantes para una disponibilidad de 544 cupos pre anunciando más carencias de pediatras. Esto no ocurre solo en pediatría. En adultos la situación es parecida. Así como largas listas de espera para cirugías. Salud Mental no es la excepción. La guardia del hospital monovalente Esteves debe cerrar su guardia por no tener camas ni posibilidades de derivación a otras instituciones.
Asistimos a una crisis estructural del sistema público de Salud. Se vio reflejado en la pandemia y ahora se profundiza. Los bajos salarios, la inestabilidad laboral, la falta de estímulo para la formación, el pluriempleo para llegar a fin de mes, falta de insumos básicos para la atención, aparatología obsoleta son algunos de los problemas que desde hace décadas sufren los trabajadores de la Salud. Ni el peronismo del Frente de Todos gobernante ni la oposición patronal de Juntos por el Cambio proponen una solución que satisfaga las necesidades de la población. Como medida desesperada la provincia de Buenos Aires ofrece a seis especialidades médicas escasas de personal (clínica, pediatría, neonatología, terapia intensiva, medicina general y psiquiatría) un insignificante plus de 15%, presuntas becas de investigación, y garantías de nombramiento para los residentes (innecesarias si se cumplieran los concursos anuales que marca la ley de carrera) y, para quienes ya están la carrera hospitalaria, la posibilidad de dedicación exclusiva y bloqueo de título. Un remiendo transitorio, destinado a ser evaporado por la inflación y que tiene claras intenciones electorales.
La carencia de recursos humanos en salud debe ser abordada desde una perspectiva que tome en cuenta todos los aspectos del problema entre ellos las condiciones de precariedad edilicia, tecnológica y de recursos humanos, pero en su totalidad y no solo en algunas profesiones y especialidades. Que vea si se adecua su organización a criterios epidemiológicos y sociales de las poblaciones usuarias. Que reconozca la sobrecarga asistencial y la violencia institucional en que se desempeña el personal de salud. Que considere el deterioro progresivo de la calidad de las prestaciones, la falta de tiempo y espacio para la formación continua. Finalmente, hace falta un estudio responsable y pormenorizado de las causas del despoblamiento de las especialidades en cuestión partiendo de tomar en cuenta el conjunto de condiciones reales en que los trabajadores deben desempeñar su especialidad. Solo de esta manera podremos lograr un enfoque integral para encontrar una solución, no solo para las profesiones y especialidades en cuestión, sino también para la totalidad del sistema de salud hoy en crisis.
El gobierno peronista nacional, el de Kicillof en Buenos Aires, los intendentes del conurbano como Espinosa en La Matanza no ofrecen una solución de fondo ni duradera. Peor aún, Cristina Kirchner no se cansa de promover en sus discursos un sistema de salud “integrado” que en su lenguaje (y el del Banco Mundial y el FMI) es la participación público-privada (PPP) que lisa y llanamente significa la subvención estatal a la medicina comercial: el gobierno no compra más equipos, no toma más especialistas y todo lo manda al sistema privado pagando las prestaciones, especialmente en las nuevas tecnologías, como las resonancias, por ejemplo. Esta propuesta del peronismo es igual a la de la oposición patronal de Juntos por el Cambio y, aunque formulada de manera más cruda, es la del liberfacho Milei. Esto es así porque tanto gobierno como oposición patronal cumplen sin chistar los mandamientos del FMI.
Para solucionar la crisis del sistema sanitario, la alternativa es el Frente de Izquierda y, en las PASO, la lista PTS-Izquierda Socialista, porque desde nuestro partido proponemos reasignar recursos de manera radicalmente distinta. Es necesario duplicar en forma inmediata el presupuesto de salud, eliminar los subsidios al sector de la medicina privada, y, además crear un Sistema Nacional Único de Salud, de propiedad estatal, gratuito y de excelencia para todos controlado por los usuarios y los trabajadores de salud y financiado por las rentas generales de la Nación y el no pago de la deuda externa.
