Este miércoles 22 de julio a las 11hs nos movilizamos desde Congreso a la Casa de la Provincia de Buenos Aires (Callao 237). La convocatoria es del sindicalismo combativo y sera acompañada por la izquierda.
Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo por Izquierda Socialista en el FIT-UNIDAD, señaló: “Hace más de 80 días que Facundo Castro está desaparecido. Y desapareció luego que fuera interceptado por la bonaerense de Berni y Kicillof. Tanto la madre de Facundo como su abogado vienen denunciando el encubrimiento policial y han aportado pruebas suficientes que involucran a esta mal llamada “fuerza de seguridad”. Esta marcha es para acompañar el reclamo de sus familiares por aparición con vida ya. Denunciando que la Bonaerense y el gobierno son los responsables. Y junto a ello decimos castigo a los autores materiales y políticos de todos los casos de gatillo fácil que se han acrecentado en plena cuarentena”.
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Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
El presidente Alberto Fernández dijo la semana pasada en la reunión anual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa que “no hay opción al capitalismo, pero se fue degradando y llegó la hora de ponerlo en su verdadera dimensión”. Y agregó: “El capitalismo debe revisar esas cosas, porque cuando empezó a tener más importancia el gerente financiero que el de producción el sistema empezó a ser menos noble”.
Es la segunda vez que Fernández hace referencia al tema. Da la idea de que habría un “capitalismo productivo” bueno, y otro malo, el “capitalismo financiero”. Lo mismo dicen cada tanto el papa Francisco y otros voceros del establishment mundial. ¿Es cierto que habría un capitalismo favorable para el pueblo trabajador?
Desde Izquierda Socialista consideramos que el capitalismo es uno solo, y es sinónimo de hambre, pobreza, desigualdad social y destrucción del planeta. Entonces, la pregunta que le hacemos a Fernández es ¿dónde está el capitalismo “bueno” que aumenta los salarios, otorga el 82% móvil a las jubilaciones, reabre miles de fábricas, da trabajo genuino y asegura un futuro digno? Este “paraíso capitalista” no existe en los Estados Unidos, China, la Unión Europea, Rusia, Venezuela ni en la Argentina.
El capitalismo está destruyendo a la humanidad
El sistema capitalista mundial degrada a la clase trabajadora y a la naturaleza. Nuestro máximo dirigente, Nahuel Moreno, decía: “A partir de fines del siglo XIX, con el surgimiento de los monopolios, el capitalismo comenzó a transformarse en su etapa imperialista. Y desde 1914 la existencia de la burguesía (dueña de los medios de producción y de cambio) y de los estados burgueses y sus fronteras nacionales se transformaron en un tapón absoluto para el crecimiento. Las fuerzas productivas dejaron de crecer. La Primera Guerra Mundial, con su secuela de millones de muertos (una sangrienta y fabulosa destrucción de fuerzas productivas), fue una expresión monstruosa de la decadencia del capitalismo” (Visión marxista de la sociedad, pág. 15, Ediciones El Socialista, 2008).
Es que el sistema capitalista tiene como eje la ganancia para un puñado de millonarios, grupos económicos, bancos y terratenientes. Y en su decadencia apela cada vez más despiadadamente a su vieja receta de descargar planes de superexplotación y saqueo sobre millones. Lo vemos ahora en plena pandemia, y lo vimos antes, desde las crisis capitalistas anteriores, y en especial la del pico de 2008, que ya había sido comparada con la depresión del ’29. En 2008 se salvó con miles de millones de dólares al Citibank y a General Motors. Ahora se hace lo mismo con las grandes empresas y multinacionales. ¿Por qué no se salva a los sistemas de salud? Porque la esencia del capitalismo es otra.
Es más, el capitalismo se ha transformado en una amenaza para la humanidad. Doscientos cincuenta científicos anunciaron que en 2050 peligrará la especie humana a causa del cambio climático contaminante producido por las multinacionales y el agronegocio. No solo no hay un “capitalismo productivo”, sino que han aumentado las fuerzas destructivas, como el armamentismo. Para combatir el cambio climático, por ejemplo, se requeriría erradicar la actual tecnología de producción de energía y obtener otra no contaminante, lo que implicaría un costo de 240.000 millones de dólares al año, menos de la mitad de lo que gastan los Estados Unidos en armamento, seguidos por China, India, Francia y Rusia. Y está claro que el desarrollo de la ciencia, en vez de traer beneficios a las masas del mundo, está provocando más empobrecimiento y crisis humanitarias.
