Milei sigue paseando por el mundo. Ahora fue al “campamento de verano” de los multimillonarios en Idaho, un evento tan exclusivo que ni siquiera le dejaron al presidente argentino sacar fotos de su propia presentación. Estaba todavía en territorio yanqui cuando se vio obligado, junto con el ministro Caputo, a lanzar las nuevas medidas para tratar de contener la suba del dólar. Medidas que, como explicamos más abajo, significarán un nuevo y mayor ajuste contra el pueblo trabajador.
Al gobierno de La Libertad Avanza (LLA) cada vez le resulta más difícil esconder su crisis. Pareció fortalecerse cuando logró la aprobación de la Ley Bases y luego con el acto del 9 de Julio en Tucumán, la famosa firma del Pacto de Mayo (con dos meses de retraso). Internamente, siguen los conflictos: Victoria Villarruel se “enfermó” como excusa para no estar en Tucumán, pero se “curó” repentinamente al día siguiente para participar del desfile militar e incluso subirse a un tanque. El ex ministro de Bioeconomía Fernando Vilella se encontró “despedido” mientras volvía de gestiones comerciales con el gobierno chino. Un grupo de diputados de LLA aparecieron votando con Kicillof en la Legislatura bonaerense, desatando un escándalo. La canciller Diana Mondino tiene virtualmente intervenido el Ministerio por la “asesora” Úrsula Basset, colocada por Karina Milei, y que se encarga de que en todos los foros internacionales la Argentina se pronuncie contra los derechos de las mujeres y disidencias, y el cambio climático.
En lo económico, el gobierno no está pudiendo evitar que las grandes patronales, los bancos y las multinacionales sigan presionando para que se abra el cepo, se produzca una devaluación y se les permita avanzar con sus negociados en dólares. En un tira y afloje donde lo único que tiene para prometerle a los grandes capitalistas nacionales y extranjeros y al FMI es más y más ajuste.
El gobierno de Milei lo dice abiertamente. Promete secar el mercado de pesos. Que, obviamente “desaparecerán”, pero de los bolsillos de las y los trabajadores, jubiladas y jubilados, profundizando la recesión y generando miles de nuevos desocupados, más pobreza e indigencia. El secretario de Trabajo, Julio Cordero, hombre de Techint, afirmó la intención del gobierno de avanzar “ya mismo” con la flexibilización laboral.
Frente a todo esto, resulta escandalosa la actitud de la burocracia de la CGT que paralizó cualquier continuidad luego del paro nacional del 9 de mayo. Una tregua que primero fue de hecho y luego terminó puesta en palabras la semana pasada, cuando tras una reunión de su mesa chica de conducción anunció un pedido de audiencia al secretario de Trabajo. Reunión que se llevó a cabo el 16 de julio. Obviamente fue bienvenida por el gobierno, que aplaudió esta “vocación de diálogo” e incluso le ofreció un lugar a la CGT en el Consejo de Mayo, un organismo a crearse luego de la firma del Pacto del 9 de Julio en el que estarían presentes, además del oficialismo nacional, los gobernadores y las distintas representaciones de las patronales.
En la citada reunión, a la que concurrieron Héctor Daer (Sanidad), Carlos Acuña (estaciones de servicio), Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (Uocra) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), apenas si se terminó planteando una “mesa técnica” para tratar las cuestiones relacionadas con la reforma laboral, en la que participarán, además de los burócratas de la CGT, los empresarios y el propio gobierno. La burocracia cegetista ni siquiera planteó un rechazo claro al cobro de impuesto a las ganancias sobre los salarios, apenas cuestionó el “piso” a partir del cual las y los trabajadores quedarán incluidos. La respuesta del gobierno es que se sentarán con los empresarios la semana próxima y luego se realizará una reunión “tripartita” para charlar todas estas “inquietudes” de la burocracia.
Es más que evidente la tregua de la CGT, que le da aire al gobierno en el momento en que este recrudece el ajuste. Por eso es más importante que nunca apoyar todas las luchas que se vienen dando y tratar de coordinarlas para que triunfen, al mismo tiempo que denunciamos esta tregua y exigimos a la CGT y las CTA que la rompan y llamen a un nuevo paro nacional y un plan de lucha.
De ahí la necesidad de una nueva dirección sindical combativa y democrática para la clase trabajadora. Por eso es que el próximo 17 de agosto se producirá el lanzamiento de A Luchar Corriente por la Unidad del Sindicalismo Combativo y Democrático, iniciativa convocada por varios de los más importantes dirigentes del sindicalismo combativo, como Rubén “Pollo” Sobrero y Mónica Schlotthauer (Unión Ferroviaria seccional Oeste), Mariana Scayola y Jorge Adaro (Ademys), Angélica Lagunas (ATEN Capital) y Pablo Almeida (ATE, Mecon), entre otros. Una gran oportunidad para que concurran miles de luchadores y activistas.
Pero la fortaleza de Milei no es sólo por la tregua de la burocracia sindical. También hace su aporte la oposición patronal del peronismo, que critica discursivamente al gobierno mientras negocia miles de cosas por abajo (como la designación del juez Ariel Lijo para la Corte Suprema) y toda su estrategia es “esperar al 2027”, jugando al desgaste electoral del gobierno. Mientras ensaya nuevas alianzas futuras, con guiños al radicalismo de Lousteau o a gobernadores como Maximiliano Pullaro de Santa Fe o Ignacio Torres de Chubut.
Por eso sostenemos que es más necesario que nunca fortalecer otra alternativa política para el pueblo trabajador, que es la que venimos construyendo desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad. Con otro programa, obrero y popular, que arranque de no pagar la deuda y romper con el Fondo Monetario Internacional, priorizando salarios y jubilaciones dignas, trabajo, salud, educación y vivienda. Postulando que gobiernen los que nunca lo hicieron y, por lo tanto, no tienen responsabilidades con el desastre actual: las y los trabajadores y la izquierda. Iniciando el camino hacia una Argentina socialista.