Apr 29, 2024 Last Updated 1:19 AM, Apr 28, 2024

Escribe Pablo Almeida

La semana pasada, luego de muchos rumores de despidos en el Ministerio de Agroindustria, el viernes 30 de agosto el gobierno de Macri despidió a más de 550 trabajadores, lo que generó el rechazo y una pronta respuesta de los trabajadores, cortando la calle Paseo Colón con el acompañamiento de ATE. Hasta allí llegó llevando la solidaridad de Izquierda Socialista nuestro diputado nacional electo por el FIT, Juan Carlos “Gringo” Giordano. La medida fue duramente reprimida por la policía. La mayoría de los despedidos corresponden a la Subsecretaría de Agricultura Familiar, organismo que se extiende a lo largo y ancho del país, que con este brutal recorte deja prácticamente desmontado el programa que asiste a los pequeños agricultores familiares junto con los sectores agrícolas más débiles y postergados.


El pasado lunes 3 de septiembre, los nuevos anuncios de Macri y el ministro Dujovne - que tienen como principales ejes un mayor ajuste y el cierre de ministerios dejando en peligro miles de puestos de trabajo y llegando a áreas tan sensibles como el Ministerio de Salud- generaron un rechazo generalizado a las políticas del gobierno, lanzadas de lleno y arteramente sobre los trabajadores estatales, entre otros sectores. La respuesta se hizo sentir con muchísima fuerza y una masiva movilización de más de 10 mil estatales llevó nuestros reclamos a las puertas del Ministerio (ahora devenido secretaría) de Modernización.
Desde Estatales en Marcha creemos que el único camino para derrotar el ajuste del gobierno y el FMI es poner en pie un verdadero plan de lucha escalonado. Exigimos a la conducción Verde y Blanca de la Seccional Capital de ATE, que durante el fin de semana le dio la espalda a los trabajadores que se encuentran tomando Agroindustria, y a la conducción nacional en manos de la lista Verde de Cachorro Godoy que convoquen a instancias democráticas, sea congreso de base, asamblea general o plenario de delegados con mandato, para definir un plan de lucha de todos los estatales contra esta nueva escalada de despidos que se suma a la pauperización salarial, con el vergonzoso acuerdo del 15% y dos sumas en negro firmado por la propatronal UPCN.

Escribe Claudio Funes

Es necesario darle continuidad al paro para enfrentar el ajuste de Macri y el FMI. Ahora se requiere un plan de lucha con nuevas medidas, que comience con un paro nacional de 36 horas con movilización a Plaza de Mayo y todas las plazas del país. Esto es lo que plantea el sindicalismo combativo, tal como se discutió y votó en el plenario sindical de Lanús.

El paro del lunes 25 surgió producto de la bronca de las bases, que obligó finalmente a la burocracia de la CGT a convocarlo. Una vez fijada la fecha, desde el sindicalismo combativo fuimos parte de este auténtico parazo, con asambleas y reuniones en los lugares de trabajo y también con las discusiones que se dieron con los miles de compañeros que asistieron al plenario de Lanús.
En la noche del lunes, tras una medida de fuerza más que contundente, en su conferencia de prensa el triunvirato de la CGT no dio ninguna señal de cómo seguirla. Todo lo contrario, insisten con “el diálogo”, cuando está claro que el gobierno no va a dar marcha atrás con el ajuste. En cambio, desde el sindicalismo combativo, con los ferroviarios del Sarmiento, el Sutna, los Suteba multicolores, Ademys y otras organizaciones, planteamos claramente la necesidad de darle continuidad a través de un plan de lucha. Con una propuesta concreta, exigir la realización de un nuevo paro nacional, ahora de 36 horas con movilización a Plaza de Mayo. 
Este planteo se visibilizó el propio 25 en los cortes de rutas y actos que realizó el propio sindicalismo combativo. Así se hizo en los piquetes realizados en diversos ingresos a la Capital Federal, en el Acceso Oeste, a la altura del Hospital Posadas, donde participaron los ferroviarios de la lista Bordó de la Unión Ferroviaria del Sarmiento; en la avenida General Paz y Constituyentes, donde se movilizaron los trabajadores despedidos del INTI; en el Puente Pueyrredón; en Panamericana y ruta 197, y en La Plata, junto a los trabajadores del Astillero Río Santiago, así como en otros rincones del país. 
En Neuquén, desde temprano, se cortó la ruta 7 frente a las fábricas de cerámica, donde estuvieron presentes los docentes de ATEN Capital, encabezados por Angélica Lagunas, junto con el sindicato de ceramistas, los trabajadores de MAM y textiles, para luego marchar hasta la casa de gobierno con 5.000 trabajadores movilizados, donde se realizó un acto. En Córdoba se llevó a cabo un corte en el puente Centenario y posteriormente se hizo un acto en Luz y Fuerza y una marcha al patio Olmos. En Rosario también hubo cortes de ruta y una movilización a la Bolsa de Comercio. En Mendoza, Tucumán y Jujuy también se hicieron escuchar los reclamos. En la región patagónica, protagonizadas principalmente por docentes y estatales, se llevaron a cabo manifestaciones en las provincias de Santa Cruz, Río Negro y Chubut, donde desde temprano se cortó la ruta 3. En todos los casos, estos piquetes, marchas y actos fueron protagonizados por el sindicalismo combativo y la izquierda.
En Capital se hizo un acto central al mediodía en el Obelisco porteño en el que se insistió con el reclamo de continuidad con un paro de 36 horas y plan de lucha. Esto es lo que se necesita para derrotar el ajuste de Macri y el FMI. Hay que organizarse desde abajo, debatiendo en los lugares de trabajo, haciendo asambleas allí donde sea posible, sacando pronunciamientos de los cuerpos de delegados, exigiendo la continuidad a la CGT y a las CTA.