¿Cómo actúa el capitalismo ante las crisis? Lo más lógico sería abrir fábricas y construir viviendas, escuelas y hospitales para reactivar la economía. Nada de eso ocurre ni ocurrirá. Precisamente porque desde fines de los años ’60 el capitalismo es más parasitario que nunca. Siempre trató de superar las caídas de sus ganancias con inversiones especulativas o capitales golondrina. Detrás de las subas y caídas del precio del petróleo o de la soja, por ejemplo, se esconden enormes maniobras financieras en función de las ganancias capitalistas, no de la producción. Eso es el capitalismo.
Hay que reemplazar al capitalismo por el socialismo
Cuando cayó el muro de Berlín en 1989 los políticos capitalistas pregonaron el “triunfo del capitalismo” y que con la “globalización” capitalista nos íbamos a salvar. Pasaron treinta y un años y el capitalismo está mostrando su verdadero rostro. También se decía que los países del Primer Mundo eran un ejemplo ante los denominados “bananeros” latinoamericanos. Pero si hay países capitalistas donde hay un mayor ingreso per cápita se explica por la explotación que hacen sobre nuestros pueblos vía los pagos de la deuda y una mayor dependencia y sometimiento. Todos los países son parte de un mismo capitalismo mundial que funciona para la ganancia de unos pocos, en los Estados Unidos, Europa, Asia y Latinoamérica. Esa es la cruda realidad. Jeff Bezos, de Amazon, uno de los hombres más ricos del mundo, posee una fortuna de 131.000 millones de dólares producto de la superexplotación de sus trabajadores/repartidores y de un sistema capitalista que se lo permite, no porque posea alguna inteligencia o capacidad especial.
Todo esto demuestra que no hay dos capitalismos, uno malo y otro bueno o “productivo”. Alberto Fernández lo afirma para hacer creer que los males actuales son culpa de los gobiernos “neoliberales” o de derecha y que con una mayor intervención del Estado, como pregona el peronismo, habría un cambio favorable. Pero cuando gobernaron las alternativas patronales “populares o progresistas” no se combatió a ningún capitalismo. Lula en Brasil, Néstor y Cristina Kirchner en la Argentina, Mujica en Uruguay, Correa en Ecuador, Evo en Bolivia y Chávez-Maduro en Venezuela mantuvieron los pilares capitalistas, pagaron puntualmente la deuda externa y los bancos y las multinacionales “la levantaron en pala” mientras el pueblo trabajador siguió hundido en la pobreza. Bajo todos los gobiernos, de derecha o de centroizquierda, los resultados han sido los mismos, desocupación, robo salarial, miseria creciente y destrucción del ambiente. Ocurre ahora con el republicano racista y deplorable magnate Donald Trump, como antes con el demócrata afrodescendiente Barack Obama; en los Estados Unidos gobernados por un derechista y en la China capitalista bajo la dictadura del Partido Comunista.
Llamamos a no confiar en el doble discurso de Alberto Fernández y el peronismo del Frente de Todos y a luchar por verdaderas transformaciones sociales, avanzando en el combate contra los ricos y grandes grupos económicos para poner todos los resortes de la economía al servicio de acabar con los males sociales. Esto se logrará derrotando al capitalismo y construyendo otro sistema, socialista, donde con plena democracia obrera sean los trabajadores los que diseñen un modelo económico y social distinto del actual, que solo beneficia a una minoría parasitaria que nos está llevando a desastres permanentes.
El sistema capitalista imperialista no puede regularse o reformarse. Hay que reemplazarlo. Sabemos que no es una tarea fácil, pero es la única posible. Sí es una mentira total la afirmación de Alberto Fernández de que hay un capitalismo que puede favorecer al pueblo trabajador.
Escribe Juan Carlos Giordano, diputado electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
Dirigentes peronistas que son parte, o defienden al gobierno -ya sean sindicales o políticos-, tienen un justificativo a la hora de explicar por qué Alberto Fernández no avanza contra los empresarios, los bancos y las multinacionales. Dicen que el gobierno retrocedió con el impuesto a la riqueza o la expropiación de Vicentin porque “no da la relación de fuerzas” para imponerlos. Es decir que no estarían dadas las condiciones porque del otro lado habría una fuerza contrarrestante que lo impide. ¿Quiénes serían? Los “medios hegemónicos” como Clarín, Macri, la derecha, la Justicia, etcétera. Dicen: “Si con solo anunciar el impuesto a la riqueza pusieron el grito en el cielo, ¡mirá si presentábamos el proyecto!”.
La burocracia sindical, en especial la que responde al kirchnerismo, decía lo mismo cuando gobernaba Macri, que no se podía derrotar el ajuste “porque los trabajadores habían votado a la derecha”. De esa manera fomentan una versión derrotista (que, si fuera así, nunca se podría avanzar en las transformaciones que necesita nuestro país) y esconden la verdad, que el peronismo del siglo XXI, lejos de querer combatir a los de arriba, los protege.
