Jul 16, 2024 Last Updated 9:12 PM, Jul 15, 2024

Izquierda Socialista

Escribe Francisco Moreira

El 21 de agosto de 1940 León Trotsky fue asesinado por un agente estalinista. Trotsky fue uno de los principales dirigentes revolucionarios del siglo XX. Junto con Lenin, encabezó la primera revolución socialista triunfante de la historia. Con su asesinato, Stalin intentó cortar el hilo rojo de la continuidad histórica de la lucha obrera revolucionaria. En este primer artículo repasamos su intachable trayectoria revolucionaria, tantas veces falsificada, y la vigencia de su legado.

El 26 de octubre de 1879, en una aldea cerca de Odesa (Ucrania, que era parte del imperio de los zares de Rusia), nació León Davidovich Bronstein, más conocido como Trotsky. Siendo muy joven se hizo marxista. El régimen zarista rápidamente le impuso encarcelaciones y la deportación a Siberia. Se unió formalmente al Partido Obrero Socialdemócrata Ruso durante su fuga de Siberia, sumándose a la organización orientada por Iskra, la publicación que dirigía Lenin. En su exilio en Europa, Trotsky continuó forjando su actividad y espíritu revolucionarios.

Dirigente en la revolución de 1905 e internacionalista consecuente

En marzo de 1905 retornó a Rusia con el inicio de la revolución. Las huelgas obreras y las revueltas en el campo se extendieron durante todo el año. En junio, marineros del acorazado “Potemkin” se amotinaron, rechazando continuar la guerra iniciada con Japón. En octubre estalló la huelga general y nacieron los soviets (consejos) de obreros, embriones de gobierno revolucionario. Trotsky fue el máximo dirigente del soviet de San Petersburgo, en la capital del imperio.

En su balance de la revolución de 1905 plasmó por primera vez su “teoría de la revolución permanente”. Afirmaba que la única clase capaz de encabezar la revolución democrática burguesa y transformar las condiciones de vida en el campo era la de los obreros de las ciudades, acaudillando al campesinado pobre, no la burguesía. No hubo dos etapas en la revolución de la atrasada Rusia zarista. Los trabajadores, al tomar el poder, introdujeron desde el comienzo la lucha por sus demandas contra la patronal, transformando esa revolución en socialista y dando impulso a la revolución internacional.

Durante su segundo exilio, Trotsky fue parte también de la minoría internacionalista que, junto con Lenin, Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, rechazó la traición de la Segunda Internacional cuando apoyó la guerra interimperialista en 1914. Trotsky observaba que la guerra nacía de las entrañas del capitalismo imperialista decadente y pronosticaba que “los años venideros presenciarán la era de la revolución social”.

Su rol en la revolución de octubre y en el gobierno de los soviets

En febrero de 1917 volvió a estallar la revolución en Rusia. La revolución derrumbó al régimen zarista y asumió el gobierno una coalición de la burguesía liberal y partidos reformistas. Pero, a su lado, resurgían los soviets desafiando su poder.

Trotsky logró retornar a Rusia en mayo, fue incorporado en la conducción del soviet de Petrogrado (ex San Petersburgo) e ingresó al Partido Bolchevique de Lenin. La revolución permitió una rápida confluencia entre ambos dirigentes. Lenin había logrado que el partido no diera su apoyo al gobierno provisional burgués y asumiera la pelea por un gobierno obrero, apoyado en los campesinos, lo que sería el preludio de la revolución socialista internacional. Los bolcheviques, con Lenin y Trotsky, fueron ganando cada vez más peso y lograron la mayoría en los soviets, siendo los únicos que defendían consecuentemente los intereses de obreros, campesinos y soldados, en los soviets y en las luchas. Finalmente, Trotsky fue designado responsable del Comité Militar Revolucionario del soviet que organizó la toma del poder el 24 de octubre. Se consumó así la primera revolución obrera socialista triunfante de la historia.

Con los soviets y el Partido Bolchevique en el poder, Trotsky fue designado comisario de Relaciones Exteriores, encargado de llevar adelante las delicadas negociaciones de paz con Alemania. Al estallar la guerra civil (1918-1921) fue designado comisario de Guerra, dándose a la tarea de crear y conducir al Ejército Rojo, que enfrentó y venció al Ejército Blanco, la coalición de ejércitos de la reacción burguesa rusa y países imperialistas.

Fundación de la Cuarta Internacional y su legado

Los bolcheviques apostaban al desarrollo de la revolución socialista internacional, comenzando por Europa, que estaba sacudida por una oleada revolucionaria. En marzo de 1919 fundaron la Tercera Internacional. Trotsky fue encargado de redactar su manifiesto, llamando a “la unión de todos los partidos verdaderamente revolucionarios del proletariado mundial para facilitar y apresurar la victoria comunista en el mundo entero”.  

Pero las revoluciones en Europa no lograron triunfar por el peso y las traiciones de la socialdemocracia y la inexperiencia de los nacientes partidos comunistas, quedando la URSS desangrada y aislada. Esta situación fue fatal para el régimen revolucionario leninista de democracia obrera e internacionalista. Se fue consolidando una burocracia en el partido y los soviets. Lenin y Trotsky combatieron la burocratización. Pero la muerte de Lenin, en 1924, aceleró el viraje encabezado por Stalin y la burocracia, quienes impusieron la conciliación con las burguesías y el imperialismo, rompiendo con todo verdadero internacionalismo.

Trotsky se opuso y fue blanco de los ataques y las falsificaciones estalinistas. Expulsado del partido y de la URSS, siguió denunciando la liquidación de la conducción revolucionaria y de la democracia obrera. Tras el ascenso del nazismo al poder, habilitado por la desastrosa política estalinista en Alemania, llamó a combatir a esa burocracia construyendo nuevos partidos revolucionarios y la Cuarta Internacional, que retomó la senda de los primeros años del régimen leninista y de la Tercera Internacional en sus cuatro primeros años.