 


Marcha el 12 de julio

El plenario del sindicalismo combativo de Lanús (ver páginas centrales) aprobó una movilización. Esto dice lo acordado: “Realizar el jueves 12 julio una jornada nacional de lucha y movilización por salario y trabajo, promoviendo la continuidad del plan de lucha con un nuevo paro general de 36 horas por todos los reclamos resueltos en el plenario de Lanús”.
Convocamos a todos los luchadores a participar

Es parte del ajuste en el Estado. En nombre de una “reestructuración”, se dejó en la calle al 35 por ciento de la planta estable de la empresa estatal. La agencia era uno de los sectores “retrasados”, según el gobierno, en el plan de ajuste que ahora recobró fuerzas luego del acuerdo con el FMI. 
Estos ataques se suman a otros contra el salario y otros derechos contra los trabajadores en la TV Pública y Radio Nacional. Los trabajadores ocuparon pacíficamente los edificios en defensa de sus puestos de trabajo.


Nuestro compañero Pablo Almeida se hizo presente para solidarizarse con los despedidos. ¡Reincorporación inmediata para todas las compañeras y compañeros!

El Pollo cuando habló en el acto que se hizo en el Obelisco entre el sindicalismo y la izquierda, como parte de su encendido discurso callejero, dijo: “Este paro se hizo a pesar de la CGT, se lo hizo con la fuerza que vino de abajo y con la misma fuerza vamos a seguir empujando por un plan de lucha hasta que ‘caiga el gobierno’. Advertido de sus palabras, Sobrero se corrigió públicamente: “En el discurso de hoy cometí un error al decir que “caiga el gobierno”, en realidad lo que quise decir es que caiga el plan económico del gobierno”, señaló.