El gobierno no quiere
Antes de semejante afirmación deberían responder a un primer interrogante, ¿de verdad el gobierno quiere avanzar contra los de arriba y no puede? Si quisiera, ¿por qué no convoca a los trabajadores y demás sectores populares a pronunciarse y a movilizarse para imponer el impuesto a la riqueza, por ejemplo? Era de esperar que Techint, Clarín y Macri iban a estar en contra. ¿Pero el gobierno apeló a todo lo que tiene a su alcance para llamar a defender la medida?
Si bien hay medios opositores, también hay otros que apoyan furibundamente al gobierno. ¿Por qué el presidente no concurrió al oficialista canal C5N a pedir apoyo para lograrlo? La burocracia sindical de la CGT y las CTA, ligadas al gobierno, ¿por qué no hicieron asambleas virtuales llamando a los trabajadores a pronunciarse? Los movimientos sociales progobierno ¿por qué no hicieron lo mismo en cada barrio obrero y popular? Nada de eso ocurrió.
Dicen que “no dan las fuerzas” cuando las encuestas revelan que el 80% de la población está de acuerdo con ese impuesto. Hay apoyo popular, pero los diputados Máximo Kirchner, Carlos Heller y Hugo Yasky no presentaron un solo proyecto. Lo mismo pasa con Vicentin. El gobierno retrocedió con el anuncio de la expropiación después de marchas minoritarias y el fallo en contra de un juez de la pequeña ciudad de Reconquista. ¿Un juez tiene más fuerza que un gobierno? Una ridiculez. El director del Banco Nación, Claudio Lozano, reveló la verdadera razón diciendo que “nunca estuvo en los planes la expropiación”. Lo mismo podríamos decir de la deuda externa, a pesar de que una investigación del Banco Central confirmó que el endeudamiento de Macri fue para la timba financiera se terminó reconociendo. Puro doble discurso.
Hay fuerzas de sobra para imponer los cambios de fondo
No es cierto que no hay fuerza en nuestro pueblo para avanzar si un gobierno se lo propone. Esto no implica que el triunfo esté asegurado de antemano, pero para ganar una pelea hay que darla, cosa que no hace el Frente de Todos.
Sabemos que los grupos de poder siempre van a estar en contra de perder, aunque sea en parte, una porción de sus privilegios. Reconocer esto es para dar mejor la pelea, no para decir mentirosamente que “no dan” las fuerzas. ¿O acaso en el país no hubo un Cordobazo o un Argentinazo con grandes logros? ¿O acaso en el mundo no estamos viendo una gran fuerza que acorrala al racista Donald Trump, o al pueblo palestino que obligó a suspender la anexión de territorios por parte de Israel, o al pueblo chileno que el año pasado realizó gigantescas movilizaciones y ahora vuelve a la palestra con protestas contra el repudiable Piñera?
Imponer un impuesto a las grandes fortunas sería lo más lógico y necesario para volcar millones al combate de la pandemia. Pero el gobierno usa el apoyo popular que tiene para salvar las ganancias capitalistas.
El viejo peronismo del ’45 avanzó con enormes medidas sociales a pesar de las trabas y los roces con los sectores conservadores, la Iglesia y el imperialismo norteamericano. Y se negó a aceptar las recetas del FMI. Pero esa época ha quedado en el recuerdo. El peronismo que gobierna desde los años ’70 hasta hoy fue abandonando sus viejas y famosas banderas sociales –“justicia social, soberanía política e independencia económica”– para pactar con los grandes empresarios y las multinacionales. El menemismo de los años ’90 (con el apoyo de lo que luego fue el peronismo kirchnerista), lejos de tomar alguna medida contra los de arriba, usó el apoyo popular de entonces para privatizar todo, endeudarnos al doble con el FMI e inaugurar las relaciones carnales con los Estados Unidos. Y en los doce años de kirchnerismo, y con el doble discurso de Cristina Kirchner, también ganaron los bancos y las multinacionales. “Se la llevaron en pala”, decía la ex presidenta, provocando que el repudio popular y el cansancio de los trabajadores con su gobierno terminaran llevando a Macri a la Casa Rosada. Ahora el gobierno peronista de Alberto Fernández habla de gobernar para los más vulnerables mientras aplica un ajuste con rebajas salariales y jubilatorias y les otorga prebendas a los grandes capitalistas. No da ninguna pelea porque gobierna para los de arriba. Esa es la cruda realidad.