En 1938, junto con un puñado de revolucionarios, fundó la Cuarta Internacional con el objetivo de unir férreamente a los revolucionarios alrededor de un programa, el Programa de Transición, que sintetizaba lo aprendido por el movimiento marxista desde la época de Marx y Engels y, especialmente, desde la revolución rusa. Una organización y un programa que ayudaran a intervenir a los revolucionarios con la perspectiva de tomar el poder, lograr nuevos gobiernos obreros y populares con democracia obrera y avanzar en la revolución socialista en todo el mundo. Con su asesinato en 1940, Stalin buscó eliminar la única posibilidad de dirección revolucionaria, sintetizada en la trayectoria y experiencia revolucionaria de Trotsky. Su desaparición significó un abrupto vacío de dirección.

La lucha de Trotsky y su intachable moral revolucionaria merecen ser difundidas. Su confianza en la clase obrera y su abnegación en la construcción del partido revolucionario tuvo sus continuadores. Nahuel Moreno, maestro y fundador de nuestra corriente, quien calificó la creación de la Cuarta como “el más grande acierto de Trotsky”, mantuvo bien en alto sus banderas, las mismas que rescatamos hoy desde Izquierda Socialista y nuestros partidos hermanos de la Unidad Internacional de Trabajadores y Trabajadoras - Cuarta Internacional (UIT-CI), quienes continuamos la pelea por unir a los revolucionarios y reconstruir la Cuarta Internacional.

Escribe Nicolás Núñez, legislador electo por Izquierda Socialista FIT-U

Bajo el título “Refugio” y escrito por el dirigente de la Red Ecosocialista, Mariano Rosa, el MST argentino definió dedicarnos un artículo polémico (Alternativa Socialista 6/8/20) sobrecargado de adjetivos y descalificaciones. El mismo tiene una particularidad: se propone responder a nuestra intervención en la Conferencia del FITU sin hacer referencia a ninguno de los planteos concretos que fueran expresados allí. Ante este escape de la polémica, puntualizamos aquí nuestros argumentos para hacer más fructífero el debate.

 

Para nuestro polemista, y haciendo referencia solo a la mitad de los adjetivos que nos son dedicados, al parecer desde Izquierda Socialista incurriríamos en la “falsificación polémica” y en el “dogma” como “refugio” de “impotencia política” y para “encubrir” la “falta de experiencia y la “pereza intelectual”. Partimos de señalar que no creemos que sea la mejor forma de encarar ningún debate. Menos aún cuando el complemento de las descalificaciones es hacer completo caso omiso de los argumentos que esgrimimos.

¿Cuáles habían sido nuestros planteos en la Conferencia? 1) que tenemos muchos puntos de acuerdo con lo señalado en una intervención previa por la compañera Luciana Echevarría del MST en los puntos para impulsar la movilización, e incluso en algunos de los programáticos de fondo ante la destrucción ambiental capitalista; 2) que veíamos sí un problema en que en la enumeración programática ambiental no se incluya el gobierno de los trabajadores, como sucedió en la intervención de Echevarría; 3) que desligar la problemática ambiental de la independencia de clase y el gobierno de los trabajadores es un problema que marcamos constantemente en las corrientes que se reclaman del “ecosocialismo”; 4) que como ejemplo de esto último mencionamos: a) en una de sus vertientes, el guiño hacia el “Green New Deal” que están haciendo referentes como Michael Löwy, b) por otro lado la experiencia de Marea Socialista (LIS en Venezuela) proclamándose ecosocialista y al mismo tiempo diciendo que la tarea en ese país era recuperar “el legado de Chávez” cuyo gobierno burgués cometió crímenes ambientales de todo tipo.

Ninguno de todos estos puntos mereció atención alguna en el artículo de “respuesta” de Mariano Rosa. Su polémica optó por el ángulo de atacarnos por no estudiar sus posiciones y en enrostrarnos su elaboración y trayectoria. Veamos.

La elaboración

Partimos de nuestro lado, una vez más, de los puntos de acuerdo: es un hecho de la realidad innegable para nosotros que la destrucción ambiental capitalista arrima a la humanidad y al planeta entero a puntos de no retorno que exponen a millones, y en particular las mayorías empobrecidas, a peligros incalculables, no solo en las próximas décadas, sino ya hoy en el presente. No redundaremos en ejemplos, sino solo agregar que a tal punto esto es así que pensamos que es momento de levantar como consigna propagandística ante esa nueva realidad: “Socialismo o catástrofe”, para plantear ante la vanguardia y el activismo ambientalista nuestra perspectiva histórica.

Sí señalar que no es la primera vez que una catástrofe de esta magnitud amenaza a la humanidad. Cuando Nahuel Moreno señalaba en la década del 80’ “socialismo u holocausto nuclear”, daba cuenta ya en ese momento del proceso en que las fuerzas productivas se transforman en fuerzas destructivas a gran escala. El acierto de Moreno se complementaba con señalar cómo esa amenaza se relacionaba con la crisis de dirección de la clase trabajadora. Y así como en ese momento se trataba de combatir a las corrientes pequeño burguesas y estalinistas en el movimiento obrero, hoy seguimos teniendo la tarea de combatir a las corrientes que dan una orientación reformista y de colaboración de clases en la pelea por evitar que el capitalismo se lleve puesto el planeta. Desde nuestra perspectiva, lamentablemente algo que ha caracterizado en estas décadas a las corrientes que se reclaman del “ecosocialismo” fue el seguidismo a esas direcciones.