El ministro Triaca aprovechó la oportunidad para desviar el foco de atención en momentos en que el parazo era total. Dijo: “No lo escuché. Pero muestra las actitudes poco democráticas” de Sobrero. Justo ante un dirigente que practica la democracia sindical en su gremio. A su turno, la represora ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, agregó: “Me parece infame. En una Argentina que vivió tantas veces fines trágicos de nuestra democracia, hablar de que se caiga un gobierno es una infamia”. Quiso defender su pasado como ministra de Trabajo de De la Rúa, cuando en 2001 dispuso el recorte de 13% a estatales y jubilados y gobernó al servicio del FMI, repudiado por el Argentinazo al grito de “que se vayan todos”. 
Repudiamos a los funcionarios de este gobierno hambreador por arrogarse ser los fiscales de lo que dice un luchador en medio de un paro contra sus políticas de ajuste con un claro signo persecutorio y de deslegitimación de los reclamos de los trabajadores. Se hacen los “paladines de la democracia” cuando han pactado un brutal ajuste con el FMI a espalda de los trabajadores. Hablan de democracia cuando fue el pueblo trabajador el que con 30.000 desaparecidos, que este gobierno niega, tiró abajo a la dictadura genocida del 76.
Recordemos que este gobierno defiende la prisión domiciliaria a los genocidas y apela a la represión ante las luchas obreras y populares. 
Triaca tilda de “antidemocrático” a Sobrero cuando encabeza un ministerio que avaló el cierre de multinacionales millonarias, como PepsiCo, que dejó a 600 familias en la calle. O el cierre de AGR Clarín, dejando a 380 trabajadores sin trabajo.
Bullrich es la que defendió a la Gendarmería cuando reprimió al pueblo mapuche que terminó con la muerte de Santiago Maldonado y a la Prefectura que asesinó por la espalda al joven Rafael Nahuel. Macri-Bullrich son los defensores del gatillo fácil y la doctrina Chocobar.
Sobrero dejó en claro que, como pelea el sindicalismo combativo y nuestro partido, Izquierda Socialista, estamos para que “caiga el ajuste” y este plan económico al servicio de los banqueros, los grandes empresarios y el imperialismo. Y estamos por otro modelo económico al servicio de los trabajadores, que deje de pagar la deuda y tome medidas de fondo contra la minoría capitalista parasitaria que se lleva el esfuerzo de millones de trabajadores.
Que el gobierno tilde de “antidemocrático” a dirigentes como Sobrero que hace años vienen enfrentando con dignidad a las patronales, al gobierno y a la burocracia sindical, es un antecedente repudiable porque va contra el conjunto de los que luchan. Esto va unido a la frase de que el paro tenía intentos “desestabilizadores” para encubrir a un gobierno entreguista como el actual.
Sobrero ratificó el compromiso de seguir luchando para derrotar el ajuste. Y esto no lo ponemos para que lo “examine” el gobierno sino para que los trabajadores reclamen la continuidad de la pelea por ello.

Atilio Salusso

¡Parazo!

El paro general fue contundente. Ni el gobierno lo puso en duda. Tampoco sus medios de comunicación afines. Fue un masivo plebiscito de todo el movimiento obrero contra el brutal ajuste de Macri y el FMI. Se expresó la bronca de los trabajadores y demás sectores populares contra los tarifazos, el robo salarial, la inflación y los despidos. 
El paro demostró el hartazgo de millones contra un plan económico al servicio de engordar las ganancias de usureros, bancos y multinacionales, en perjuicio del pueblo trabajador. Ajuste que ya se está redoblando con el pacto que Macri y sus CEOs firmaron con el FMI. 
Las luchas y la bronca contra el ajuste fueron las que ya habían arrancado este paro a la CGT. Esto se volvió a expresar el 25. Lo reconoció hasta el propio Juan Carlos Schmid, uno de los miembros del triunvirato: “El malestar en la sociedad desbordó el encuadramiento sindical”.

El gobierno quiere amortiguar el repudio popular intentando desacreditar la medida, hasta con actitudes ridículas. “¡Acá se trabaja!”, dijo Macri posando en la Rosada, el presidente que más vacaciones se tomó en tan poco tiempo. Patricia Bullrich, por su parte, dijo que dispuso un brutal operativo represivo en los puentes “para garantizar que los que quieran vayan a trabajar”. ¡No voló una mosca! Frigerio habló del acostumbrado “paro político”. Triaca señaló que el paro tuvo el objetivo de “desestabilizar” al gobierno. Y Carrió tuiteó: “Nosotros no paramos. Trabajando hoy en casa con empresarios fabricantes de maquinarias agrícolas”. ¡Desopilante! 
El ex periodista y ahora superministro Dujovne sacó la cuenta del supuesto “costo” del paro. Dijo que la Argentina perdió 29.000 millones de pesos. Es el mismo funcionario que tiene 20 millones de fortuna personal en bancos extranjeros. Lo que deja en claro Dujovne con eso es que a la riqueza la generan los trabajadores, no los empresarios, con el intento de encubrir que los trabajadores y el país son los que pierden por culpa de los planes de ajuste, los pagos de la deuda, la fuga de capitales y la política de saqueo y dependencia que vino aplicando Macri y que ahora redobla de la mano del FMI.
Lo más claro del mensaje del gobierno es que va a seguir adelante con el ajuste. “Hay que seguir haciendo lo que venimos haciendo”, dijo Macri. Y agregó: “Los paros no contribuyen en nada”. O sea, más ajuste y oídos sordos a los reclamos obreros y populares.
Macri puso como ejemplo de lo que a seguir haciendo a Vaca Muerta. Es decir, la continuidad del pacto con Chevron que había iniciado el kirchnerismo, el subsidio a las petroleras y, lo más importante para él, el cambio de convenio a la baja para los trabajadores petroleros, que sufren los despidos, retiros voluntarios y una mayor superexplotación laboral. Es lo que se juega a seguir haciendo de la mano de la burocracia sindical. Por eso ha decidido reunirse con los patrones de la Cámara de la Construcción y el burócrata Gerardo Martínez de la Uocra, así como con la rama automotriz, y otras.
Macri ni siquiera va a recibir a la CGT. Por eso las palabras de “prudencia” dichas en la conferencia de prensa de la central van en contra del camino que volvieron a ratificar los trabajadores con el paro general. Si Macri “ratificó el rumbo” del ajuste ¿qué es lo que hay que mendigar? La expresión del burócrata Héctor Daer diciendo que el gobierno tiene que “cambiar el modelo económico” y reclamando “diálogo” es volver a sembrar expectativas en que este gobierno puede dar marcha atrás con el ajuste sin lucha ni movilización.

