Escribe Yésica Llani Presidenta del Centro de Estudiantes de la Universidad de General Sarmiento

En octubre de 2016 Higui fue atacada debido a su condición sexual por un grupo de hombres que la quiso violar, pero se defendió y uno de ellos resultó muerto. La justicia patriarcal la acusó a ella de homicidio y desde entonces se encuentra privada de su libertad. Higui está presa por ser lesbiana, pobre y estar viva, y por eso exigimos su inmediata libertad.

El cuerpo sin vida de la joven fue descubierto el pasado 27 de abril en la casa del principal sospechoso. A un mes de que la familia denunciara su desaparición, salen a la luz las complicidades de la policía y la justicia en la muerte de la joven.

Escribe Mónica Schlotthauer Diputada de la Provincia de Buenos Aires de Izquierda Socialista en el FIT

La Legisladora porteña de Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda, Laura Marrone, denunció que el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ordenó mediante el comunicado N°81 del ministerio de Educación eliminar las jornadas de prevención y erradicación de la violencia de género que se dictan en forma obligatoria por la ley N°27.234 durante el presente año lectivo.

Marrone señaló: “En plena emergencia nacional por el aumento de los femicidios, Larreta y su ministra de Educación, Soledad Acuña, van a contramano del #NiUnaMenos. Estas jornadas escolares contra la violencia de género son casi lo único que los gobiernos nacional y de la Ciudad habían dispuesto para este año en esta materia. Quitarlas de la agenda escolar es desconocer el agravamiento de la situación de violencia contra las mujeres que vivimos así como el aporte que la educación debe a la campaña de prevención y erradicación de la misma. De nada sirve endurecer las penas a los violadores o crear registros si no se actúa para prevenir toda forma de violencia machista.”

Las mujeres de Izquierda Socialista junto con compañeras independientes, decidimos impulsar una nueva agrupación de mujeres en lucha: Isadora. En este espacio confluimos mujeres trabajadoras, estudiantes y de los sectores populares que nos proponemos esta nueva forma de organizarnos para pelear mejor por nuestros derechos. Te invitamos a que seas parte y que te sumes a este nuevo desafío.

Hace cinco años escribíamos nuestro primer boletín Isadora, un folleto que fue mostrando distintos debates y la postura de Izquierda Socialista en relación a las problemáticas que nos atraviesan como mujeres y trabajadoras. Cuando lo imprimimos por primera vez no imaginábamos que eso se transformaría, con el tiempo, en una agrupación de mujeres más amplia. Mujeres que luchamos, nos organizamos y peleamos con rabia para conquistar nuestros derechos.

Hoy, nos proponemos este nuevo desafío que es construir Isadora como una gran organización de mujeres en lucha. Después de gritar #NiUnaMenos en todas las plazas del país el 3J de 2015, muchas sacamos la conclusión de que es necesario que nos organicemos para que dejen de matarnos porque #VivasNosQueremos. Estamos convencidas que la fuerza de las mujeres es enorme, que podemos hacer temblar la tierra como se demostró el último 8M y que somos capaces de alcanzar todo lo que nos propongamos si lo hacemos juntas. Por eso, Isadora es un espacio al que te invitamos a participar, a debatir y a ser parte para dar esta pelea con más fuerza.

En Isadora entramos todas, las que llevamos un largo recorrido de activismo feminista y las que recién empiezan este camino, al cuestionarse por el lugar que ocupan las mujeres en esta sociedad machista. Porque cuando nos faltó Micaela García, a todas nos dio tristeza, bronca, rabia, y sentimos la necesidad de salir a las calles a gritar #JusticiaPorMicaela. Lo mismo nos pasó con el empalamiento de Lucía Pérez en Mar del Plata y con cada una de las mujeres que nos faltan. Son nuestras amigas, nuestras hermanas, nuestras compañeras, nuestras hijas. Porque no queremos ser valientes, sino libres y poder transitar sin miedo las calles, porque nuestro cuerpo es nuestro y de nadie más, por eso no se viola, no se golpea, no se quema, no se mata.