No puede ser obviado que, en paralelo a la afirmación identitaria de “ecosocialistas” que en los 90’ llevó adelante una parte importante del trotskismo proveniente de la corriente mandelista, se produjo en esas corrientes el abandono programático de la pelea por la dictadura del proletariado y con ello la consigna del gobierno de trabajadores. Desde ya que no hacemos partícipe al MST de todas las capitulaciones de las corrientes mandelistas y el Secretariado Unificado. Pero esta característica del “ecosocialismo” no puede ser pasada por alto. Como tampoco puede ser eludida una diferenciación cuando, por ejemplo, el gobierno totalitario de Maduro tiene un “Ministerio de Poder Popular para el Ecosocialismo”. 

No queremos hacer acá una crítica en extenso sobre el ecosocialismo, si no marcar algunos puntos que se presentaron como centrales en este debate. Por eso, en suma podemos aclarar que para nosotros no significa que todo lo que se ha elaborado en estas décadas en nombre del “ecosocialismo” deba ser descartado. Por ejemplo, algunas recuperaciones de planteos del propio Marx (como las que cita habitualmente Mariano Rosa profusamente) en los desarrollos de John Bellamy Foster sobre la fractura metabólica y la destrucción que el sistema de producción capitalista desarrolla al mismo tiempo de la naturaleza y la clase obrera, son aportes interesantes.

Sumado a esto, desde ya que el MST puede afirmar, y el artículo de Mariano Rosa en cierta medida lo hace, que ellos construyen un “ecosocialismo distinto”. Y para nosotros no se trata de impugnar palabras y denominaciones, si no de debatir concretamente programas y política para la movilización. Entonces allí el problema aparecería cuando revisando las actas de fundación de la LIS, la resolución sobre “Cambio climático y extractivismo”, hablan de “planificación democrática” pero no plantea el gobierno de trabajadores. Lo mismo sucede con las “coordenadas programáticas como GPS” que plantea el propio Mariano Rosa en el segundo número de la revista de la LIS “Revolución Permanente”. Lo mismo pasó con la intervención de Echevarría en la conferencia, y lo mismo ocurrió en el artículo de polémica que nos dedican.

No queremos hacer una falsa polémica, somos conscientes de que al adherir al programa del FITU y los documentos que votamos en la Conferencia, el MST puede acordar en un programa la consigna del gobierno de trabajadores. Lo que señalamos en la conferencia, y volvemos a señalar ahora, es que a la hora de elaborar un programa hacia la lucha ambiental, este punto debe ser jerarquizado y no eludido. Y de esa forma no caer en los vicios habituales del ecosocialismo, e incluso, en problemas que la propia trayectoria del MST revela.

Conocemos su trayectoria

Mariano Rosa reivindica la autoridad que a sus planteos les confiere su trayectoria de intervención dentro de la lucha socioambiental. Izquierda Socialista y la UIT-CI no desconocen esa trayectoria, justamente porque de hecho ya hemos tenido polémicas al respecto. Como las tuvimos cuando en la lucha contra la megaminería el MST en 2011 reivindicó prestarle su legalidad en Andalgalá para que se candidatee (y gane) como intendente a un referente de la UCR en vez de a referentes de la asamblea local (de la que participábamos activamente desde Izquierda Socialista). Disociar la lucha contra las multinacionales de la megaminería de la defensa de la independencia de clase los llevó acá regalarle la intendencia a un representante patronal debido a su discurso tibiamente ambientalista. Esto fue celebrado en su momento por un artículo del propio Mariano Rosa (“Ganamos Andalgalá”, 16/3/11), y se enmarca en la reivindicación de su alianza con Proyecto Sur, Pino Solanas y Luis Juez que Alejandro Bodart realizó recientemente en su balance de la Conferencia del FITU (entrevista subida a la página web de la LIS, 8/8/20).

En la Conferencia nos referimos a otro ejemplo que es el de Venezuela. Donde la corriente ecosocialista Marea Socialista, se integró al Partido Socialista Unificado de Venezuela, el partido de gobierno y regimentación política y sindical de Hugo Chávez, e incluso hasta 2019 siguió planteando ante la debacle de Maduro que la tarea era recuperar el legado de Chávez, o volver al cumplimiento de la “constitución bolivariana”, siendo parte de lo que se denominó el “chavismo crítico”. No hace falta extenderse mucho en lo que hace a la política estructural del chavismo de entrega de recursos naturales a manos de las multinacionales a través de empresas mixtas; el desarrollo del “Arco minero del Orinoco” entregado a la megaminería; los 800 mil barriles de petróleo que se derramaron entre 2010 y 2018; o las millones de hectáreas desforestadas de la Amazonía venezolana; todo combinado con la represión y masacres a los pueblos originarios.

Como hemos visto el “ecosocialismo” que apoyó a estos gobiernos en América Latina no ve contradicción en hablar de ecología y socialismo y dar cobertura por izquierda a estos crímenes políticos y ambientales. Nosotros si vemos esa contradicción y la marcamos.

Continuemos los debates impulsando la movilización

Nos hemos extendido en esta respuesta en función de aclarar las polémicas y dar cuenta de que: a) podemos no tener acuerdo en algunos puntos, pero de ninguna manera nuestro proceder fue el de falsear ni desconocer las posiciones de nadie, b) tenemos puntos de acuerdo con los que seguir interviniendo codo a codo en la lucha contra la destrucción ambiental capitalista.

Por lo pronto señalamos en función de esto último que sería importante empezar a planificar reuniones e iniciativas del FITU de cara a la pelea contra la destrucción de los humedales, los intentos del gobierno en avanzar con la megaminería, la “ley de hidrocarburos” y el acuerdo por las megagranjas de cerdos chinas, así como también de cara a la Huelga Mundial por el Clima del 25 de septiembre.