“No hay un nuevo paro a la vista en la agenda de la CGT”, dicen los medios. Está claro. Lo dijeron los burócratas el propio día del paro. Recitan lo mismo de siempre: “El paro fue contundente, ahora esperamos que el gobierno escuche”. ¡Los trabajadores no pueden permitir una nueva tregua para que sigan pasando los despidos y el robo salarial!
Los docentes de Neuquén, que vienen de romper el techo salarial, muestran que se puede ganar. ¿Por qué la CGT no los pone de ejemplo y llama a darle continuidad al paro para que se reabran las paritarias para todos los trabajadores?
La CGT vuelve a decir que se le pueden hacer cambios cosméticos al ajuste. ¡Si el gobierno ni siquiera eliminó el impuesto a las ganancias del medio aguinaldo! Es el gobierno que vetó la ley que morigeraba parcialmente el tarifazo. Es el gobierno que pactó un nuevo ajuste con el FMI. Es el gobierno el que sigue disponiendo el dinero para la timba financiera. Es el gobierno que sigue con la represión, como la que ejerció contra los docentes y estatales en Chubut.

La política de los luchadores y la izquierda es la opuesta a la de la burocracia de la CGT. Es lo que manifestamos en los cortes, en el acto en el Obelisco el día del paro y lo que se ratificó en el plenario del sindicalismo combativo del 23 en Lanús: hay que darle continuidad a la pelea con un nuevo paro de 36 horas y una gran movilización a Plaza de Mayo hasta derrotar el ajuste. Pelea a la que debe sumarse la imposición de otro plan económico para que la crisis no la paguen los trabajadores, sino los capitalistas.
Esta tarea es concreta y para ahora. Empieza por usar la fuerza del paro del 25 para reclamar un inmediato aumento de salarios y para que se reabran las paritarias. ¡Abajo el techo salarial, salarios igual a la canasta familiar! Que se frenen los despidos y suspensiones. Abajo el tarifazo. Plata para salario y trabajo, no para la deuda. No a la reforma laboral. Por todo ello exigimos continuidad.
Llamamos a los trabajadores a realizar asambleas y plenarios de delegados y a exigir un nuevo paro de 36 horas y un plan de lucha de la CGT y las CTA que, como siempre, tendremos que arrancar desde abajo. El sindicalismo combativo ya tiene su agenda: apoyar y coordinar las luchas en curso e impulsar la marcha del próximo 12 de julio de Congreso a Plaza de Mayo y en todos los puntos del país, como se aprobó en el plenario de Lanús.

 


El paro 43

El de ayer fue el tercer paro durante el gobierno de Macri y el número 43 desde 1983 a esta parte. A esto hay que agregar que bajo la dictadura hubo un paro general en 1979.
Contra el radical Alfonsín hubo trece paros generales, nueve en el gobierno del peronismo de Menem y la misma cantidad contra De la Rúa. Luego, el peronista Eduardo Duhalde como presidente interino, enfrentó tres paros generales. Hubo cinco contra el peronismo kirchnerista, uno cuando era presidente Néstor Kirchner y cinco contra Cristina Fernández. 
El dato muestra el alto grado de combatividad del movimiento obrero argentino contra todos los gobiernos patronales de distintos signos, sean de la UCR, las distintas variantes del peronismo y ahora contra el PRO-Cambiemos. Estas luchas son las que han permitido que muchos planes y medidas de ajuste hayan sido derrotados.

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