Nos mueven las ganas de cambiar las cosas, de cambiar esta sociedad podrida en la que unos pocos se benefician con el trabajo de la mayoría. Estamos hartas de que el trabajo doméstico recaiga solo en las mujeres, que nos acosen en el trabajo o que nos discriminen, que nos griten en la calle, que se burlen de nuestros cuerpos y de nuestra ropa, que seamos vistas como objetos que deben satisfacer al varón sin importar nuestras ganas. Estamos cansadas de que nos juzguen por no elegir la maternidad obligatoria o que nos critiquen por nuestros deseos sexuales.

Con Isadora buscamos impulsar las luchas para cambiar las cosas. Por eso proponemos que te sumes a esta tarea y que nos organicemos juntas para hacerlo. Sabemos que no es algo sencillo ni fácil, pero estamos convencidas de que, aunando nuestras fuerzas, lo vamos a lograr. Porque ya nos vieron en las calles, con lluvia, con frío, bajo el sol y no nos cansamos, porque somos mujeres y no vamos a parar hasta cambiarlo todo. Y tirar abajo de una vez por todas, este sistema capitalista y patriarcal que nos oprime y explota cada día más.

Las mujeres venimos protagonizando grandísimas luchas en todo el mundo, en un contexto de ascenso del movimiento feminista. Claro ejemplo fue el 8M, día internacional de la mujer trabajadora, cuando millones de mujeres trabajadoras y de los sectores populares copamos las calles de más de cincuenta países y cuatrocientas ciudades. Desde la India hasta el Estado Español, desde Turquía hasta Argentina, demostramos ser vanguardia en la pelea contra los planes de ajuste de los gobiernos, levantando las históricas reivindicaciones por la igualdad salarial y contra la discriminación en los lugares de trabajo. Salimos a luchar por los derechos que nos falta conquistar y contra la violencia machista en todas sus formas.

En Argentina la violencia de género no da tregua. No solo las cifras de femicidio aumentan cada vez más, sino que miles de mujeres están desaparecidas en nuestro país y solo sus familiares las buscan. 3.231 es el número de casos de mujeres registradas de quienes se desconoce su paradero entre 1990 y 2013, según un informe presentado en 2016 por la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas y la asociación civil Acciones Coordinadas Contra la Trata. Sin embargo, estos números son solo el piso, a juzgar por la cantidad de denuncias que salen a la luz a través de las redes sociales como el caso reciente de Araceli Fulles, quien desapareció en San Martín, Provincia de Buenos Aires. En muchos casos hay evidencia de la existencia de redes de trata o de femicidios, cuyos responsables permanecen impunes. En muchos otros la policía y la justicia se niegan a buscarlas, argumentando que se fueron por propia voluntad o que tenían un comportamiento irresponsable.

En este contexto ubicamos al femicidio de Micaela García, la joven entrerriana, militante popular y feminista que conmocionó al país entero. Repudiamos cómo intervino el juez Rossi, que liberó al violador Wagner sin tener las pericias suficientes y exigimos su destitución, al igual que la cárcel para el femicida. Pero responsabilizamos también a todo el sistema judicial y policial, instituciones fundamentales de la sociedad patriarcal en la que vivimos que, junto con otras instituciones como la Iglesia, legitiman y perpetúan la violencia machista, la culpabilización de las víctimas y la impunidad de los victimarios.

Denunciamos que el principal responsable es el gobierno que no declara la emergencia nacional en violencia de género y destina un escaso presupuesto para la ley 26.485 de erradicación de la violencia contra las mujeres. Macri gasta 2.000 millones de pesos para comprar armas y reprimir a quienes salimos a luchar, pero destina solamente $4.21 por mujer para las políticas y programas del Consejo Nacional de Mujeres. Por eso también decimos que, Fabiana Túñez, su presidenta, se tiene que ir.

Ante la profundización del ajuste, la represión y la escalada de violencia machista debemos seguir organizadas y en las calles, contra los planes de ajuste de los gobiernos capitalistas y contra los femicidios, las violaciones, las redes de trata y el aborto ilegal. Con el impulso que nos vienen dando las movilizaciones y el Paro Internacional de Mujeres del pasado 8 de marzo, tenemos que seguir luchando para terminar de una vez con la opresión y explotación que vivimos la mayoría de las mujeres, uniendo la lucha feminista a la de la clase trabajadora, especialmente con las docentes que están en lucha, y con los demás sectores oprimidos para conquistar una salida de fondo anticapitalista, antipatriarcal y socialista en todo el mundo.