 

 

Declaración del FIT Unidad: el gobierno paga deuda ilegítima, los bonistas festejan
Rechazamos el acuerdo entre el gobierno de Alberto Fernández y los usureros de la deuda

Argentina acaba de acordar con los bonistas. Los “mercados”, es decir los usureros internacionales, los especuladores y bancos, festejan al igual que los voceros de la derecha de Juntos x el Cambio.  El gobierno está reconociendo una deuda que pagará con más ajuste sobre el pueblo trabajador con el apoyo de los gobiernos capitalistas del mundo, el Papa, el FMI, Macri y hasta la CGT traidora y la CTA. El FIT Unidad rechaza esta nueva convalidación del saqueo.

Después de varios meses de renegociación, el gobierno peronista de Alberto Fernández y el Frente de Todos se aprestan a un acuerdo para pagar una deuda usurera, ilegítima y fraudulenta. Luego de la “década kirchnerista” de pago sistemático a los usureros, el gobierno de Mauricio Macri recrudeció el endeudamiento del país con el apoyo de amplios sectores del peronismo, y ahora Alberto Fernández reconoce la deuda, incluyendo la contraída desde la dictadura militar y los siguientes gobiernos. Y paga. En la campaña presidencial pasada Fernández la denunciaba, pero como presidente se dedicó a legitimar una estafa millonaria. Es decir, la “derecha neoliberal” acrecienta el endeudamiento y el gobierno “nacional y popular” paga.  Los que ganan son los banqueros y especuladores de la mano del FMI, y pierden las y los trabajadores y el conjunto de los sectores populares.

El peronismo del Frente de Todos hizo votar una ley de emergencia en diciembre pasado donde disponía de 4.500 millones de dólares para pagar deuda externa. Los recursos han sido destinados para los usureros en todos estos meses de plena pandemia, en lugar de destinarse a los hospitales públicos y a los trabajadores y profesionales de la salud. O para otorgar $30.000 a todos aquellos que lo necesiten en medio de la cuarentena ante el aumento de la pobreza, la miseria y los despidos y suspensiones. Nada de esto hizo el gobierno autoproclamado “de los más vulnerables”.  

Luego de reconocer deuda ilegítima y de haberle mejorado a los bonistas cuatro veces la oferta, el gobierno decía hasta ayer que no volvería a hacerlo. Pero de nuevo cedió y mejoró más la oferta, rápidamente aceptada por los fondos de inversión. Esta nueva entrega viene a sumarse a otras dos. También dijo que iba a imponer un impuesto a la riqueza pero nada presentó en el Congreso, evadiendo el proyecto presentado por el Frente de Izquierda-Unidad. Y en otro hecho vergonzoso dijo que iban a expropiar Vicentín, de lo cual retrocedió y hasta anuló el decreto que disponía la intervención de la empresa. No solo eso, sino que hizo votar una ley para darle una moratoria impositiva también a los grandes empresarios.

Renegociar esa deuda ilegítima y fraudulenta, hacer una oferta favorable a los usureros y luego cambiarla varias veces para mejorarla en más de 15.000 millones de dólares, es repudiable bajo todo punto de vista, más aún en medio de la pandemia, la mayor crisis económica y social, el crecimiento de los despidos y suspensiones y de la pobreza de millones. Rechazamos que el gobierno afirme que este acuerdo va en beneficio del pueblo trabajador El gobierno impondrá nuevos ajustes como el que ya produjo con la rebaja de las jubilaciones o de los salarios, mientras que las patronales están imponiendo rebajas salariales y mayor flexibilización laboral con la total complicidad y aval de la burocracia sindical. Ya en los 12 años de gobiernos de los Kirchner fueron “´pagadores seriales”, como lo reconoció la propia Cristina Fernández.

Terminada esta parte de la renegociación de la deuda se aprestan a empezar las discusiones con el FMI para reconocer una deuda también ilegítima, que fue estructurada para favorecer la fuga de capitales, pese a lo cual van a querer hacérsela pagar al conjunto del pueblo trabajador. Por eso, muy lejos de la "autonomía" del país que proclamó Alberto Fernández cuando anunció este acuerdo, de lo que se trata es mayor sometimiento, dependencia y atraso para la Argentina. Las mayorías obreras y populares no tienen nada que festejar.

Recordemos que el gobierno está renegociando esta parte de la deuda que hasta el propio Fernández dijo que esa plata había ido a financiar la fuga de capitales. Y hasta se votó una ley que contó con el aval de Juntos por el Cambio, es decir los diputados del PRO y la UCR, de los gobernadores peronistas, con la sola excepción del Frente de Izquierda. Desde el FIT Unidad hemos votado en contra de la nueva ley que dispone renegociar otra parte de esa deuda. En las luchas y en el Congreso, el Frente de Izquierda es la única fuerza política que ha presentado un proyecto para desconocer esos pagos, dejar de pagar, romper los lazos políticos y económicos que nos atan al FMI y al imperialismo y destinar esos fondos a combatir la pandemia en esta etapa y colocar el conjunto de los recursos nacionales al servicio de un plan de reorganización social, política y económica de la mano de los trabajadores, lo que podrá ser logrado solamente con la movilización y lucha independiente de los trabajadores y el pueblo.

También es el Frente de Izquierda el único que ha presentado un proyecto de ley para imponer un impuesto progresivo a las grandes fortunas y grupos económicos pare recaudar 20.000 millones de dólares para volcar en beneficio del pueblo trabajador. Y también es el FIT Unidad quien presentó el único proyecto para expropiar los activos de Vicentín sin indemnización para nacionalizar esa empresa y ponerla a funcionar y a producir bajo control y gestión de sus propios trabajadores. Planteamos esto como parte de un programa de fondo y de lucha para que la crisis la paguen los capitalistas, que incluye la nacionalización de la banca y el comercio exterior bajo gestión de las y los trabajadores; la nacionalización de las empresas de servicios privatizadas y de todo el complejo hidrocarburífero bajo gestión de trabajadores y usuarios; el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados; entre otras medidas de fondo. Un programa que sostiene que no hay salida sin terminar con este régimen político y social y dar paso  con la lucha y la movilización a un gobierno de los trabajadores. Con este programa y coherencia, la izquierda ha sido y es la única fuerza política que se opone a toda entrega y que invita hoy, más que nunca, a las y los trabajadores, a los jóvenes y a las mujeres que luchan por sus reivindicaciones a que impulsemos juntos acciones de rechazo a este rumbo, que continuará según el propio Fernández, junto a los grandes grupos económicos y la burocracia de la CGT en su “plan de pospandemia” que es más ajuste y reformas a pedido del FMI.