Escribe Mónica Méndez, miembra electa del Comisión Directiva de la Cicop
El 19, 20 y 21 de abril se realizaron las elecciones en la Cicop. Once mil profesionales estuvieron habilitadas y habilitados para votar a la conducción de cada hospital (comisiones directivas) y del sindicato (consejo directivo). La lista 1+3 (Frente de Todos, MST) ganó ampliamente con un 75%, pero lo más importante que dejó esta elección fue la aparición de la lista Multicolor 5+4 (Izquierda Socialista, PTS e independientes), lista unitaria de oposición, con la cual logramos el apoyo del 15% de las y los compañeros y ganamos en diez hospitales de la provincia, siendo parte de esas y muchas otras comisiones directivas. Es un importante punto de apoyo para dar la pelea por recuperar la independencia política de la Cicop y volver a levantar las banderas de lucha y democracia sindical que la 1+3 quiere sepultar.
En esta elección se terminó de coronar un proceso de cooptación por parte del Gobierno del Frente de Todos. Proceso que lleva alrededor de un año y que desde Salud en Marcha venimos denunciando y alertando. Sin ir más lejos, el gobierno se metió directamente en las elecciones, vía directores de hospitales o secretarios de salud, armando listas por hospital pegadas a la 1+3. Existe un declarado apoyo de la actual conducción al gobierno de Kicillof y al gobierno nacional. Y eso no solo se expresó con la participación de la Cicop en actos oficialistas y fotos con funcionarios, sino que se ve también en cómo conducen el gremio. Ya no hay una línea de crítica al gobierno, se aplasta cualquier posición distinta en las reuniones del consejo directivo y ni hablar de impulsar un plan de lucha por aumento salarial frente al saqueo que significa la actual inflación.
La esencia democrática y combativa de la Cicop sigue intacta en la estructura sindical. Es por ello que accedimos, por sistema D´hont, a ser parte del consejo directivo con tres miembras. Ese puesto de lucha, junto al apoyo de diez hospitales y mil compañeras y compañeros que quieren un cambio de rumbo, es un gran punto de partida para consolidar una oposición que esté en condiciones de dar la pelea para que la Cicop luche contra el ajuste, y para seguir construyendo una alternativa que nos permita recuperar la conducción del sindicato. La lista Multicolor y la agrupación Salud en Marcha (Izquierda Socialista e independientes) son herramientas que ponemos a disposición de todas y todos los compañeros que desean dar esta pelea.
Escribe Mónica Méndez, secretaria de organización de la Cicop
El 19, 20 y 21 de abril más de ocho mil profesionales de la salud votamos por la conducción para los próximos tres años. Consejo directivo provincial y comisiones directivas en los ochenta hospitales y centros de salud de la provincia de Buenos Aires. Desde Izquierda Socialista y Salud en Marcha, junto al PTS, presentamos la lista Multicolor, que representa la unidad de la izquierda y sectores independientes. Nucleando a candidatos de veintitrés hospitales. Una lista que se plantea recuperar nuestro sindicato para la lucha, enfrentar el ajuste en curso y volver a mantener la independencia de todos los gobiernos, con democracia interna y pluralista. Banderas que la actual conducción de la 1+3 (Frente de Todos e independientes) intenta desterrar de nuestro sindicato.
Organizamos esta lista para enfrentar el actual rumbo de la conducción. Donde la independencia de todos los gobiernos se convirtió en un apoyo explícito al gobierno de Kicillof, con Pablo Maciel (actual Presidente) a la cabeza. Donde la democracia interna es atacada con discusiones apresuradas y resoluciones que no se llevan adelante. Y al pluralismo se lo está demoliendo, ya que sólo les importa que la Cicop apoye al gobernador peronista. Todo esto mientras siguen los bajos salarios, los problemas de infraestructura, aparatología y proliferan los contratos precarios.