Consideramos entonces que el gobierno y sus voceros intentan confundir a los trabajadores y a los honestos luchadores que quieren un cambio de fondo con el argumento de que las fuerzas no dan para gobernar para los de abajo. Llamamos a los trabajadores a sacar conclusiones y les ofrecemos un lugar común para construir una alternativa política distinta de la del peronismo, una alternativa de los trabajadores y la unidad de la izquierda, como lo venimos haciendo desde Izquierda Socialista junto al Frente de Izquierda Unidad. Para luchar por cambios de fondo y un gobierno de trabajadores que ajuste cuentas con una minoría parasitaria patronal capitalista que nos viene gobernando de la mano de las administraciones de turno y dé paso a las transformaciones sociales necesarias para erradicar el hambre, la explotación y la entrega.
Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo por Izquierda Socialista en el FIT-UNIDAD, señaló: “El gobierno de Alberto Fernández mejoró un 37% la oferta de pago a los usureros internacionales, es decir, le regaló 15.000 millones de dólares más para una deuda usurera y fraudulenta. Además se otorgaron otros beneficios (plus) y en vez de empezar a pagar en 2023 lo hará desde el año próximo. Tal es la mejora que fue elogiada por el ex funcionario de Macri que nos endeudó sideralmente, Luis Caputo, y el ex ministro de la dictadura Domingo Cavallo quien estatizó la deuda privada de Sevel-Macri en 1982”.
Giordano agregó: “Es una barbaridad que el gobierno beneficie a los bonistas amigos de Donald Trump en medio de la pandemia del coronavirus y las rebajas salariales y jubilatorias, despidos, suspensiones, cierres de comercios y crecimiento de la pobreza. El gobierno ajusta a los trabajadores, dejan en banda a los pequeños comerciantes, se niegan a imponer un impuesto a las grandes riquezas y sigue entregando millones de dólares a los bonistas. ¿Dónde está el gobierno de los “más vulnerables”? Puro doble discurso”.
Giordano finalizó: “El gobierno pagó 4.500 Millones de Dólares desde que asumió. Imaginémonos lo que se podría haber hecho con esa plata si se hubiera invertido en los hospitales y en la emergencia social. Ahora dice que la renegociación permitirá un modelo económico “sustentable”. Una mentira total. Desde Izquierda Socialista opinamos lo opuesto. Solo se podrá combatir a las pandemias que afectan al pueblo trabajador si nos liberamos de los condicionamientos económicos y políticos que nos imponen los usureros y el FMI y se desconoce el endeudamiento de Macri dejando de pagar ya toda esa deuda usurera.”
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Pedro Rodríguez: Referente de la oposición en UTA
En la mayoría de las provincias del interior del país a los choferes de las líneas de colectivos se le están adeudando los salarios del mes de junio, parte de abril, mayo y el aguinaldo completo, condenando a 40 mil familias a pasar hambre en plena cuarentena. A su vez los choferes de larga distancia quedaron en pampa y la vía, obligados a salir a la calle para exigir que les paguen el sueldo! Parece que para los empresarios y el gobierno nacional y los gobernadores, cuando se trata de pagar los salarios, los choferes dejan de ser "esenciales". El empresariado del transporte ha recibido en estos años millones y millones de pesos de subsidios, llevándose siderales ganancias a costa de sueldos que ni siquiera arañaban la canasta familiar.
Mientras tanto la UTA de Fernández llama a un paro parcial (solo en el interior) igual que los anteriores que terminaron levantaron por migajas. La oposición de Bustinduy sólo hace declaraciones, sin tomar ninguna medida. En ambos casos, el centro del reclamo es pedir mayores subsidios, quedando una vez más bien clarito que ambos sectores responden a la patronal.
Se necesita un verdadero plan de lucha que unifique a los choferes del interior, del AMBA y larga distancia, un plan que se discuta en todas las líneas, que le arranque un paro nacional a la UTA, donde no se mueva ni una unidad hasta que aparezca la plata. Las patronales, el gobierno nacional y los gobernadores, van a volver a insistir en que el servicio de transporte es “esencial”. Los choferes somos conscientes de eso. Por eso hace más de 100 días que trabajamos expuestos al contagio a pesar de las malas condiciones de trabajo y la falta de pago. Pero ya no va más, nos tiene que pagar todo lo que nos deben y dejar de jugar con nuestra plata.
Llamamos a todas las seccionales que de verdad representan a sus afiliados y no a la patronal a trabajar en este sentido, a todos aquellos delegados que se la están jugando por sus compañeros, a los miles de activistas y luchadores honestos que todos los días van a trabajar y sufren el manoseo de las patronales, a que en la medida de las posibilidades de cada lugar, hagamos reuniones, asambleas, saquemos pronunciamientos etc., y juntos busquemos la coordinación que necesitamos para exigirle a nuestro gremio que tome medidas para que aparezca la plata!
Necesitamos una cuarentena sin hambre, sin despidos ni suspensiones! Medida de seguridad ya para todos los choferes! Necesitamos un plan de lucha ya hasta que parezca la plata!
Contacto: 1533511104