El FIT Unidad, de esta manera, está cumpliendo además con una de las resoluciones de la exitosa Conferencia Latinoamericana y de EEUU que se realizó entre el jueves 30 de julio y el sábado 1 de agosto donde se aprobó una resolución llamando al “no pago de las deudas externas de los países de América Latina y el Caribe y de todos los pueblos oprimidos”.

Buenos Aires, 5 de agosto de 2020.

Frente de Izquierda - Unidad (PTS, PO, Izquierda Socialista, MST)

Escribe Silvia Santos, dirigente de la UIT

Uno de los hechos históricos mundiales de la lucha de clases que más conmovió a nuestro país fue la Guerra Civil Española. La gran colonia de inmigrantes instalados en la Argentina se dividió entre republicanos y franquistas. Fueron casi tres años acompañando los acontecimientos del otro lado del océano con publicaciones, grandes debates y hasta enfrentamientos físicos. La tradicional Avenida de Mayo, en la ciudad de Buenos Aires, fue uno de los principales bastiones de aquellos acontecimientos.

En España, en febrero de 1936, ganó las elecciones el Frente Popular, formado por socialdemócratas, sectores del anarquismo y comunistas, más la "sombra de la burguesía", como decía Trotsky, con la activa participación de la URSS de Stalin. Ese resultado tuvo como respuesta un levantamiento militar fascista encabezado por Francisco Franco contra la República, el 18 de julio de 1936, desde Melilla, protectorado español en Marruecos. Sin embargo, el movimiento de masas, que venía en un gran ascenso, se levantó el 19 de julio, teniendo como vanguardia a Barcelona y Cataluña. Fue el inicio de un proceso en el que se puso en juego un enfrentamiento decisivo entre revolución y contrarrevolución.

1934. Los mineros asturianos y los obreros de Barcelona escriben una de las páginas más bellas del proceso revolucionario español.

En las elecciones del 14 de abril de 1931 cayó la monarquía, vencida por diversos sectores burgueses republicanos. El rey Alfonso XIII abdicó y se estableció un nuevo régimen. España era un país atrasado, con un gran peso político de la iglesia católica y los terratenientes, vinculados con la nobleza que, a su vez, estaba ligada a la burguesía financiera, industrial y comercial. Millones de campesinos vivían en la pobreza, explotados por la iglesia y los terratenientes, que eran los dueños de las tierras.

En octubre de 1934, como respuesta a la entrada de la extrema derecha en el gobierno de la República, se levantan los mineros de Asturias y proclaman una república obrera en la cuenca minera asturiana. Forman comités obreros, milicias y toman cuenta de la vida de la región, ocupan tierras, casas y edificios públicos. En solidaridad, en Cataluña se declara la huelga general y se proclama la Republica Catalana. Poco después, este heroico proceso es derrotado con un baño de sangre, sobre todo en Asturias, comandado por Francisco Franco. Pero el ascenso del movimiento de masas continuó y el Frente Popular, cuando venció en febrero del '36, tuvo que enfrentar el levantamiento de los fascistas contra la República.

La revolución derrota el primer intento gopista.

Entre julio de 1936 y mayo de 1937, la revolución, con eje en Cataluña, derrotó la intentona golpista. Se formaron organismos de poder obrero, los “comités de milicias antifascistas”, que tomaron el control de la ciudad en Barcelona y el resto de la región. La vanguardia de este proceso fue la clase obrera. Tenían fuerza los anarquistas, organizados en la CNT, los socialdemócratas, el POUM y, en menor medida, el PC. Con desigualdades, el proceso se nacionalizó. En Valencia, Málaga, Lérida, Cantabria, Gijón y Jaén surgieron diversos comités en defensa de la República. En Madrid, donde tenía mayor influencia el Partido Comunista, los comités obreros no eran tan fuertes.

Por el peso de los anarquistas, desgraciadamente, no se avanzó en imponer un gobierno de la clase trabajadora, lo que permitió la consolidación del gobierno del Frente Popular. Consciente de que en España se jugaba la suerte de la revolución europea y mundial, León Trotsky escribió: “Los anarquistas se justificaron afirmando que no tomaron el poder, no porque no pudiesen, sino porque no quisieron, porque están en contra de toda dictadura…”. “Renunciar a la conquista del poder es dejárselo voluntariamente a los que lo tienen, los explotadores”. De esta forma, se le dio tiempo a la burguesía republicana, que bajo la dirección de Companys, recuperó la iniciativa, y en mayo del '37  derrotó al poder obrero. A partir de entonces se entró de lleno en la guerra civil.

El frente popular y la política del estalinismo.

A medida que la burguesía republicana conseguía desmontar el proceso revolucionario, más peso adquiría el estalinismo en la guerra civil. El argumento, tanto del estalinismo como de los socialistas, era que como la revolución española no tenía más que resolver tareas democráticas (reforma agraria, Estado laico, los problemas de las nacionalidades, etc.), correspondía hacer frente con la burguesía. Todo para resguardar la sacrosanta propiedad privada.