Lamentablemente, el MST y su dirigente Guillermo Pacagnini, con quien compartimos muchos años de lucha y construcción de la Cicop, siguen siendo parte de la lista, cometiendo un grave error, que desarma a las y los luchadores del sindicato y debilita la pelea de quienes nos proponemos recuperar una Cicop independiente y de lucha.
Escribe Mónica Méndez, secretaria de Organización Cicop y dirigente nacional de Salud en Marcha
El pasado 15 de noviembre y tras nueve semanas de lucha, las y los residentes de CABA lograron un tremendo triunfo. A dos días de una nueva jornada nacional de lucha, el gobierno de Larreta fue derrotado. Este triunfo se dio a pesar de las direcciones sindicales de Médicos Municipales, Federación de Profesionales, Sutecba y ATE, que nunca apoyaron la lucha y que fueron pasados por encima por una inmensa marea blanca. Tal es así que el 8 de noviembre se produjo un hecho histórico para las y los trabajadores de la salud de CABA. Todas estas direcciones burocráticas, obligadas por la presión de las bases de los hospitales, tuvieron que convocar a un paro y movilización, exigiendo la reapertura de paritarias. Hacía más de treinta años que algo así no ocurría, y fue evidente que la marea blanca se extendía y fortalecía en la ciudad. Ese 8 de noviembre quedó claro que ni el gobierno ni la burocracia podían seguir ignorando lo que estaba pasando. Finalmente, y acompañado de un aumento salarial para el sector de planta, las y los residentes lograron pasar de 120 mil pesos para un residente de primer año (R1) a 200 mil, en solo dos meses. El temor a que siga creciendo la lucha obligó al gobierno de Larreta a ceder el mismo aumento que negó durante nueve semanas.
La coordinación y el funcionamiento democrático
Fueron semanas muy intensas, cargadas de presiones de todo tipo, aprietes, y mucho cansancio. Es muy importante rescatar algunas conclusiones de los aciertos que ha tenido este imponente movimiento de lucha. Hay dos centrales, que fueron los que les permitieron sostener la pelea y lograr el triunfo. Por un lado, desde sus inicios ha tenido un funcionamiento democrático, con asambleas donde se resolvían entre todas y todos los pasos a seguir, escuchando todas las opiniones. El otro elemento fue la coordinación entre los distintos hospitales. Se organizaron en unidad con las y los concurrentes y apostando a que se sume todo el equipo de salud. También hubo por momentos un principio de coordinación con otros sectores en lucha, como por ejemplo el Hospital Garrahan, que viene llevando adelante una lucha muy importante. Democracia sindical y coordinación fueron los dos pilares que permitieron sostener y fortalecer la pelea que terminó en un triunfo que abarcó a las y los compañeros de planta.
Se fortalece la pelea por la salud pública
En medio de un brutal ajuste del gobierno peronista del Frente de Todos, que Larreta aplica a rajatabla en CABA, este triunfo es un gran aliciente para quienes pelean en defensa de la salud pública. La miseria salarial que prima entre las y los trabajadores de la salud, y sobre todo la que venían sufriendo las y los residentes, refleja la política de abandono, desguace y privatización que ambos gobiernos impulsan. Otra muestra más de esta situación es lo que ocurre con los más de 650 concurrentes que trabajan de manera gratuita en la ciudad, además del cierre de áreas y falta de personal de planta por los bajos salarios.
Si bien aún queda el reclamo por tener una ART de los concurrentes, quienes trabajan en un 80% en salud mental, la ampliación de los cupos de residencia y la reapertura de los cupos de concurrencia para el futuro, este triunfo es un duro golpe a la política de ajuste y privatista del gobierno de Larreta. Y un gran impulso para los reclamos de las y los trabajadores de la salud de todo el país.