León Trotsky, al respecto, afirmó: “Los teóricos del Frente Popular no van más allá de la primera regla de la aritmética: la suma. La suma de comunistas, socialistas, anarquistas y liberales sería mayor que cada uno de sus términos. Sin embargo, cuando los aliados políticos tiran en direcciones opuestas la resultante es cero”. El estalinismo luchó con toda su fuerza en España para evitar una victoria proletaria, que significaría el fin de su propia dominación. Mientras Hitler y Mussolini apoyaban a Franco con su aviación y enviando tropas, Stalin estrangulaba la revolución justificando que se trataba de resguardar primero la República, en coalición con sectores burgueses.

Por esta nefasta política, con más de un millón de muertos, la República fue derrotada en abril de 1939 después de la heroica batalla del río Ebro. Esta es la lección más importante de la Guerra Civil Española: los gobiernos que intentan conciliar diferentes intereses de clase siempre finalizan favoreciendo a la clase de privilegiados y explotadores. Esta es una de las razones por las que el trotskismo morenista continúa luchando por la independencia de clase y por gobiernos obreros, populares, campesinos, con la juventud y las mujeres que adoptan un camino revolucionario.

La catastrófica política frentepopulista continúa reflejándose hoy en el Estado Español. En 1977, en plena decadencia del franquismo, los principales partidos políticos “republicanos”, como el PSOE, el PC y otras fuerzas menores, y sus colaterales sindicales, Comisiones Obreras y la UGT, firmaron junto al franquismo el Pacto de la Moncloa que, si bien contenía algunos avances democráticos impostergables, mantenía en esencia el régimen franquista. Hasta hoy esos “partidos republicanos” no han tenido el coraje político de defender la bandera por la que perdieron la vida cientos de miles de luchadores, el fin de la monarquía.

 


 

Las Brigadas Internacionales

Impulsadas por el PC, pero también por fuera de él, millares de jóvenes se enrolaron para ir a pelear a España en las Brigadas Internacionales. Entre ellos, centenares de argentinos.

De los extranjeros, el más conocido fue George Orwell, autor del libro Rebelión en la granja, reconocido también por el magnífico testimonio de Homenaje a Cataluña.

Al llegar a Cataluña escribió: “Por primera vez en mi vida me encontraba en una ciudad donde la clase trabajadora llevaba las riendas. Casi todos los edificios estaban en manos de los trabajadores y cubiertos con banderas rojas, o rojas y negras, la bandera de los anarquistas; casi todos los templos habían sido destruidos… En los cafés había carteles proclamando que eran servicios socializados, hasta los lustrabotas habían sido colectivizados y sus cajas estaban pintadas de rojo y negro”. Orwell formó parte de las milicias del POUM, partido identificado popularmente con el trotskismo. Desgraciadamente, el POUM también entró al gobierno del Frente Popular, y Andrés Nin, su dirigente, que en 1937 fue asesinado por el estalinismo, asumió el Ministerio de Justicia en Cataluña, hecho que desencadenó una dura discusión con Trotsky que terminó en una ruptura.

 


 

Los bares de la Avenida de Mayo en Buenos Aires.

Pocos jóvenes saben que en la Argentina, en la Avenida de Mayo y Salta, también se peleó la Guerra Civil. En esa esquina eran comunes los enfrentamientos entre los republicanos, que se instalaron en el bar Iberia, llamado “búnker” republicano, y los franquistas, asentados en el bar Español. Inclusive, las disputas siguieron después de concluida la guerra civil y el triunfo del fascismo.

Los incidentes se producían casi a diario. En marzo del '38 un camión se detuvo en la avenida, entre ambos bares. Uno de los grupos solidarios con la República comenzó a agitar consignas antifascistas. Los franquistas respondieron lanzando desde el bar Español vasos, platos, mesas y sillas. La batalla finalizó cuando llegó la policía.

Entre los republicanos había españoles y argentinos que tomaron partido contra el franquismo. Al mismo tiempo, la Guerra Civil Española despertó magníficos ejemplos de solidaridad internacional con la creación de comités que juntaron alimentos y ropa. Se organizó un acto en solidaridad con la República en el Luna Park, donde estuvo presente Libertad Lamarque. Pero lo más destacable fue la participación de los voluntarios, dispuestos a dar su vida en la lucha contra el fascismo.

Las organizaciones, partidos, dirigentes y militantes participantes de la Conferencia virtual Latinoamericana y de los EEUU suscribimos las siguientes definiciones políticas y nos comprometemos a impulsar las resoluciones y campañas abajo planteadas:

1.- Levantamos como principal bandera la independencia política de los trabajadores respecto de los capitalistas, sus Estados, gobiernos y sus partidos. Rechazamos la colaboración de clases y los frentes y organizaciones políticas de colaboración de clases, que no son más que la vía por la cual se avanza en la subordinación política de la clase obrera a los intereses de los capitalistas y de sus Estados. Definimos como nuestro objetivo estratégico la lucha por gobierno de trabajadores, por la Unidad Socialista de América Latina y por el socialismo internacional. Como señala la convocatoria inicial a esta conferencia “El equilibrio y la conciliación de intereses entre el capital y los trabajadores, que pregona el nacionalismo burgués y la centroizquierda, no es más que una utopía reaccionaria, que apunta a entrampar a los trabajadores como furgón de cola de la burguesía. En oposición a eso, planteamos la lucha por una salida anticapitalista y una transformación integral del continente bajo la dirección de la clase obrera”. Para estos objetivos, impulsamos la más amplia organización obrera y popular, con el objetivo estratégico de pelear por la perspectiva de la revolución social. Rechazamos la competencia y la rivalidad que los capitalistas y los Estados fomentan entre los trabajadores de distintas naciones. Bregamos por la unidad y solidaridad internacional de la clase obrera y decimos: ¡Proletarios y proletarias de todos los países: únanse!

2. Apoyamos, desenvolvemos e impulsamos en todos los terrenos y en cada país, incluido los Estados Unidos, la lucha anti-imperialista. El imperialismo norteamericano es, en América Latina y en el mundo, la expresión de la super explotación y el principal Estado opresor de los pueblos, papel que también cumplen distintos Estados imperialistas en la Unión Europea y Japón. La política y opresión imperialista ejercida por el Estado y el gobierno yanqui y el capital financiero internacional sobre los países latinoamericanos no sólo se expresa en el terreno económico, sino también en las conspiraciones del imperialismo con los gobiernos títeres del subcontinente, y en las tentativas de intervención y amenazas militares. Rechazamos y condenamos la ofensiva y las amenazas del imperialismo yanqui contra Venezuela y contra Cuba (¡donde todavía mantiene un bloqueo criminal), apoyadas por la derecha venezolana y los “gusanos”, a la vez que manifestamos nuestra independencia y oposición desde la izquierda a los regímenes de ambos países contra los cuales luchamos y no le damos ningún apoyo político. Denunciamos el muro fronterizo que está construyendo Trump en la frontera con México y las deportaciones masivas. Repudiamos y llamamos a luchar contra el gobierno golpista boliviano que ha suspendido nuevamente las elecciones para perpetuarse en el poder, así como el intento de proscripción del MAS, sin dar apoyo político a esta fuerza política que ha venido intentando la conciliación con los golpistas y cuando gobernó lo hizo traicionando la Agenda de Octubre. Llamamos a luchar por el no pago de las deudas de los países de América Latina y el Caribe y las de los pueblos oprimidos de todo el mundo. Impulsamos la movilización por “Fuera Bolsonaro-Mourao”, llamando a terminar con el conjunto del régimen de dominación.
Denunciamos la sumisión de los gobiernos latinoamericanos, incluidos los ‘nacionales y populares’, a los preceptos del imperialismo, y decimos: ¡Fuera el FMI! ¡No al pago de las deudas externas! ¡Fuera el imperialismo de América Latina! ¡Que la crisis la paguen los capitalistas! Estamos por la expulsión de todas las multinacionales y corporaciones imperialistas y extractivas que saquean nuestros bienes comunes y contaminan y destruyen la vida y nuestro territorio. ¡Por las nacionalizaciones, sin indemnización, de los sistemas bancarios y de los recursos naturales y estratégicos de cada país, bajo control de los trabajadores!

3. Apoyamos incondicionalmente la gigantesca y extraordinaria rebelión que protagoniza el pueblo norteamericano y denunciamos la criminal militarización de Trump. Propugnamos por el desarrollo, la extensión y la profundización de la rebelión norteamericana. Denunciamos la pretensión del Partido Demócrata de canalizar electoralmente el enorme descontento popular con el gobierno de Trump como una tentativa de aplacar la rebelión, poner fin a la acción directa de las masas y desviar cualquier intento de organización política independiente de los explotados, atento a que es otra variante capitalista-imperialista y guerrerista de alternancia en el poder, una salida que será contra los intereses de los que hoy siguen luchando en las calles de los Estados Unidos.
Poner fin a la opresión racial, a la violencia y represión policial, dar una respuesta integral a la crisis sanitaria y evitar que la crisis capitalista siga siendo descargada sobre las masas norteamericanas, plantea poner en marcha una salida independiente de las y los trabajadores en Estados Unidos, en alianza con todos los sectores oprimidos, como las personas de color (afroamericanos, latinos), las mujeres y la juventud.

4- Asimismo, destacamos la revitalización de la enorme rebelión en Chile, denunciamos los sucesivos pactos de colaboración de la llamada ‘oposición’ patronal y centroizquierdista con el gobierno y más que nunca decimos ¡Fuera Piñera! Para Chile sigue teniendo plena actualidad lo que señalábamos al respecto en el documento de convocatoria inicial: “Denunciamos la reforma constitucional que se está cocinando y la convención constituyente amañada emanada de ese pacto. Llamamos a reforzar la lucha para que se vaya Piñera mediante el impulso de las movilizaciones masivas en las calles y de una huelga general política y por los reclamos sociales, por una Asamblea Constituyente libre y soberana que discuta un programa para reorganizar el país sobre otras bases sociales, en la perspectiva de lograr un gobierno de los trabajadores y el pueblo explotado que garantice los cambios de fondo que reclama el pueblo en las calles.
En Chile se hace necesario el impulso a toda forma de coordinación y auto organización democrática de los sectores de la clase trabajadora, el movimiento estudiantil y de mujeres en lucha (tendencia que se puede ver en las asambleas populares y territoriales o en los comités de emergencia y resguardo) apuntando a que la clase obrera, por su capacidad de paralizar el funcionamiento de la economía y el estado capitalista, asuma el liderazgo”.
Exigimos la libertad a los presos de la rebelión y la libertad a los presos políticos mapuches que luchan por la recuperación de su territorio histórico y contra la represión estatal. Nos sumamos a la campaña por el fin a las AFP, por un sistema de jubilaciones de reparto solidario, administrado por trabajadores y jubilados.