Los recortes y el ajuste en salud solo obedecen a destinar ese dinero al FMI. Es por ello que la salida para la crisis estructural que atraviesa la salud pública, las malas condiciones de trabajo y los salarios de miseria, debe partir de imponer el no pago de la deuda externa y destinar ese dinero para la salud. La pandemia dio sobrados ejemplos de la importancia de la salud pública en cualquier sociedad, y nuestro país cuenta con una gran capacidad instalada, humana, técnica y de investigación. El paso adelante de las y los residentes es una bocanada de aire fresco para seguir luchando por conquistar una salud pública única, nacional, de excelencia y de acceso para todas y todos. Que abarque no solo la atención, sino también la producción de medicamentos, aparatología, y que los hospitales sigan siendo centros de formación de las y los mejores profesionales que hoy sostienen nuestro sistema de salud.
Escribe Mónica Mendez, secretaria de organización de Cicop, dirigente de Salud en Marcha
Desde muy temprano, el martes 8, las calles de la ciudad de Buenos Aires se colmaron de guardapolvos blancos. Con una demostración de fuerza impresionante, los reclamos de las y los trabajadores de la salud pública pusieron de manifiesto la crisis del sector en todos los niveles. Residentes y concurrentes de CABA, que llevan siete semanas de paros y manifestaciones como parte de un plan de lucha, fueron la vanguardia de esta importante marcha.
Los bajísimos salarios y la profunda crisis de la salud pública, destruída por los sucesivos gobiernos para cumplir con los acuerdos del Fondo Monetario, ha extendido y unificado esta lucha a nuevos sectores. Parte importante que expresa esta unidad son los trabajadores del Hospital Garrahan y del Posadas, que desde hace semanas vienen confluyendo con estas movilizaciones. Y ahora se sumaron los residentes y concurrentes de la Provincia de Buenos Aires.
Este sector junto a la Cicop vienen de una lucha de años, que logró la efectivización de un nuevo reglamento para residentes que contempla aportes jubilatorios entre otras reivindicaciones. Lamentablemente, el gobernador Kicillof viene incumpliendo con algunos puntos importantes de este reglamento, lo que llevó a que en una amplia y democrática asamblea realizada por los residentes y concurrentes decidan pedir el apoyo a la Cicop y parar y movilizarse este martes 8 junto al resto de CABA.
8N, un día histórico
Sin dudas, este 8 de noviembre ha sido un día histórico para la salud pública. Miles y miles llenaron las calles del centro de la Ciudad cantando por aumento de salario, por paritarias, condiciones de trabajo, por la defensa de la salud pública. Fue una movilización colorida en los carteles y blanca en los guardapolvos.
Esta tremenda lucha de los y las residentes y concurrentes de Caba ha traccionado al resto de los gremios de salud que hoy existen en la Ciudad. Esa fuerza es lo que explica que organizaciones como la de Médicos Municipales, la Federación de Profesionales de la ciudad de Buenos Aires, Sutecba y ATE capital, se hayan visto obligados a llamar a una jornada de lucha para ese día con paro de 24 horas.
Aunque trataron de diferenciarse, haciendo un acto en la Avenida de Mayo, lo tuvieron que hacer con las consignas de reapertura de paritarias y mejores salarios. Lo mismo que venimos diciendo desde la Cicop junto a los activistas del sector de la salud desde la pandemia. Lamentablemente la dirigencia sindical burocrática, junto a los gobiernos nacional, de las provincias y municipios, nos han ignorado y han cerrado acuerdos salariales a la baja en complicidad con el ajuste exigido por el FMI.
Residentes y concurrentes de CABA se reunirán en asamblea democrática el jueves 10 para resolver cómo seguir. Lo mismo harán las y los trabajadores del Garrahan, que vienen realizando asambleas unificadas de todo el equipo de salud. Ese es el camino. Solo con la movilización será posible impedir la traición de los burócratas sindicales y arrancarle aumento salarial necesario a los gobiernos.