5- Apoyamos e impulsamos todas las luchas de los trabajadores y los pueblos contra los planes de austeridad y los gobiernos del capital. Denunciamos los planes de ajuste y la ofensiva del capital a escala internacional contra las conquistas de los trabajadores. Los gobiernos, como representantes del capital, se valen de la crisis pandémica para avanzar en más ajuste, despidos y rebaja salariales, en más flexibilización laboral, en la destrucción de los regímenes previsionales y en la explotación de la juventud precarizada. Denunciamos asimismo la complicidad de las burocracias sindicales en todos los países, que ofician como un chaleco de contención de la fuerza combativa de los trabajadores y habilitan, de esa manera, el avance de las reformas anti-obreras y sostienen a los gobiernos de turno. En este sentido reafirmamos que “la batalla por recuperar las organizaciones de masas, en primer lugar los sindicatos, expulsando a las burocracias entreguistas reviste un carácter estratégico. Esto plantea alentar en el propio curso de las irrupciones populares todo tipo de organismos (comités de huelga y todos los que, en forma embrionaria, hemos visto surgir en Francia, Chile, Bolivia) que permitan coordinar la lucha y llevarla al triunfo. El escenario convulsivo de Latinoamérica le otorga especial vigencia al fortalecimiento de espacios democráticos del sindicalismo combativo, al llamado a congresos o coordinadoras de delegados de base de los sindicatos, de las y los ocupados (incluyendo a toda la gama de precarizados/as) y desocupados, y de las masas que luchan, lo que va unido a la batalla por una nueva dirección clasista en el movimiento obrero. Esto apunta a que la clase obrera emerja como un factor independiente en la crisis y se desarrolle como alternativa de poder, al frente de una alianza de todos los explotados y oprimidos”.
Levantamos la lucha por derrotar las reformas laborales y previsionales en curso. Planteamos poner fin a la desocupación levantando el planteo del reparto de las horas de trabajo sin reducir los salarios, el seguro universal a los desocupados, el aumento de los salarios y jubilaciones hasta llevarlos al costo de las canastas familiares. Planteamos la ocupación de toda fábrica o empresa que cierre o despida, su estatización y el control obrero. Fuera las burocracias sindicales, por nuevas direcciones en los sindicatos, clasistas y combativas. Apoyamos e impulsamos la lucha internacional y coordinada que desenvuelven los trabajadores precarizados de las APP.
La construcción de partidos revolucionarios a nivel nacional e internacional es una necesidad de primer orden para llevar adelante este programa.

6. El enorme movimiento de lucha de las mujeres ha sido y es un importantísimo protagonista de las luchas en la región, con enorme peso en Chile, en Argentina y en diversos países y procesos. Apoyamos e impulsamos la lucha del movimiento de mujeres, que con sus extraordinarias y masivas movilizaciones reclama el derecho al aborto legal, el fin de los femicidios, los abusos y contra la violencia machista. Denunciamos la responsabilidad de los gobiernos, del Estado y el régimen social de explotación en la opresión de la mujer. El impulso de estas reivindicaciones ha puesto de manifiesto la profunda injerencia de las Iglesias en los asuntos estatales y la subordinación de los gobiernos capitalistas a los distintos lobbies clericales. Luchamos por las reivindicaciones de las mujeres trabajadoras. Peleamos por erradicar la cultura machista y patriarcal en el seno de la clase trabajadora e impulsamos una lucha mancomunada de nuestra clase, superando cualquier tipo de divisiones por género o sexualidad, por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, por anticonceptivos y por educación sexual integral, por la separación de las Iglesias de los Estados, por el fin de la violencia machista y de los crímenes de odio, por el conjunto de las reivindicaciones del movimiento LGTBI, y más de conjunto, por poner fin al capitalismo, que es el edificio social sobre el cual se montan y reproducen las diversas opresiones.

7. Condenamos la criminal represión contra los pueblos y trabajadores en lucha en América Latina y en Estados Unidos; la criminalización de la protesta, los abusos policiales y casos de “gatillo fácil” (asesinatos policiales) y nos pronunciamos por el pleno derecho a la movilización y la lucha. Repudiamos la persecución y las deportaciones del gobierno de AMLO en México contra los migrantes centroamericanos y caribeños. Denunciamos que los aparatos de seguridad no son más que un mecanismo de coacción y represión de los gobiernos y los Estados contra los pueblos que se rebelan en defensa de sus condiciones de vida. Planteamos: abajo las medidas de excepción que fortalecen las medidas represivas y el fortalecimiento de las policías y demás fuerzas de seguridad, basta de persecución a los migrantes en los Estados Unidos; abajo los asesinatos de dirigentes sociales en Colombia; abajo la criminal represión en Chile y en Bolivia, Justicia por Marielle Franco y castigo a los responsables de su asesinato, libertad a los centenares de presos políticos; abajo la persecución a los luchadores y dirigentes sindicales en Venezuela, por la libertad inmediata de los luchadores obreros encarcelados. Aparición con vida de Facundo Castro, libertad a Sebastián Romero y desprocesamiento de Cesar Arakaki en Argentina.

Resolvemos:
● Realizar el 27 de agosto concentraciones y actos en las embajadas de EEUU de todos los países, para apoyar la rebelión del pueblo norteamericano, rechazar la injerencia imperialista en América Latina y llamar al no pago de las deudas externas de los países de América Latina y el Caribe y de todos los pueblos oprimidos.
● Apoyar la lucha de los trabajadores y el pueblo chilenos por “Fuera Piñera” y la puesta en pie con su lucha de una asamblea constituyente verdaderamente libre y soberana. Exigimos la libertad de todos los presos de la rebelión.
● Apoyar en impulsar las luchas del conjunto de trabajadoras y trabajadores contra despidos, rebajas salariales y otros ataques a sus condiciones de vida que están implementando gobiernos y patronales
● Participar e impulsar las próximas movilizaciones de los trabajadores de reparto de APP en los distintos países
● Impulsar las movilizaciones del 28 de septiembre por el día de América Latina y el Caribe por el aborto legal, levantando también la consigna “separación de las Iglesias del Estado”.
● Reafirmar nuestra adhesión a los 10 puntos programáticos contenidos en el documento “Un nuevo escenario en Latinoamérica y la necesidad de una salida socialista y revolucionaria” de convocatoria inicial a la Conferencia Latinoamericana presencial, sumando los puntos referidos a la pandemia y al levantamiento en Estados Unidos desarrollados en los documentos posteriores que dieron base al llamado a esta Conferencia Virtual de Latinoamérica y Estados Unidos.

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